Por Arturo Sandoval
“Ahí viene el tlacuache
Cargando un tambache
Por todas las calles
De la gran ciudad”.Francisco Gabilondo Soler (Cri Cri)
Durante 25 años corro diariamente en el hermoso Bosque de Tlalpan. Con tristeza compruebo la existencia de depredadores de la fauna. Nosotros invadimos su hábitat y además los matan. He encontrado tarántulas aplastadas, víboras descuartizadas y Tlacuaches muertos a pedradas. Curiosamente ardillas no. Hay sobre población de ardillas porque mucha gente les da alimentos. Son de apariencia bonita, pero excepto su imagen, son igual a una rata y causa los mismos daños a la salud; se comen las plantas tiernas, los cables y casi todo. Estos roedores transmiten una serie de enfermedades y parásitos a los seres humanos y mascotas domesticas. Autoridades recomiendan mantener distancia y sobre todo no alimentarlos. Son las autoridades a quienes deben tocar la conciencia de los usuarios del bosque para no acabar con la fauna y no crear un desbalance ecológico. También a los vecinos de áreas boscosas en todo México.
Las ardillas transmiten la misma cantidad de enfermedades que una rata. El peligro radica en que las personas encuentran a las ratas repulsivas y las ratas huyen de los humanos, mientras que las ardillas no. Muchas personas se acercan a las ardillas y les dan de comer, esto hace que los roedores se familiaricen con las presencia de humanos y que el contagio de algún parásito o la transmisión de alguna enfermedad sea más probable.
Estudios serios de la fauna indican que el 85% de ardillas porta el virus de la Leptospirosis, el cual puede llegar a ser mortal. Veterinarios de la zona pueden confirmar que casi la totalidad de mascotas que vienen por dicho virus a sus establecimientos, se pasean en parques donde hay gran cantidad de ardillas. Mientras que mascotas que se pasean, donde hay una gran población de ratas, no presentan indicios de esta enfermedad. Eso no quiere decir que las ratas no contagien enfermedades, sino que estas evitan el contacto humano, mientras que las ardillas están más acostumbradas a nuestra presencia por lo que se acercan mucho más.
TLACUACHES y ZARIGÜEYA son parientes.
Los tlacuaches son mamíferos marsupiales, como los canguros. Se ubican en el continente americano, desde Canadá hasta Argentina, que son menos preciados especialmente en Yucatán (México). En Yucatán es común ver una tlacuache atropellado; son maltratados y asesinados sin saber los beneficios que dan. Son mal llamados zorros, comadrejas, ratas pero estos últimos tres son totalmente incorrectos ya que son tlacuaches que pertenecen al orden (Didelphimorphia). Son pequeños llegan a medir de 30 ó incluso 50 cm de largo, y llegan a pesar entre 3 y 5 kg. Se caracteriza por su hocico alargado, su cabeza tiene forma ovalada y posee una cresta ósea en su centro. Su fuerte cola es prensil y la usan para asirse de las ramas. Sus patas son cortas y tiene cinco dedos en cada una. Se alimenta de pequeños insectos, larvas, moluscos, huevos, frutos, raíces y pequeños mamíferos. La gestación suele ser de unos quince días y las hembras pueden parir un número muy variable de crías; desde cuatro hasta incluso dieciséis. Se mantiene en la bolsa marsupial unos sesenta días después del nacimiento, durante la época de lactancia, y unos días después salen al exterior con el tamaño similar al de una rata.
Se dice que el tlacuache es uno de los pocos animales que se conserva sin variaciones desde que apareció en nuestro planeta; data del Eoceno, en el periodo Terciario de la era Cenozoica, hace más o menos 60 millones de años, época en que los mamíferos comenzaron a poblar la faz de la tierra. Y mire, haga cuentas de cuántos millones de años antes que el hombre, apareció el tlacuache: se establece que hace unos 2.5 millones de años la aparición del género Homo, se toma como punto de inicio para el Paleolítico o Edad de Piedra.
El tlacuache no transmite la rabia como la gente dice, ya que su temperatura corporal es baja y ni siquiera la pueden desarrollar. Los tlacuaches no son mascotas, no es justo privarlo de su desarrollo natural. No son agresivos, a menos que estén en peligro o asustados.
En unos tiempos las tlacuaches fueron entrenados para detectar minas explosivas a 40 km de distancia, el tlacuache en peligro parece que se hace el muerto, entra en un coma involuntario que genera un olor a muerto y sus pulsos cardíacos se vuelven muy lentos. Ayudan a controlar la población del insecto que transmite el mal de Chagas, en su cola almacenan grasa para épocas escasas de comida, defienden sus “patios” ya que comen las odiadas cucarachas, serpientes, raíces, etcétera.
Aguantan 80 mordidas de una serpiente cascabel entre muchas cualidades.
Me ha tocado ver en una vereda del bosque, a un cachorro de tlacuache muerto por un depredador, abajo verán las fotos.
Pero también los veo vivos en las ramas de una higuera dentro de mi jardín. Incluso hay grandes hoyos en la tierra junto a los muros donde creo tienen nidos.
Mis dos perras, una cruza de chihuahua y otra un poco más grande sin raza, han atrapado a tres. A uno lo hirieron superficialmente. Haber investigado antes sobre ellos, me da confianza de acercarme a ellos y no lastimarlos al cargarlos. Se hacen muertos y los tomo por la fuerte cola, los meto al baño. Al lastimado, limpié su herida con agua oxigenada para después llevarlo al veterinario del bosque. Miren:
Cuando uno de los veterinarios lo toma de la cola para curarlo, descubrimos que es hembra. Se ve su marsupio o bolsita con bebés dentro de ella.
Como a las dos horas de observarla, me envían un vídeo donde la liberan en el bosque. Sus heridas eran muy superficiales y pequeñas. Pude acariciarla; primero con precaución, pero después se sintió segura y acaricie su pelaje muy suave.
NOTA: ahora me encuentro con varias asociaciones dedicadas a cuidar a los tlacuaches, por cierto mascota de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Una es Tlacuy:
tlacuys@gmail.com
https://www.facebook.com/tlacuy/