Por Aurelio Contreras Moreno
En algunos espacios noticiosos y de opinión se ha desestimado la información sobre las dosis falsas de quimioterapia aplicadas a niños durante el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, atribuyéndola a una estrategia del actual gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, para distraer la atención sobre los defectos y problemas de su propia administración.
Más allá de las motivaciones de Yunes Linares para colocar en la agenda mediática este tema en este momento, de entrada hay un hecho muy importante a considerar: nadie ha salido a negar que sea cierto lo dicho por el actual gobernador de Veracruz. Al contrario, algunos de quienes podrían estar implicados salieron a deslindarse de responsabilidades y a confirmar las irregularidades en el manejo de la compra de medicamentos para los Servicios de Salud del estado.
Es el caso de uno de los ex secretarios de Salud de la anterior administración, Juan Antonio Nemi Dib. El ex funcionario confirmó que el gobierno compró, al inicio del sexenio de Javier Duarte, medicamentos falsos y no solamente para quimioterapia, sino para pruebas de VIH, entre otros, de lo cual él mismo informó en su momento, cuando estaba al frente de los Servicios de Salud de Veracruz (Sesver), y presentó las denuncias correspondientes, mismas que nunca procedieron y que a él le costaron su puesto.
También señaló a un presunto responsable directo, con nombre y apellido: el ex director administrativo de Sesver, Ricardo Sandoval Aguilar, quien ocupó ese cargo durante las gestiones de Pablo Anaya y de Fernando Benítez Obeso como titulares del área, y quien incluso antes de que la anterior administración estatal cayera en desgracia, fue reiteradamente señalado por actos de corrupción como el descrito por Nemi Dib.
Pero eso no es todo. Al ampliar la información sobre el caso, Yunes Linares dio a conocer que la farmacéutica Roche presentó un informe al Gobierno de Veracruz el 26 de mayo de 2011, apenas cinco meses y medio después de que entrara en funciones la administración de Javier Duarte, en el que advertía que un producto denominado Avastín, suministrado para quimioterapias el 6 de julio de 2010, todavía durante el gobierno de Fidel Herrera, no contenía el principio activo necesario para alcanzar el efecto curativo buscado en un paciente, ni correspondía a un producto original de la empresa. Se trataba, pues, de medicamento “pirata”.
A pesar de contar con esa información, el gobierno de Javier Duarte la ocultó y continuó comprando el Avastín y otros “medicamentos” a tres empresas propiedad de la familia Beceiro, muy cercana a Fidel Herrera Beltrán y, según Yunes Linares, emparentada con el actual diputado federal del PRI por San Andrés Tuxtla, Jorge Carvallo Delfín, uno de los operadores del actual cónsul de México en Barcelona.
La información proporcionada por Yunes Linares este martes concuerda con lo denunciado por Nemi Dib desde que ocupó la titularidad de Sesver. Y como resulta evidente, lleva la responsabilidad de estos actos criminales hasta el sexenio de Fidel Herrera, a quien el actual gobernador dijo que denunciará por estos hechos junto a Javier Duarte.
¿Que Miguel Ángel Yunes Linares busca hacer ruido mediático? Muy posiblemente. Pero de que se atentó criminal y alevosamente contra la vida de los veracruzanos en los dos sexenios anteriores, no hay ninguna duda. Y ni pasando el resto de sus vidas en la cárcel los responsables terminarán de pagar por lo que hicieron.
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