Ricardo Del Muro / Austral
“Atrás de la Catedral apesta a orines”, dijo María Félix. La frase certera, encuerada y redonda fue el detonador del rescate del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Imagínense que hubiera dicho la Diva si hubiera visitado San Cristóbal de Las Casas, convertido en un “pueblo mágico”, no tanto por su belleza maltrecha, sino porque las fachadas de sus iglesias barrocas han desaparecido tras las carpas y puestos ambulantes; si hubiera visitado el mercado José Castillo Tielemans o hubiera caminado por sus calles sucias e inseguras, donde opera impunemente una pandilla de motociclistas, llamada los Motonetos, que son como una versión, muy folclórica, de los Ángeles del Infierno californianos.
Las condiciones que presenta esta ciudad colonial, fundada en 1528 por Diego de Mazariegos, donde hay 520 edificios históricos, muchos de ellos mutilados, ya hizo que perdiera la oportunidad de ser declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco y ahora está en peligro de perder la categoría de “pueblo mágico”. Es más, está en riesgo de ser descartada por el turismo internacional.
Esta imagen deteriorada de San Cristóbal hace recordar aquella conversación que tuvo María Félix con Jacobo Zabludovsky, en 1991, cuando la Diva del cine mexicano llamó la atención de los mexicanos por el abandono, la desidia y la suciedad en que habíamos dejado a la capital del país.
“El centro histórico de la Ciudad de México – afirmó – está hecho una porquería, el gran terremoto del 85 respeto el centro histórico, nosotros los mexicanos, no lo respetamos, está hecho un cajón de la basura. La gente lo ha tomado como un excusado público. La Catedral huele a orines cuando llegas y no puedes ni siquiera respirar”.
Sin embargo, no fue hasta el 21 de enero de 2003 cuando el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador convocó a una rueda de prensa en la que compartió la mesa con el ingeniero Carlos Slim, donde se informó el inicio del rescate del Centro Histórico de la Ciudad de México, con una inversión de al menos 5 mil millones de pesos, aportada principalmente por la iniciativa privada.
En aquella ocasión, López Obrador declaró que el Centro de la Ciudad de México había sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1987, pero con el paso de los años se había convertido en un área de inseguridad y en donde el ambulantaje gobernaba.
Así, la Secretaría de Seguridad Púbica del Distrito Federal, en coordinación con el gobierno federal y Telmex, que proporcionaba la plataforma tecnológica, puso en marcha el Programa de Seguridad Pública del Centro Histórico de la Ciudad de México, destacándose, entre otras acciones, la creación de un cuerpo especialmente capacitado para atender las necesidades del Centro Histórico y la Policía Montada para vigilar la Alameda Central.
En lo que fue la Recuperación de Imagen Urbana, se llevaron a cabo diversas acciones, como rehabilitación de inmuebles, limpieza y remodelación de fachadas de edificios, reordenamiento de toldos, anuncios, enseres y mobiliario urbano; cambio de asfalto por concreto hidráulico para avenidas, sustitución de la red de drenaje, cambio de la red telefónica por una de fibra óptica y de la red eléctrica (para hacerla subterránea) así como una iluminación urbana para calles y avenidas.
Según diversos cálculos, la inversión realizada por la iniciativa privada fue de un total de 4 mil 500 millones de pesos, que se ocuparon para la compra de inmuebles, remodelación de espacios y reconversión de otros.
El hecho es que, hubo necesidad de que la Diva, María Félix, externara su malestar, para que las autoridades, los empresarios y la sociedad civil iniciaran la recuperación del Centro Histórico. Y en San Cristóbal, ¿qué es lo que hace falta para que terminar con la indiferencia de su habitantes?.
Urge una acción contundente (una alianza del gobierno con empresarios y sociedad civil ) para recuperar San Cristóbal, que contemple no sólo la seguridad pública, sino también la recuperación de la imagen urbana de esta ciudad colonial, lo que significa reubicar a los centenares vendedores ambulantes que actualmente tienen invadidos los sitios históricos.
No es una tarea sencilla y, seguramente hay muchísimos intereses políticos confabulados para mantener la inseguridad y el ambulantaje, pero es una tristeza que por indolencia se este perdiendo la principal ciudad turística de Chiapas. RDM