Por Aurelio Contreras Moreno
En su monumental irresponsabilidad, el gobernador de Javier Duarte de Ochoa ha creado un conflicto que si estalla en toda la magnitud que le es posible, terminaría por darle la puntilla al estado.
La negativa a pagarle a la Universidad Veracruzana los recursos que legalmente le corresponden y que, en contraparte, ilegalmente dejó de ministrarle, ha hecho crecer la cuenta a casi dos mil 500 millones de pesos, entre recursos federales, estatales, impuesto sobre la renta y otros rubros.
Los diferentes llamados de la rectoría de la Universidad y de su máximo órgano de gobierno, el Consejo Universitario General (CUG), han sido olímpicamente ignorados por el gobernador más indolente de la historia no sólo de Veracruz, sino que nos atreveríamos a decir que del país.
Tampoco le importó un cacahuate que la comunidad universitaria saliera por miles a las calles de las principales ciudades del estado a reclamar los recursos que dejó de enviar a la casa de estudios, lo que ha impactado de manera por demás funesta en su actividad académica, siendo quizás el área más afectada la de la investigación científica.
Menos aún hizo caso a las exigencias de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que exhibió a nivel nacional e internacional la falta de ética de su gobierno corrupto, despilfarrador y ladrón, que dispuso para quién sabe qué fines -aunque no son difíciles de imaginar- del dinero que debería destinarse para la educación profesional de los jóvenes veracruzanos.
Ahora la casa de estudios está a la puerta de un conflicto que podría paralizar al estado mismo a partir de la semana entrante, pues varios sectores de la comunidad universitaria se cansaron de la civilidad y convocan a tomar medidas más drásticas.
Es el caso del llamado hecho por los integrantes del Instituto de Investigaciones en Educación, cuya Junta Académica se pronunció el pasado lunes 16 de mayo por “establecer el 23 de mayo como plazo perentorio al gobierno del estado para que regularice sus obligaciones con el presupuesto de la UV. En caso de incumplimiento, convocar a una suspensión de labores indefinida en todas las instalaciones universitarias a partir del 24 de mayo y hasta que se satisfagan nuestras reivindicaciones. Para organizar ello, es preciso convocar a la organización de un Consejo General de Huelga con comités de lucha en cada una de las entidades y dependencias de la UV”.
Esto ante lo que consideran “tibieza” de parte de la rectoría y del CUG, que resolvieron crear su propia “veda electoral” y no convocar a manifestaciones públicas de protesta durante el periodo de campañas. “No postergar más el momento de reclamar nuestros justos derechos mediante movilizaciones permanentes en las que participe toda la comunidad universitaria. Es conveniente que dichas movilizaciones se realicen de inmediato independientemente del periodo electoral, ya que nuestros reclamos no están vinculados con la campaña en curso”, proclamaron los académicos del Instituto de Investigaciones en Educación.
En el mismo sentido se pronunció este miércoles el Colectivo en Defensa de la Universidad Veracruzana. “El CUG erró la estrategia al acordar que durante el periodo electoral la UV no saldría a marchar, para evitar que nuestras legítimas demandas fueran interpretadas como parte de intereses partidistas. El yerro del CUG se expresa en que el calendario de pagos se ha incumplido y la energía con que se ha exigido que se pague lo que se debe, a todas luces ha sido insuficiente”.
“La Universidad Veracruzana no puede subordinarse a ningún proceso electoral, menos aún en tiempos de crisis. La comunidad universitaria tiene la suficiente madurez para entender que nuestra lucha es completamente ajena a los intereses partidistas. Llamamos al CUG a escuchar las diversas voces que a través de consejos técnicos y medios de comunicación lo invitan a ser sensible a los tiempos que corren para reencauzar la exigencia de pago a través de acciones más contundentes; en esta tesitura, consideramos imprescindible convocar a movilizaciones tanto en Veracruz como en la ciudad de México. Reivindicamos nuestros derechos de libertad de expresión, de reunión y de manifestación. Ningún acuerdo puede estar por encima de nuestros derechos constitucionales”, sentencia el posicionamiento del Colectivo en Defensa de la UV.
La autoridad de la rectoría está claramente rebasada y es latente un paro en la Universidad, así como movilizaciones que, en época electoral, con suma facilidad pueden desembocar en hechos de violencia.
Otro de los “legados” de Javier Duarte a Veracruz.
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