La Espinita
Andy S. K. Brown
- ¿Se ganan los debates?
- AMLO pacta con el crimen
- Nahle y la “casología”
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Ya van a empezar. A partir del próximo lunes en muchos espacios de opinión y, claro, en los que tienen a su cargo las candidaturas presidenciales comenzarán a decir que Gálvez ganó el segundo debate; no, que lo ganó Sheinbaum, y hasta habrá por ahí algún despistado que afirme que el triunfador fue Máynez.
Pero, ojo, los debates no se ganan, aunque sí se pierden. Y es que ¿cómo medir el número de goles o de carreras, si un debate fuera un encuentro de futbol o de beisbol?
¿Cuántas veces encestó Claudia? ¿Cuántos kilómetros adelantó Xóchitl a sus contrincantes en la carrera? ¿Con qué clavado fue que Jorge se alzó con el primer lugar en el podio?
No, pues, los debates no se ganan, pero sí pueden perderse como le decía antes.
¿Y cómo se pierden?
Pues mostrando nerviosismo, no lograr convencer, mintiendo y hasta excediéndose en los ataques.
Los debates no sirven para cambiar la opinión de los votantes, Sirven para reacomodar las campañas. Nada más.
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Semana de pactos. En Sonora, una candidata a diputada local propuesta por Morena, Guadalupe Delgadillo, en su desesperación por ganar las elecciones se dijo dispuesta a pactar con el mismísimo diablo para derrotar a los opositores.
En el Zócalo de la capital del país, AMLO confiesa que “ha buscado acuerdos” con grupos armados de la frontera sur, que padece una ola de violencia por las disputas de cárteles del narcotráfico.
Busca y busca y no lo encuentra.
Los grupos criminales no quieren pactar con él, quizá porque ya se va, tal vez porque saben que nunca cumple aquello a lo que se compromete.
¿Será exitoso el pacto en el caso de Sonora y su candidata?
Tal vez sí.
A diferencia de AMLO, el diablo sí cumple.
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Ya se ha dicho que la “casología” es una de las ramas de estudio de la política a la mexicana.
Tal obedece al hecho de que los políticos de este laredo son especialistas en coleccionar boletas de impuesto predial, que entre más alto sea el cobro es mejor.
¿Falta de arraigo? ¿De sentido de pertenencia?
Algo de eso debe haber cuando al llegar a un cargo público o a uno de representación popular, lo primero que hacen es adquirir propiedades inmobiliarias.
La casa grande y hasta la casa chica. La cabaña en el campo. El departamento en la playa. El rancho en las inmediaciones del solar natal.
Rocío Nahle, todo indica, fue a lo que más empeño dedicó, postergando a un segundo plano la construcción de la todavía inacabada refinería en Dos Bocas.
Aunque a Nahle, todo indica, se le pasó la mano.
Tan es así que AMLO no ha salido en su defensa.
@AndySKBrown1