En opinión de Héctor Calderón Hallal
Ni el presidente López Obrador y su equipo de colaboradores prejuiciados, ni el gobernador de Sinaloa, han sabido valorar suficientemente la importancia del sector agrícola comercial de nuestro país.
En López Obrador es totalmente comprensible, pues su preparación académica, que es pírrica, está plagada de prejuicios y complejos ‘de clase’. Jamás podría aceptar que haya existido una vocación y hasta una dinámica comercial en el sector agrícola de nuestro país, porque la construcción de su ideología, dictada desde el lumpen de la intelectualidad marginada, concibe para México, una agricultura de ‘subsistencia’…de autoconsumo.
Pero en Rubén Rocha Moya, que, aunque maestro normalista rural y forjado en ese mismo terreno lumpen intelectual que López, tuvo en su desempeño como burócrata priísta (Coordinador de Asesores de por lo menos dos gobernadores), contacto con estrategas y gobernantes –no solo con empresarios- que le mostraron la importancia de la actividad, como forma de generación de activos por la vía del ingreso de divisas, producto de las exportaciones y como forma de generación de cadenas productivas y de valor, al desencadenar el empleo formal y la derrama económica en la entidad, por ejemplo.
Ahora, Rocha Moya hace mutis a las demandas del sector de la agricultura comercial sinaloense, como una forma de solidarizarse con los complejos del Presidente de la República y… atención, de su más preclaro favorito para la sucesión; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, otro tabasqueño fundamentalista, formado indirectamente en los parámetros ‘moralinos’ y fascistoides de aquel chiapaneco que gobernó Tabasco en las décadas de los veintes y los treintas del siglo pasado, que fue fundador de los “Camisas Rojas” y los “Camisas Negras”, Tomás Garrido Canabal.
Aquellos fueron cuerpos de choque a la manera de los que operaron en el sur de Italia, comandados por Garibaldi y en el resto del territorio por el propio Benito Mussolini (“Camicie Rosse”), para agredir a monjas y sacerdotes católicos, así como para cerrar templos de esa misma congregación.
Ya habla este alto burócrata (López Hernández) de los “tiempos del Señor”… en| un lenguaje de “falso profeta”, sin duda; habrá que estar muy atentos con el desempeño de este político tabasqueño, observando sus movimientos “con lupa”, pues seis años más de “fundamentalismo” y ahora reforzado con las ideas fascistoides de este “hermano del Presidente”, no lo aguantaría el país.
En México nos urge la libertad en todos los órdenes, entre ellas la de credo y de libre manifestación de las ideas.
En México urge, además de la pacificación del país y la reconciliación de sus diferentes sectores y regiones, un político que una y aliente a todos los mexicanos en un plano de igualdad de condiciones, hacia la productividad y el emprendedurismo.
Pero este secretario de Gobernación, comisionado por López Obrador para “resolver” el tema de los precios de garantía y la adecuada comercialización del maíz, el trigo y el sorgo, a los productores comerciales de Sinaloa, Sonora y Baja California, materialmente “les jugó el dedo en la boca”… fue a esos estados a “placearse” para condicionar el apoyo al tema a cambio del apoyo de los productores a sus pretensiones personales de alcnzar la nominación morenista a la Presidencia para 2024.
Y ni resolvió nada…. Y por el contrario, al parecer empeoró las cosas.
Desde que llegó a Sinaloa, específicamente, el negociador López Hernández dijo que con la intervención de Segalmex y Gobierno del Estado en la compra de 1.8 millones de toneladas, serviría para alentar a la alza los precios del maíz.
En realidad la estrategia no ha servido para nada.
El precio ronda en los último días en los 4 mil 900 pesos, más con la base otorgada por el gobierno apenas alcanzaba los 5 Mil 206 pesos por tonelada, muy por debajo de los 7 mil que demanda el sector, para poder hacer rentable su actividad.
Pero eso no es todo, los precios a futuro para julio del maíz perdieron casi 2 dólares este miércoles.
En pocas palabras, a estas alturas la primera evaluación pudiera decir que el plan del Gobierno que aún no termina de diseñarse bien, no funcionó y fracasó. No ayudó a subir los precios en el mercado.
Aquella “solución”, que el Gobierno Federal propuso por conducto de Adán Augusto, de comprar 1.8 toneladas de maíz, por ejempo, para el caso de los productores de Sinaloa -porque en Sonora el producto es el trigo y en Baja California es el sorgo- ha resultado totalmente inoperante y de alto riesgo; esas mismas toneladas aún están en las bodegas locales y estas están a punto de llegar a la saturación,cuando nos encontramos a un 30% del proceso de cosecha. Si esto llegará a suceder y no se actúa con rapidez, se pudiera llegar al caos total en el tema del almacenamiento, pues no hay suficientes bodegas para las 5 o 6 millones de toneladas que produce Sinaloa.
Se dijo incluso que, con este programa del Gobierno, se buscaba doblegar a los industriales. Evidentemente no se logró. Ocurrió todo lo contrario.
El Gobierno les puso en charola de plata cuando menos 4 millones de toneladas de maíz que dejó libre a precio de mercado y hasta un poquito menos.
El negocio a compra actual y compra del año pasado, deja una diferencia de cuando menos 2 mil pesos por tonelada de maíz y que el industrial desde el año pasado indexó al precio de su producto final que es la elaboración de la harina de maíz.
Entonces estamos hablando de un jugoso negocio de cuando menos 8 mil millones de pesos, para los industriales harineros… en detrimento del productor.
Pero ¿Por qué esta defensa tan ardiente de la actividad agrícola en el plano comercial?.
Ciertamente hay hambre y precariedad históricas en el sector de la produccción de autoconsumo en algunas regiones del país pero, es el caso, de que la agricultura masiva y tecnificada, ocupa, según la visión de organismos multinacionales como la FAO, que es la división de la ONU para la Aimentación y la Agricultura, un lugar preponderante desde la década de los años cincuenta, por lo menos.
Es la batalla contra el hambre mundial, contra la escasa productividad y los desequilibrios mundiales generados por el reparto inequitativo que la naturaleza ha hecho de las riquezas orográficas e hidrográficas del mundo. Es un plan mundial de atención a la alimentación del planeta.
Más allá de “complejos” históricos y absurdos entre mexicanos del norte y del sureste, la realidad del mundo debe empezar a recomponerse a partir de una premisa, entre otras muchas; por ejemplo: “Ni los niños de Biafra tienen la culpa o son responsables de la hambruna que azota a sus regiones de suelos pobres y secos…ni los productores agrícolas del noroeste mexicano pueden ser ajenos al papel que les corresponde desempeñar en esta correspondencia por demás insoslayable”.
Todos los humedales costeros de la franja pacífico norte, a partir del norte Nayarit, Sinaloa (completo) y el sur de Sonora, hasta el valle de Mexicali en el norte y San Quintín, en la región centro sur de Baja California, han sido detectados, impulados y habilitados, gracias a la planeación de organismos financieros internacionales, como el World Bank, o el Exim Bank, desde mediados del siglo XX.
No se crea el presidente Obrador o su secretario de Gobernación… o los rabiosos y acomplejados asesores de la 4 T, que fue Cárdenas en los cuarentas quien abrió “líneas de crédito” para desmontar miles de hectáreas al cultivo o para construir la red de presas y canales de que dispone la región… ¡No señores, no se equivoquen!. Lázaro Cárdenas sólo se dedicó a repartir tierras… por cierto las mejores para sus ‘paisas’ de Michoacán y Guanajuato que se llevó a Sinaloa; desde entonces se fundaron colonias de residentes originarios de aquellos estados… el dinero vino de fuera… como siempre.
Esas acciones fueron impulsadas por organismos financieros internacionales, para garantizar una agricultura extensiva, reforzando la batalla contra la hambruna en el mundo… y gracias a estas acciones, que provocaron la aparición de grandes valles tecnificados, es que el nivel de vida de la población de esos lugares de climas inclementes, no aptos para la vida humana, se incrementó sensiblemente, aunque a un alto costo para la gente. Hoy por hoy es la región más cara del país; sostener el gasto familiar allá, implica pagar las tarifas más altas de energía eléctrica en verano… y también en invierno… y en cualquier época.
Pero también, gracias a esa especie de ‘bonanza agrícola’ en esa región, en los últimos años el país ha estado más cerca –si no es que ya la alcanzó- de la llamada y prostituida ‘soberanía alimentaria’ en materia de maíz, producto tan socorrido en México, particularmente en el sur.
Nunca ha sido ni fácil ni regalada la vida para el productor de Sinaloa, Sonora o Baja California.
No siempre hubo pólizas de seguros al alcance de todos los agricultores… y muchas veces a lo largo del tiempo, el productor arriesgó su escaso capital a una cosecha en lo particular.
Esa especie de “bonanza agrícola” que muchas regiones del país les envidian a estos estados, no fue producto de la casualidad ni de la buena suerte de los productores regionales… ni de las dádivas de ningún gobierno. Fue producto del tesón, del pagar el costo del aprendizaje por parte de los productores locales…fue resultado de arriesgar hasta la vida misma, no solo el patrimonio, en cada ciclo agrícola.
Hubo décadas completas en que los productores de tomate, perdieron todo su patrimonio esperando una cosecha “generosa”… y las plagas, o elclima…. O el bajo precio del mercado, deshacían sus expetativas. Entonces se llegaron a presentar hasta suicidios. Pero gracias al apoyo tecnológico y financiero, se han podido lograr de un tiempo a la fecha, beneficios y altos rendimientos, gracias también a que el productor es deshinibido y ha logrado promover sus productos en EU y el resto del mundo.
Los apoyos al campo han sido una conquista a lo largo del desarrollo del sistema político mexicano. Fue una sentida demanda de los productores y a la vez, una necesidad atendida por los gobiernos del desarrollo estabilizador… gobiernos sensibles, funcionarios y políticos previsores que prefirieron privilegiar el diálogo, el acuerdo con los productores locales, antes de permitir el surgimiento del “México Bronco”.
Pero cuidado López Obrador y López Hernández…. Ustedes no conocen el ‘México Bronco’.
Por mucho no es el de aquellas largas filas de tzotziles y chamulas con un calcetín en la cabeza y un “palito” simulando un rifle, en aquel Chiapas de 1994 ¿eh?.
Tampoco el de las bandas de “ñeros” en Tepito, hablando ‘peladeces’ y jugando a ser los ‘malos del cuento’.
El “México Bronco” aun no lo conocen…
De ahí la importancia de la participación de políticos serios, con sensibilidad y preparación para los problemas reales que enfrenta el país.
Uno de ellos, el joven senador por Sinaloa, el priísta Mario Zamora Gastélum.
Ha sido de los que más prudente y brillantemente han usado la tribuna del Salón de Plenos del Senado de la República, para poner en el plano de la discusión el tema de la eliminación de apoyos a la agricultura comercial, cuando esta actividad en el mundo entero, particularmente en los países del primer mundo, resulta ser una de las más subsidiadas por los respectivos gobiernos de sus países, al grado de ser vista con una fuerte carga de “dumping”, esa nociva práctica para el intercambio comercial en el sistema de libre mercado.
Fertilizantes, herbicidas, crédito a la siembra, crédito a la cosecha, crédito a la transportación, crédito a la comercialización… a todas –absolutamente todas- las etapas del ciclo agrícola tienen contemplados los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, apoyos directos vía financiera.
Esta vez, cuando lo único que se pedía al Gobierno Federal por parte de los productores agrícolas del noroeste, era la certeza de un precio de garantía para no tener pérdidas este año en el ejercicio, es decir, ni siquiera para obtener la mínima ganancia (de 7 mil pesos y 8 mil pesos por tonelada, en los precios de maíz y trigo respectivamente)…solo para no “perderle” y en un gesto de responsabilidad social.
Se buscaron varias alternativas pero todas sin excepción, con el fin de castigar al productor agrícola del noroeste, porque a juicio de López Obrador… son puros “riquillos”, que “usan troca y cintos pitiados”…
El senador Mario Zamora fue valiente y les mandó decir a los políticos y autoridades de Morena, desde la tribuna del Senado esta semana, que “¡Gobernar implica no solo emitir discursos… sino responsabilidad en las acciones y las políticas, capacidad y responsabilidad!”… y los reto a que sigan con esa soberbia, vaticinándoles que mañana se irán… y volverán a estar del otro lado del escritorio.
Hoy, les están dando la espalda a los productores de Sinaloa, por ejemplo, donde hay cerca de 4 millones de toneladas de maíz, que tendrán que ser malbaratadas o de plano enterradas, pues no ha sido capaz el Gobierno Federal de ofrecerles una salida “madura” y propia de un gobierno democrático, no de un régimen totalitario y autárquico, que sea justo con todos los estratos de la población… no solo con los correligionarios.
A inicios de esta semana que termina, productores y campesinos de 21 estados del país, se apersonaron a temprana hora frente al Palacio Nacional, tratando de que una comisión ingresara a la “conferencia mañanera” del presidente López Obrador, a fin de hacerse escuchar sobre su problemática y les fue impedido el paso.
Mario Zamora ha sido el único político que se ha pronunciado en su defensa y señalando la gravísima ofensa que se les ha hecho al negarles su derecho audiencia y de petición consagrados en los artículos 14 y 8 de la Constitución de la República.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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