La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
La ideología es a los políticos lo que los zapatos a la Cenicienta
La cachaza de muchas y muchos (dizque) políticos en México, es parte de los enigmas que hacen incomprensible la selección de candidatos a un cargo público. Veamos.
Nadie podría imaginar (por muy pacheco que ande), que José María Aznar sea algún día candidato del PSOE o que Chelsea Clinton, contienda arropada por los republicanos.
Para no ir muy lejos, podemos citar ejemplos de cuando la urbanidad política existía en este país: hubiese sido imposible ver a Valentín Campa postularse por el PRI o a Luis H Álvarez, hacer campaña con la camiseta del PT.
No obstante, bajo el pretexto de reinventarse y refugiándose, de manera oportunista, en las garantías constitucionales, ha germinado una pandilla de trepadores que se enganchan en el proyecto más redituable, sin importarles, en lo absoluto, renunciar a su trayectoria.
Es el caso de Manuel Espino que, de militar por años en una facción fascista allegada al PAN, llamada ‘El Yunque’, en 2018 tuvo una ‘visión’ que lo hizo subirse al barco de la 4T (con la connivencia de YSQ). Ya encarrerado, generó la inmoral ocurrencia de afiliarse a MORENA, buscando ser candidato a la gubernatura de Durango.
Esta vulgar osadía, provocó respuesta inmediata del sector duro de la izquierda empoderada, que bajo la batuta de Paco Ignacio Taibo II, decidieron aplicarle, justamente, la taibolinha, al caradura admirador del franquismo y lo dejaron fuera de la contienda.
Carajo, tengan decoro y no busquen que la traición se convierta en un ejemplo de vida.