Historias para armar la Historia
Por Ramsés Ancira
Hay quien piensa que los periodistas estamos para dar respuestas y no para hacer preguntas. Pero yo me hago esta cuestión y quisiera que la reflexionáramos juntos.
Vamos a poner los elementos sobre el tablero. En la época de la corrupción descarada los sobreprecios en casi todas las compras que hacía el gobierno eran exorbitantes, tanto en la Ciudad de México como en el Gobierno Federal. Se le daban contratos de construcción a la Secretaría de la Defensa Nacional por obras que realizaban los soldados, quienes no recibían ningún pago extra, porque esto salía de la partida para la Defensa Nacional. Las ganancias eran para algunos generales. Recordemos que en el sexenio de Peña Nieto la Sedena encareció en 89 por ciento la barda perimetral del aeropuerto de Texcoco. Iba a costar mil 547 millones de pesos y acabaron pagándoles 2 mil 930 millones de pesos,
Mientras tanto, en la Ciudad de México durante la administración de Miguel Ángel Mancera se compraban escritorios de 80 mil pesos para el C5, (el sistema de vigilancia por cámaras). Otros aparatos que se usaban para cambiar el punto de vista, lo que en lenguaje técnico se llama “switchear”, le costaban al gobierno de la Ciudad el doble y el triple de lo que pagaban las empresas de televisión más gastos de instalación, que debían estar incluidos en la compra del equipo.
A finales de la década de los 90, con la expansión del Síndrome de Insuficiencia Adquirida, las empresas proveedoras de guantes de látex que le vendían al gobierno, se ponían de acuerdo para dividirse las compras del Instituto Mexicano del Seguro Social y el ISSSTE; esto ocurrió durante los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Otras empresas a propósito no participaban en los concursos o lo hacían a precios descaradamente altos, para perder deliberadamente
Según estudio de la Comisión Federal de Competencia Económica, esto ocurrió durante la administración de la Secretaría de Salud de Julio Frenk Mora, José Ángel Córdoba Villalobos y Mercedes Juan López. Por lo menos en el caso de Frenk me consta que el no participaba de la corrupción, pero sus encargados de compras no hacían nada si no recibían una comisión. Es posible que lo mismo haya sucedido con los otros secretarios, se ocupaban de la salud y no se daban cuenta de las pillerías de sus subordinados.
La misma Comisión estimó que el sobreprecio de los guantes de Látex fue en promedio de 34 por ciento, lo que causó una pérdida en el erario de 174 millones de pesos.
Luego, las empresas Adex y Galeano ampliaron su complicidad. Forzaron para que las licitaciones se hicieran solo a nivel nacional, de manera que no pudieran entrar a la competencia compañías extranjeras, crearon empresas que siempre daban los precios más caros y de esta manera monopolizaron las ventas de sondas de látex.
En otro caso, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, varias dependencias de Estado contrataban mayoritariamente a la misma compañía, Delfos, para darles el servicio de monitoreo de comunicación. Los empleados de esta empresa recibían salarios miserables por trabajar en horarios de madrugada. También esta compañía simulaba competir con empresas que siempre perdían y le robaron al Estado 3 millones de pesos, según la misma COFECE.
Es sabido que, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, se acabaron los diezmos, porque era mucho mayor el “moche” que tenían que pagar los proveedores. En una entrevista con el expresidente Miguel de la Madrid con la periodista Carmen Aristegui se produjo este diálogo:
-Usted creía que Salinas era estudioso, inteligente, honesto, buen muchacho. Y resultó que cometió errores muy serios. El peor, la corrupción.
-Sí y sobre todo la corrupción de su hermano. Conseguía contratos del gobierno, se comunicaba con los narcotraficantes…
–¿Con quiénes?
-No sé exactamente, los que le dieron el dinero para llevárselo a Suiza.
–Acuérdese que un grupo de empresarios reconocieron una parte de ese dinero.
-Por complicidad.
– ¿Era dinero del narco?
-Es posible, sí.
Recordemos que el gobierno de Suiza devolvió a México 74 millones de dólares que Raúl Salinas había abierto en diversas cuentas en ese país.
Hablemos ahora del presente: Supongamos que no hubo mala fe al comprar mascarillas N-95, con un precio 42 por ciento más alto de lo que pagaron otros países de Latinoamérica, según documentó la Red de Periodistas de América Latina para la Transparencia y la Anticorrupción (PALTA). Que en efecto ante la emergencia no íbamos a escatimar dinero, con tal de recibirlas más pronto que otras naciones, como justificó la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum.
Aceptemos el alto costo de atención de los pacientes de COVID por el gasto en sedantes y respiradores, cuando estos tienen la suerte de llegar a hospitales que tienen estos insumos.
Sin embargo, muchos periodistas apoyamos el triunfo de López Obrador porque estábamos hartos de la corrupción. Su respuesta: desaparece El Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Realidad: hasta ahora 18 periodistas fueron asesinados desde el principio del sexenio de López Obrador, cinco de ellos en Veracruz, estado gobernado por Morena, y cuatro en Guerrero, gobernado por el PRI.
También fueron fundamentales para el triunfo de López Obrador personalidades del mundo del cine. Resultado: El 30 de septiembre el actor Gael García Bernal se sumó a la convocatoria en Change.org para que no se extingan los Fideicomisos Públicos, entre los cuales se encuentra FIDECINE, la cual participó en el financiamiento de la mayoría de 70 películas que recibieron premios internacionales en 2018.
La noche del mismo día 26 mil 500 personas, habían firmado la petición, un poco más de 44 por minuto.
Gael, cabe destacar, junto con Diego Luna fue de los primeros en organizar donativos para los damnificados del terremoto del 2017.
Hasta octubre de 2019, García Bernal declaró “todavía pienso que votar por AMLO fue lo mejor”, pero al mes siguiente, tras la masacre de la familia Le Barón estalló: “¿Para qué chingados votamos por ustedes?” y expresó en un Twitter “Si no cambia el gobierno y @lopezobrador_ de narrativa ¿Para qué chingados votamos por ustedes? Mas vale que asuman por completo su responsabilidad y hagan lo posible para que esto no suceda más. Que se vuelva su mantra y objetivo
Otro sector por definición progresista es el de los científicos, también ellos apoyaron a López Obrador, incluso se formó una organización de universitarios sin partido, que respaldó a la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Pero ¿qué sucede ahora?: desaparece el Fideicomiso del Instituto Mora, dedicado a la investigación histórica que tanto dice gustarle a López Obrador; el del Centro de Investigación y Docencia Económica que ha desarrollado estudios con indicadores que permiten definir políticas públicas y el Fideicomiso para el Fomento y la Conservación del Patrimonio Cultural, Antropológico, Arqueológico e Histórico de México, justo cuando la gobernadora Sheinbaum anuncia que el próximo año se celebran 500 años de la fundación de la Ciudad y los fideicomisos de 26 instituciones públicas.
La desaparición de 109 fideicomisos aprobada en comisiones por la Cámara de Diputados, encabezada por Mario Delgado, quien aspira a la presidencia de Morena le permitirá al gobierno la captación de 68 mil millones de pesos, sin embargo, la regla económica es que, si tapas un hoyo, es que abriste otro. ¿Cuántas personas que trabajan para la industria cinematográfica y en proyectos de investigación científica quedarán desempleados?
¿Pero sabe que es lo peor? que antes de decidir la desaparición de los fideicomisos se hizo la pantomima de unos “parlamentos abiertos”, ninguna de cuyas conclusiones fue incluida.
Resume muy bien la situación un encabezado de la agencia Infobae “Científicos alzan la voz contra desaparición de fideicomisos: “es un chantaje usar al COVID-19 como excusa”.
Cierto, atravesamos por una crisis de proporciones épicas, del millón 18 mil víctimas fatales registradas en 215 países, 77 mil 646 han muerto en México, casi un ocho por ciento; sin embargo, el ogro filantrópico, como llamaba Octavio Paz al viejo PRI creaba empleos, la desaparición de fideicomisos los desaparece.
Por eso la pregunta, ¿estábamos mejor cuándo estábamos peor? o en otra forma de expresarlo ¿Sale más cara la honestidad valiente que la corrupción descarada?