Por Aurelio Contreras Moreno
Hacia la tarde de este martes 29 de marzo se confirmó lo que el periodista Arturo Reyes Isidoro adelantó en su columna del mismo día: Juan Octavio Pavón renunció a la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Veracruz, y su lugar será ocupado, por segunda ocasión, por Alberto Silva Ramos.
El fracasado “delfín” de Javier Duarte retornará a la posición desde la que alimentó su “sueño” de ser candidato a gobernador, pero en la cual nada hizo para cuidar la imagen institucional de su jefe y protector, mucho menos la de la administración estatal.
No sólo eso. Entre los “logros” de Silva Ramos como coordinador de Comunicación Social, según refiere también Arturo Reyes Isidoro, está el haber incrementado la deuda del gobierno estatal con los medios, que pasó de 400 millones de pesos que le heredó su antecesora Gina Domínguez Colío, a mil 500 millones, que es la fecha que siguen en el limbo.
Y es que para aparecer como “campeón” en los medios de comunicación y que éstos publicaran en primera línea todas sus declaraciones, Alberto Silva Ramos signó convenios publicitarios que nunca pagó y que dejó correr y crecer a sabiendas de que no habría manera de cubrirlos, dejando “atorado” con esa “bronca” a su sucesor.
Al mismo tiempo, “coincidentemente”, durante el paso de Silva Ramos por la Coordinación de Comunicación Social surgieron de la nada una veintena de portales fantasma de “información”, que sólo replicaban boletines gubernamentales y que, de acuerdo con versiones de dentro de la dependencia, sí cobraban puntualmente su “convenio”, lo que representó una erogación millonaria y un gran negocio para quien se haya beneficiado con ello, lo cual, por cierto, no es posible saber, pues el gobierno estatal clasificó como reservada la información referente al gasto publicitario en medios de comunicación de la administración de Javier Duarte.
Silva regresa (que no devuelve) para retomar la estrategia del lodo y la diatriba contra el enemigo más odiado del grupo al que pertenece: el candidato de la alianza PAN-PRD a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares. Sólo que a diferencia de cuando lo hizo siendo dirigente estatal del PRI, esta vez será con cargo al erario, utilizando la estructura y los recursos de la Coordinación de Comunicación Social, que quedará reducida a una oficina de lanzamiento de estiércol político.
Al fin y al cabo, es para lo único que sirve Alberto Silva.
Responde Morera
Respondió María Elena Morera, presidenta de la asociación civil Causa en Común, al “regaño” que le hizo el gobernador Javier Duarte por “atreverse” a opinar sobre la deficiente actuación de su gobierno en el caso de los “Porkys de Costa de Oro”
Morera señala que “en Veracruz, el estado que usted gobierna, se ha incumplido con el Estado de Derecho en muchas ocasiones. Con datos y documentos lo hemos demostrado ante la opinión pública. El caso de la menor que fue violentada por cuatro jóvenes hasta hoy impunes, no es la excepción. Lo hemos documentado. Por las redes sociales nos dimos cuenta de la violencia de género que se está cometiendo en contra de una menor de edad, y por medio de su familia analizamos el expediente del caso, percatándonos que hay plazos vencidos en la aplicación de la ley. Omisiones que no podemos dejar pasar y por lo cual, decidimos acompañarlos para denunciar tanto la falta de acción jurídica por parte del Fiscal General del Estado, como para sumarnos a la exigencia de que los responsables expíen sus culpas ante un juez y no ante una cámara de video”.
María Elena Morera le dice a Javier Duarte que “usted como abogado, debe saber que hay delitos que se dejaron de perseguir por funcionarios supuestamente autónomos; que se usó la ley para privilegiar a unos cuantos; y que la impunidad generada sólo incrementa la violencia contra las mujeres y hombres en la entidad que gobierna”.
Y sentencia: “como ciudadana le pido, le exijo que atienda a las víctimas, y que en el poco tiempo que le queda de mandato asuma su encargo con liderazgo, y ponga un freno a la inseguridad que percibe el 80.5 por ciento de la población en Veracruz”.
Pero eso, definitivamente, es demasiado pedir.
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