La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Como desvelar una Matrioska, cuando acabe la guerra va a quedar un Putincito
Poco después de dos meses, los rusos han comprobado que la invasión a Ucrania no se trata de un día de campo, ya que, la resistencia ofrecida por el ejército local y los voluntarios de la sociedad civil liderados por Volodymyr Zelensky, han impedido que tomen el control de la nación en un tiempo breve, como lo habían planeado.
Si a esto sumamos que, las sanciones impuestas, han tenido un costo enorme para la economía del régimen de Vladimir Putin, el balance del conflicto arroja un déficit muy elevado para la potencia militar, se augura que su PIB tendrá una caída del 9% en 2022.
Ante tal circunstancia, Rusia ha implementado una peligrosa estrategia que consiste en recurrir a la amenaza de un ataque nuclear, incluso realizaron una presentación en video, en la que afirman que el misil Sarmat (conocido como Satán II en Occidente), podía llegar a Londres en 200 segundos.
Sobre esto último, Dmitry Kiselyov, presentador de televisión ruso, agregó: “La isla es tan pequeña que un misil Sarmat es suficiente para hundirla de una vez por todas. El misil ruso Sarmat, el más poderoso del mundo es capaz de destruir un área del tamaño de Texas (EE.UU.) o Inglaterra”.
Pero eso no es todo, el jefe de la agencia espacial rusa, Dmitry Rogozin, lanzó una advertencia que pudiera sonar más a amenaza, pues aseguró que Rusia podría destruir en 30 minutos a los integrantes de la OTAN. No obstante, el funcionario matizó “pero no debemos permitirlo, porque las consecuencias de un intercambio de ataques nucleares afectarán el estado de nuestra Tierra”.
Hasta ahora, todo se limita a bravatas, los rusos tienen claro que en un conflicto nuclear perdemos todos, sin embargo, aunque lo más lógico es un armisticio, el machismo político de Putin lo impide. El zar blanco, es víctima de sus propios errores, de su vanagloria.