Por Aurelio Contreras Moreno
Este fin de semana, el Partido Revolucionario Institucional “celebró” su aniversario número 88, en medio de una crisis que lo tiene al borde de una derrota histórica con miras a los próximos procesos electorales estatales y de cara a la sucesión presidencial del año entrante.
Los escándalos de corrupción de sus “distinguidos” militantes, la demostrada ineptitud para conducir muchos de los gobiernos que tiene a su cargo, pero sobre todo el cinismo con que reciclan a personajes impresentables provocan un repudio cada vez mayor de crecientes segmentos de la sociedad mexicana.
Pero en el PRI eso parece que no les importa en absoluto. Para muestra, el nombramiento del ex gobernador de Oaxaca, José Murat Casab, como presidente de la Fundación Colosio, a pesar de ser señalado por corrupción y enriquecimiento inexplicable junto con su amigo y socio, el también ex gobernador Fidel Herrera Beltrán.
La crisis también es interna. La dirigencia de Enrique Ochoa Reza no impone ningún tipo de respeto ni entre los mismos priistas, como quedó de manifiesto en el sorpresivo reclamo vía Twitter que le hizo el viernes pasado el senador y ex candidato a la gubernatura de Veracruz Héctor Yunes Landa, quien le echó en cara su falta de atención al proceso electoral municipal que se llevará a cabo en la entidad este mismo año.
“Veracruz no es prioridad para ti”, le lanzó públicamente en su red social Yunes Landa a Ochoa Reza, quien ni siquiera se dignó a contestar palabra alguna. Ni a hacer alusiones a Veracruz durante el acto conmemorativo de la fundación de ese partido, el sábado pasado. Es claro que el único objetivo del priismo en la era de Enrique Peña Nieto es evitar la derrota en el Estado de México el próximo 4 de junio. Los demás, que se arreglen como puedan.
Pero en los estados tampoco se ayudan mucho que digamos. En el caso concreto de Veracruz, las estructuras priistas buscan acomodarse en otros partidos y “venderles” sus “servicios” ante la expectativa de derrota en los comicios que renovarán los 212 ayuntamientos de la entidad.
Aunado a ello, la gris dirigencia estatal de Renato Alarcón Guevara no sólo no aglutina en torno suyo a todos los grupos políticos priistas, sino que cometió un yerro descomunal con el nombramiento de Marco Antonio del Ángel como vocero del Comité Directivo Estatal.
Junto con su padre César del Ángel –hoy preso en el penal de Pacho Viejo-, Marco Antonio del Ángel es dirigente de la agrupación mercenaria que se hace llamar Movimiento de los 400 Pueblos, que por años medraron de los tres últimos gobiernos estatales priistas a cambio de atacar a sus adversarios políticos, como el actual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Los abusos de los 400 Pueblos también pasan por el despojo de tierras e inmuebles, la explotación sexual de mujeres y los agravios a los ciudadanos de ciudades como Xalapa, donde por años acostumbraron realizar sus protestas desnudistas en las que no había reivindicación social alguna de por medio, sino la negociación de prebendas para sus líderes.
Ese personaje va a ser el encargado de hacer los pronunciamientos oficiales del PRI en Veracruz, que al igual que los miembros de los 400 Pueblos, ha optado por exponer lastimeramente que lo único que les queda, son puros pellejos.
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