Ricardo Del Muro / Austral
La denuncia presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum tras ser agredida en público marcó un precedente. En su editorial el diario El País calificó su reacción como “un ejemplo contra el acoso”, al destacar el mensaje político y simbólico que envía en un país donde la violencia de género sigue normalizada.
La respuesta de Sheimbaum – observó el periódico español – fue inmediata: una denuncia penal y la presentación de un plan integral contra el abuso sexual. El proyecto busca unificar la tipificación del delito en todo el país, acelerar la atención a las víctimas, incluir agravantes y garantizar la reparación del daño. Se trata de una reacción con una lectura doble: reafirmar la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección institucional y, al mismo tiempo, asumir que la violencia machista es una cuestión de Estado. No basta con reaccionar ante la agresión a una figura pública; es necesario traducir esa indignación en políticas para toda la población.
Todo el episodio ha puesto en evidencia una carencia fundamental: la falta de educación y conciencia entre los hombres sobre el acoso. La mayoría de las reacciones masculinas en redes sociales ante lo ocurrido con la presidenta, minmizando la agresión, calificándola de exageración o de asunto menor, revelan hasta qué punto persiste una cultura de negación que protege al agresor y perpetúa la violencia. Esa minmización es el primer eslabón de una cadena que permite que los abusos escalen.
En México, donde las mujeres viven con la constante necesidad de diseñar estrategias para protegerse, los hombres rara vez son llamados a reflexionar. La educación de género sigue dirigida a las víctimas, no a los potenciales agresores. El Estado debe actuar con firmeza, pero su intervención será limitada si no existe una transformación cultural que involucre a todos los sectores, de arriba hacia abajo.
El diario estadounidense The New York Times coincidió con el editorial de El País al señalar que el incedente es una muestra del machismo endémico que persiste en México, donde ni siquiera la figura presidencial está a salvo del acoso.
En internet, en la televisión y en sus hogares, las mujeres expresaron su indignación porque ni siquiera la presidenta estaba a salvo, y su resignación a que nada cambie, señaló el medio neoyorquino. La propia Sheinbaum dijo en su conferencia matutina del miércoles, lo que muchas se preguntaban: “Si esto le hacen a la presidenta, ¿pues qué va a pasar con todas las jóvenes mujeres en nuestro país?.
Para muchas mujeres de México, el crimen contra la presidenta, fue un triste hecho de la vida. México tiene una larga historia de machismo, una cultura que enseña a los hombres que tienen derecho a controlar a las mujeres, según activistas y mujeres políticas mexicanas, así como un sistema de normas que refuerzan la desigualdad y la violencia.
Ante el lamentable hecho, el gobierno federal – como anunció la presidenta Sheinbaum – impulsará la homologación del delito de acoso sexual en todo México, para que tenga la misma definición y sanción en los 32 estados. La medida busca cerrar vacíos legales y reforzar la protección de las mujeres, sin importar dónde ocurra la agresión.
El próximo 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el INEGI dará a conocer nuevas estadísticas sobre agresiones y violencia de género. Los datos servirán para medir si los avances legales se traducen en una realidad más segura para las mexicanas.
La agresión contra la presidenta Sheinbaum se suma a los más de 9 mil 930 mujeres que en lo que va del año han reportado episodios de acoso u hostigamiento sexual en el país, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Tan sólo la Ciudad de México concentra mil 107 casos, la cifra más alta a nivel nacional.
El episodio, refleja una realidad que viven millones de mexicanas: el 45.6% de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia sexual en espacios públicos, según la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares.
En México, siete de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de violencia, según cifras del INEGI. Sin embargo, esta estadístca sólo contempla a quienes han podido denunciar su situación; además, se ha detectado un crecimiento de los casos registrados de acoso en la vía pública y en el ámbito escolar.
El desafío para el gobierno mexicano, destacó el editorial de El País, será convertir esta coyuntura en un punto de inflexión para aspirar a una transformación estructural. Desmontar un sistema patriarcal tan arraigado exige más que leyes y protocolos. La denuncia pública de Sheinbaum da ejemplo para que más hombres reconozcan qué es una agresión y más mujeres ejerzan su derecho a defenderse.
Además, la coyuntura puede servir para impulsar un sistema educativo, desde los primeros años escolares, reforzando la materia de civismo, para formar ciudadanos con conciencia ética, respeto por la ley y compromiso con la comunidad, lo cual podría disminuir la probabilidad de conductas violentas y delictivas. RDM




