La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Hay lunas que prometen mucho, pero se quedan en cuarto menguante
El pasado sábado, el diputado Sergio Gutiérrez Luna, participó en el proceso para designar a los consejeros estatales y nacionales de MORENA, lo hizo por el distrito de Minatitlán, lugar en el que nació, pero en el que jamás ha hecho política.
A pesar de que había lugar para diez consejeros (cinco mujeres y cinco hombres), el aún presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, fue arrasado: sacó 138 sufragios, lo cual significa que en su ‘territorio’, parafraseando al clásico, no controla ni a sus nietos.
Sergio, nunca entendió la máxima que dice “toda la política es local” y, por ello, supuso que, con los apoyos del centro del país, le alcanzaba para su propósito, de buscar la candidatura para gobernador del estado.
Con el Cui en contra, el legislador fue humillado en su tierra. No podemos imaginar con que argumentos explicará a don Adán el tremendo palo que le asestaron, ya que, no puede alegar que le hicieron la chamba, hay ejemplos (el de AMLO es contundente), de que es posible ganar nadando contra la corriente, eso sí, hay que tener talento.
Por otro lado, no hubo el menor intento, de parte de sus presuntos padrinos, de impedir que la tribu jarocha se desayunara al suspirante, lo dejaron a su suerte…literal.
Lo peor del caso, es que el fallido lance, le podría costar no ser considerado para ningún tipo de candidatura, si no fue capaz de ganar un lugar entre cinco posibles, no le da ni para buscar una jefatura de manzana. De lo electoral, quedó claro, no entiende.
Ni modo, eso le pasa por suponer que ganaría el que tuviera más selfies.