La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Después del sanjuanazo merecen una sanjuaneada
Muy grave, la acusación que hizo la periodista Sanjuana Martínez, quién señaló que, a los ex trabajadores de Notimex, se les pidió, para agilizar y aumentar el monto de su liquidación, que dieran el 20% de la misma para la campaña de Claudia Sheinbaum.
Tal práctica, de extorsión laboral, no es nueva, basta recordar el caso de la ahora gobernadora, Delfina Gómez, que pasaba ‘a la báscula’ a los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco, delito que fue documentado por el INE y confirmado por el TEPJF.
En este caso, el tema cobra relevancia, ya que, la denuncia viene de una periodista de larga trayectoria crítica que, además, es (¿o era?) simpatizante de la 4T, es decir, la nomenclatura morenista, no puede salir con el sonsonete de acusar una calumnia de la ‘mafia del poder’.
Desde luego, el presidente López Obrador, señaló que los dichos ‘no son ciertos’ y agregó: “que se investigue lo que tiene Claudia y se compare con otros”. Comentario mañoso del tabasqueño, porque lo que se expresó es que el dinero era para su promoción, no para que se enriqueciera, obvio, el objetivo era desviar la atención, pero, no lo logró.
A lo anterior, Sanjuana respondió que ella ya no es parte del gobierno y remató contundente: “fui leal, pero mi lealtad a mis principios y a los mexicanos es primero”. No se retractó, confirmó su aserto.
Pecaríamos de ingenuos, si suponemos que habrá sanciones, lo seguro es que se argumentarán mil excusas y, no faltarán, los que aseveren que se trata de un ‘impuesto revolucionario’. Ni hablar, el gatopardismo en México, es costumbrismo.