Lilia Arellano
“Un deseo es la madre de todas las desilusiones”: Alexander Pola
• Rumbo al tercer año evitando el jaque mate
• Nadie hablará de pendientes el 1 de septiembre
• Hoy inicia otro de los periodos clave campechanos
Ciudad de México, 26 de agosto de 2021.- La salida de Olga Sánchez Cordero de la Secretaría de Gobernación era una bola cantada desde hace algunos meses. Esa dependencia no solamente perdió fuerza sino prestigio y, para la opinión pública, toda la carrera de la ex ministra, quien llegó a la más alta posición dentro de la Suprema Corte de Justicia, se vino a pique con una intervención invisible, cuyo desenso pudo verse muy claramente al estar, casi permanentemente, siendo plantada por los gobernadores. La política interna, tarde lo entendió, la maneja directamente el Ejecutivo federal, de ahí el mote de “doña florero”. Ahora va al lugar en el cual, según la versión presidencial dada a conocer despuès de la mañanera, ella desde siempre quizo ocupar. Al regresar a la curul, deja fuera a Jesusa Rodríguez, recordada por su declaración “no podemos comer cadáveres”, por sus pintorescas interpretaciones musicales y su apoyo a la marihuana.
Se espera derrumben el escenario montado durante casi tres años por la directora de teatro quien, es seguro, no se quedará sin chamba. Quien sucede a doña Olga es el paisano del presidente, nada mejor que rodearse de quienes son conocidos desde hace décadas, no importa si su calificación como gobernador de Tabasco hubiese permanecido, desde su llegada al poder debajo de la media.
En los rankings de los mandatarios estatales Adan Augusto López Hernández, no pudo rebazar el lugar con mejor posición: el 14. La tarde de ayer presentó su licencia para poder llegar al edificio de Covián en donde ya muchos empezaron a hacer maletas. En la ceremonia del cambio hubo, como siempre, los clásicos agradecimientos hacia quien se va y muy pronunciados apapachos para el recien nombrado, seguramente dotado de un 90 por ciento de lealtad, lo demás, sale sobrando.
Doña Olga, no podía ser de otra manera por muchas razones en las cuales pudiéramos incluír la edad, será la titular de la Mesa Directiva del Senado en donde, como lo mencionamos ayer, permanece como coordinador de la bancada de Morena y mandamás de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal. Es de esperarse cambie la actuación de la Cordero y vuelva por sus fueros, con todo lo que ello pueda representar para el zacatecano. Otros vientos pueden soplar en el lugar y lo mismo acontecerá en el viejo edificio de Covián desde donde nos recetarán el clásico discurso sobre las intenciones de trabajar arduamente, consolidar la 4T, aclarar los asuntos pendientes, aunque nadie duda se empiece a hacer bolas el engrudo en dos áreas: Migración y Derechos Humanos. Será cuestión de esperar, no pasará mucho tiempo.
Se quedarón con las ganas quienes aspiraban -y disputaron e inclusive se dedicaron a cabildear- a ocupar la Mesa Directiva del Senado, entre ellas, Marybel Villegas Canche quien, a base de revelaciones mediáticas pretendió ubicarse en el primer lugar de las cinco participantes. Ni por asomo llegaría a esa posición y eso se conoció con suficiente anticipación. Para la senadora multipartidos el golpe es brutal al soñar sería desde ese trasmpolín que saltaría a la candidatura de Morena y sus aliados para la gubernatura de Quintana Roo. Hasta sus arreglos con los Verdes se derrumbaron. Como ha sido marcado por el INE, de las seis gubernaturas a disputarse el año próximo tres deberán ser mujeres dentro de la selección de los partidos. Sin embargo, habrá de anotarse, las féminas morenistas no están en la tierra hoy gobernada por Carlos Manuel Joaquín González.
En fin, el revire fue bueno y logró sacar del cuadro de todos los días el agarrón entre López y Anaya.
NO ESTA FÁCIL
Desde el 1 de diciembre de 2018, México ha resentido la pérdida de la esperanza depositada Andrés Manuel López Obrador. La decepción se ha apoderado de la mayoría de los 30 millones de mexicanos quienes impulsaron cambiar un régimen cleptómano, el de Enrique Peña Nieto,para caer en una inpetocracia, y un régimen autócrata, donde sólo la palabra del titular del Ejecutivo federal tiene valor y la opinión de sus funcionarios y colaboradores es despreciada, mientras las de los opositores es atacada y violentada, incluso con la libertad que debería prevalecer en una democracia, ahora arruinada por el capricho de un caudillo.
Los ciudadanos mexicanos votaron en contra de una administración ladrona, donde los excesos de sus gobernantes, desde el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, hasta los gobernantes de las entidades federativas, como Quintana Roo, Tamaulipas o Veracruz, entre otros, abiertamente saqueaban las arcas de sus estados impunemente. Los mexicanos aspiraban a incrementar sus ingresos y su capacidad de compra y consumo en una economía que lo más que había alcanzado era estabilidad y un crecimiento mediocre con el cual no se conseguía cubrir los requerimientos y aspiraciones de la población.
Por eso el voto masivo a favor de López Obrador quien acumuló tres sexenios en campaña por todo el territorio nacional. El tabasqueño ofreció a todo aquel que lo deseaba escuchar resultados en tres grandes rubros nacionales: crecimiento económico y superación de la pobreza nacional; abatimiento de la inseguridad y la impunidad, y combate a la corrupción. Los resultados vistos hasta el momento dan cuenta de la falta de cumplimiento de las promesas obradoristas en campaña durante años. En el rubro económico, el tabasqueño había prometido una expansión al doble de la velocidad alcanzada en los sexenios neoliberales. Es decir, ofreció el PIB crecería al 4% anual y que, al final de su periodo, lo haría al 6 por ciento.
Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta. De un crecimiento por más de 30 trimestres al hilo pasamos a una caída de 30 trimestres. En el primer año de gobierno de AMLO se registró un retroceso y en 2020 se llegó al peor resultado en materia económica desde 1932. Además, la pandemia por el Covid-19 empujó a la economía mexicana a caer en un bache del cual todavía no puede recuperarse a pesar del impulso del sector exportador afianzado con la planta productiva de Estados Unidos. El PIB de México retrocedió – 8.5% en 2020. Este año se espera una recuperación de 6%, pero todavía no es suficiente para alcanzar los niveles prepandemia. Además, la recuperación se ha ralentizado en los últimos meses.
Respecto a su promesa de reducir la pobreza en México, los resultados son decepcionantes: hoy hay más pobres que nunca. Entre 2018 y 2020, la cifra de mexicanos en pobreza subió en 3.8 millones y la de los más miserables en 2.1 millones, de acuerdo a las mediciones del Coneval, quien también registró que el número de mexicanos con carencias por acceso a los servicios de salud pasó de 20.1 a 35.7 millones, precisamente por la decisión de desaparecer al Seguro Popular. El mal manejo de la pandemia ha impactado de manera brutal en los sectores más desprotegidos y, dentro de la clase media se registraron gastos excesivos para la adquisición de medicamentos, de oxigeno. Los reportes de los Montepíos, de las Casas de Empeño, darían la visión real del daño sufrido por quienes tienen desempeño profesional.
Respecto a la inseguridad, la ola de violencia y la militarización del país, el nuevo mandatario prometió, tanto en su larga y prolongada campaña como en su toma de posesión, pacificaría al país atendiendo las causas de la violencia y detendría la militarización de México impulsada tanto por Felipe Calderón como por Enrique Peña Nieto. Pero los resultados hasta el momento son totalmente decepcionantes. La militarización se extendió en esta administración como en ninguna otra. Actualmente, hay más efectivos militares desplegados en territorio nacional que en cualquier otro gobierno, y se ha involucrado a los uniformados en actividades extraordinarias y para las cuales no están capacitados, como la seguridad pública, o la construcción de bancos o aeropuertos.
El cacareado combate a la corrupción sólo se ha limitado a unos cuantos personajes, adversarios políticos de López Obrador, como Rosario Robles, mientras la mayoría de los funcionarios de las administraciones anteriores e, incluso, de la actual, gozan de total impunidad. Los principales responsables de los grandes fraudes a la nación, desde el ex presidente hasta los integrantes de su gabinete, no han sido molestados ni con el pétalo de un citatorio judicial. El pacto entre Peña Nieto y López Obrador tiene total vigencia y se cumple día a día.
Se aproxima la fecha para otro informe presidencial. Oficialamente sería el tercero, la realidad nos habla de ser el noveno sin contar las celebraciones de aniversario del triunfo electoral. Desde hoy se preve no habrá ningún reconocimiento a errores y menos aún se hablará de renglones negativos. Eso no lo hicieron ni los de antes, menos ahora.
DE LOS PASILLOS
Hoy se sabrá quien gobernará Campeche. Layda Sansores se jugó su cuarta participación en la contienda por la gubernatura con la clara conciencia de ser la última. La cargada morenista se hizo sentir, llegó Mario Delgado y el dueño de la franquicia del Partido del Trabajo. Veremos como se despeina la pelirroja en breve.