Por Aurelio Contreras Moreno
Una vez más, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha tenido que corregirle la plana al Órgano Público Local Electoral de Veracruz (OPLE), así como al Tribunal Electoral estatal (TEV), por quererse pasar de listos.
Este miércoles, el Tribunal Electoral federal destituyó a Héctor Alfredo Roa Morales como secretario ejecutivo del OPLE, cargo que asumió apenas el 10 de marzo pasado, en sustitución de Víctor Moctezuma.
En un hecho insólito, la Sala Superior del TEPJF revocó el nombramiento de Roa Morales -un viejo y conocido operador electoral del régimen- prácticamente por la misma razón que a Moctezuma: por no gozar de buena reputación, requisito establecido en la fracción VIII del artículo 144 del Código Electoral del Estado de Veracruz para ejercer esa función.
Y la resolución del Tribunal no se basó en la fama de “mapache” de Roa Morales, sino en una amonestación pública que éste recibió durante el proceso electoral de 2010, hace seis años, por no dar cumplimiento a la ejecutoria dictada en el expediente SUP JRC 2009/2010, que para los magistrados fue razón suficiente para considerar que incumplía con el requisito de contar con buena reputación.
De manera por demás inaudita, han caído dos secretarios ejecutivos del Órgano Público Local Electoral durante el mismo proceso, en el transcurso de dos meses. Ambos por “mala reputación”, lo que indudablemente les resta credibilidad a las instituciones encargadas de organizar y calificar unos comicios que, de por sí, están marcados por la suciedad.
Porque el Tribunal Electoral de Veracruz tampoco se salva. Aunque sus resoluciones iniciales -como fue la propia remoción de Víctor Moctezuma- parecían arrojar visos de independencia e imparcialidad, las más recientes, como la segunda exoneración de Javier Duarte por entrometerse en el proceso electoral vía sus comentarios en la red social Twitter -desacatando incluso una instrucción del TEPJF- muestran que tampoco se puede esperar mucho del Órgano Jurisdiccional Electoral Local.
Al final de cuentas, la mala reputación es del árbitro electoral en su conjunto, por lo cual, la judicialización de la elección de gobernador de Veracruz hasta el ámbito federal parece inevitable.
Derrota temporal
Aunque no lo quieran reconocer, el resolutivo de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) que dio entrada a la solicitud de alerta de género por agravio comparado en Veracruz, fue la causa por la cual el Congreso del Estado tuvo que posponer la ratificación de la reforma al artículo 4 de la Constitución local que criminaliza el aborto y garantiza el derecho a la vida desde la concepción.
Y en ese sentido, se trata de una derrota para el gobernador Javier Duarte, que no logró sacar su reforma antiaborto antes de las elecciones para obtener el apoyo del conservadurismo y la Iglesia Católica.
Ya se verá después del 5 de junio.
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