Claudia Rodríguez
Los relevos en el gabinete del presidente Enrique Peña Nieto llamaron la tarde de ayer poderosamente la atención en el ámbito noticioso; sobre todo la salida de Emilio Lozoya de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien fue relevado por José Antonio González Anaya que dejó el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS). En este movimiento todo indica que la mano todopoderosa del titular de Hacienda, Luis Videgaray, tuvo que ver. Ya Lozoya no respondía a los intereses de Videgaray el Pemex.
La dirección del IMSS es ahora ya ocupada por Mikel Arriola, luego de ocupar cinco años la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y de la salida de Mercedes Juan de la Salud, ni hablar, su tiempo estaba contado y ahora la releva el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.
No obstante estos movimientos y enroques en el equipo de trabajo cercano de Peña Nieto, la noticia de impacto fue la del periódico El Economista del día de ayer, en la que advertía que: “El gobierno gasta más de lo proyectado en el 2015”, no tanto por el hecho de que mientras diferentes áreas de la Administración federal tienen por decir lo menos, cartera abierta, otras ven restringido su gasto; sino porque el Gobierno se ha vuelto un derrochador sin freno y a nosotros los mexicanos nos mandan a apretar el cinturón, aunque ya de dónde, después de las varias vueltas que ya nos da y que nos asfixia por el freno en el gasto doméstico y el la imposibilidad del pago de deudas.
Lo que se advierte en el diario citado es que pese a que en el papel se hicieron reducciones al gasto público para el 2015, como efecto de menores ingresos petroleros, resulta que las dependencias federales terminaron con un incremento del gasto asignado por más de 156 mil 348 millones, así de lo proyectado en 3 billones 669 mil 815 millones, terminó en 3 billones 826 mil 164 millones.
Ante esto lo que primero uno se pregunta es: ¿Y a dónde fue a dar ese dinero? Primero porque es el sector público el que más plazas laborales ha desaparecido y a las que existen a la mayoría les ha pulverizado el salario, además de que no se ve por ningún lado obra social como no sea la asistencialista que nunca falta claro, en tiempo electoral.
Total que mientras Videgaray dice primero que no es a los ciudadanos y a las empresas a las que les toque apretarse el cinturón sino a la Administración federal, resulta que sucede todo lo contrario y no hay ni inteligencia, ni eficiencia en el gasto público que beneficie a todos los mexicanos, más que a unos cuantos y muy, muy pocos.
¡El descaro total! Pero esto está que arde…
Acta Divina… El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto está decidido a gastar mejor los recursos públicos y que ese dinero sea destinado a cuestiones que detonen el empleo y el desarrollo de los mexicanos y del país, afirmó el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso.
Para advertir… Todo indica que los jóvenes desaparecidos a manos de policías en Tierra Blanca, Veracruz, fueron encontrados muertos.
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