Yo Campesino / Ganso ¿enano?
• Sin estatura de estadista, El Caudillo se esconde y aísla al país del desarrollo
Miguel A. Rocha Valencia
Una vez más, sumido en sus complejos y mordido por sus rencores, el Mesías tropical no se atreve –y qué bueno- a codearse con los “grandes” con los estadistas que marcan el rumbo de la humanidad; prefiere anidarse entre los suyos, allá en el rancho donde se siente seguro, y como buen Pejelagarto, en “su agua”.
Por eso no entiende lo que pasa en el mundo, no le alcanza la mirada ni la capacidad; es un enano del tapanco que llegó a donde está por la torpeza y voracidad de otros que le cedieron la silla a cambio de lo que el Ganso sabe dispensar: impunidad.
De ahí que ni siquiera intente entender, vislumbrar lo que significan las reuniones del G-20, esta vez en Roma, de los países más industrializados, donde se buscó firmar el compromiso por disminuir a cero emisiones de carbono en el mediano plazo. Tampoco asistieron los autócratas de China y Rusia.
Menos su mente obtusa podrá comprender lo que se trató en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP26, organizada por Reino Unido e Italia en Glasgow, a la cual ni siquiera llegó un emisario de la 4T para tomarse selfies, como si lo hizo Marcelo Ebrard en la de Roma.
Tarde llegará la secretaria de Energía para suscribir algo que México no va a cumplir, ya que el propósito de la COP26 es asentir compromisos que garanticen la mejora del medio ambiente, luchar contra el cambio climático.
En ambos casos, más allá de la ausencia del profeta de la 4T y su desconocimiento del tema que para él seguramente son mitos creados por el neoliberalismo, están las acciones que van en sentido contrario a lo propuesto en G-20 y COP26.
Una de esas acciones, es la insistencia, bajo el pretexto que sea, de privilegiar el uso de combustibles fósiles para generar energía, regatear o negar inversiones a proyectos de alternativas limpias e incluso plantear programas clientelares que afectan al medio ambiente.
Tan es así que la contrarreforma eléctrica no sólo cancela inversiones (incluyendo indemnizaciones que tendrían que pagarse) por más de 40 mil millones de dólares a cinco años sino también la preponderancia de las carboníferas y el uso de combustóleo en la CFE que, además, no tiene dinero para invertir en su reconversión o modernización y menos para incorporar métodos menos dañinos para generar energía.
Pero, además, en un intento político por cooptar al sector campesino más allá de las centrales a quienes canceló todo tipo de mediación económica para que sea al caudillo a quienes les deba el favor de darles dinero gratis, creó el programa “Sembrando Vida” el cual pretende que Estados Unidos le ayude a implantarlo en Centroamérica dizque para frenar la migración por pobreza.
Lo que no dice el Ganso es que “gracias” a ese programa no sólo no se abate pobreza, sino que también se fomenta la destrucción forestal propia de las distintas regiones. A un año de implantarse, fueron dañadas 72 mil 830 hectáreas de bosques, algunos ubicados en zonas protegidas. El desmonte se convirtió en práctica y la esperada producción de frutales y maderables resultó fallida.
Según el reporte del Instituto de Recursos Mundiales, dicho programa propicia la deforestación, como ocurrió en Chiapas con 22 mil hectáreas, Tabasco con 13 mil 390 y un número similar en Veracruz. Lo que se sembró, no se dio. A cambio, se fomentó y justificó la tala de bosques y selvas.
Por si fuera poco, y de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, Sembrando Vida resultó en 2019 en uno de los más opacos programas de la 4T ya que en los 400 mil campesinos de 20 entidades que contempló, resultó que había muchos muertos y miles que no recibieron el apoyo. En la Secretaría de la Función Pública se presentaron casi un centenar de denuncias contra los superdelegados encargados de repartir el dinero que para ese año fue de 15 mil millones de pesos.
En 2020 se programaron 27 mil millones, también hay denuncias por corrupción incluso de obligar a los “beneficiarios” a gastar los recursos con determinados proveedores para “agilizar el trámite”, o que el dinero prometido no llegó a su destino final. Pero los detalles se sabrán cuando se haga la glosa a ese presupuesto el próximo año.
Total, corrupción, opacidad y daño a la ecología.
Por Mi Raza Hablará el Espíritu