ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Los tratados comerciales internacionales son el summum del neoliberalismo tan detestado –de dientes para afuera– por los capitostes de la Cuarta Transformación.
La contradictoria, tibia y débil defensa que la Presidente formal Claudia Sheinbaum y su equipo de colaboradores heredados por López Obrador hacen del T-MEC dejan dudas sobre la sinceridad de su defensa ante las amenazas de Donald Trump y los ninguneos de Justin Trudeau.
Es más: Han hecho hasta lo indecible para que México ya no sea invitado a firmar la revisión y/o renegociación de ese acuerdo comercial, no sólo consintiendo a los cárteles del narcotráfico, también destruyendo el entramado del Estado con el desmantelamiento del Poder Judicial, y disminuyendo –caso CNDH– y hasta desapareciendo a los órganos constitucionales autónomos, cuya existencia exige el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá.
Hasta ahora, los cuatroteros habían rebasado por la derecha a todos los regímenes recordados, y lo han logrado pese a presumir ser de izquierda, de luchar por los pobres, de defender los principios con honestidad valiente. También de dientes pa’ fuera.
Hasta que la culebra se mordió la cola. Hasta que enseñaron los colmillos, que se han cebado con los más débiles.
Las proclamas populares son el montaje infame de lo buscado. Ahora estamos sin salida, sin dinero y sin fichas para intentar siquiera una nueva apuesta que nos permitiera un boleto de regreso a la época anterior.
Cumplidas las amenazas de Trump y el desdén de Trudeau, tal parece que, como van las cosas, los cambios se antojan irreversibles.
Nos acabamos hasta la confianza de los jugadores internacionales del nuevo panorama geopolítico.
Ya ninguno de ellos cree tengamos los arrestos para sentarnos en otra mesa del casino.
Nos vieron demasiado verdes, demasiado temerosos, muy improvisados, poco profesionales para seguir confiando en nosotros.
Montajes tras montajes de la 4T
De la vieja magia negra ya no queda nada. Los cuatroteros agotaron todos los activos, los recursos del montaje sobre montaje, hasta que llegaron al callejón sin salida.
Lo poco que se quiere recuperar de ese viejo sistema, es lo que se vocifera los fines de semana en giras de acarreados, en las capitales estatales y en los villorrios más pobres y apartados de todo el país.
Hoy se nos deslumbra con otros montajes muy preparados: para taparle el ojo al macho, para eludir enfrentarse al dislate de la negociación previa y maquinalmente fracasada: se anuncia con bombo y platillo, con pompa de quinto talón y circunstancia de comprometidos, la creación de otra universidad nacional, la Rosario Castellanos…
… se preparan más “enjambres” para atrapar a delincuentes de baja estofa…
… se decomisa fayuca de origen chino que expenden los más pobres, los comerciantes informales que en su mayoría votaron por Morena.
Así han transcurrido los primeros dos meses del “segundo piso de la Cuarta Transformación”. Y así amenaza con seguir hasta que el cuerpo aguante. Las amenazas de inminentes devaluaciones, escasez de alimentos de consumo general, la parálisis permanente del aparato económico y social, no importan. Lo que importa es que les crea ese exiguo porcentaje de saldos de su base popular en las aldeas.
Por eso se vanaglorian los resultados ante públicos desinformados, agobiados por la necesidad, desesperados frente al cataclismo.
Son los únicos lugares donde el tambor de la mentira resuena con estridencia, con fantasmagórico retumbo de desastre, con olor a réquiem y, decididamente, con sabor a traición.
En todo el mundo ya saben que la Cuarta Transformación se quedó sin base social, que el país está en medio de la vorágine comercial, de la desconfianza empresarial y de la deserción en todos los partidos políticos. Saben que los empresarios locales no regresarán al carril de las inversiones productivas…
… menos sabiendo que colgarán sobre sus cabezas dos espadas golosas: la fiscal de la Cuarta Transformación y las amenazas que seguro se cumplirán de imponer aranceles a los productos mexicanos que se exportan a EU.
Los inversionistas locales quedaron como pollos sin cabeza, abandonados por un gobierno que nunca entendió que debe gobernarse para todos.
Estados Unidos nunca cumple
En el extranjero se ríen porque ya se dieron cuenta de que somos los únicos que no sabemos que el gabacho jamás ha cumplido un tratado internacional, mínimo desde que Dwight D. Eisenhower se burló de los coreanos en 1953, y así les fue a los pelotones de Douglas Mac Arthur en esa península, en esa invasión de firulais, la primera gran derrota de ese medio siglo.
También en el extranjero se sabe que los Estados Unidos jamás han cumplido con alguna observación de la Organización Internacional del Trabajo, a la que nosotros obedecimos a pie juntillas para destrozar la única planta laboral que quedaba. ¿Por qué siempre somos los últimos en enterarnos?
¿Por qué nunca tenemos decoro para ser el candil de la calle, por qué nos importa un pito el honor nacional cuando de cumplir caprichos externos se trata? Hasta la manipulada Luisa María Alcalde se atrevió a decir, hace cinco años, que nuestros bajos salarios son desleales con Estados Unidos y con Canadá. Lo realmente desleal es que ahora habrá muchos menos empleos que ayer. Son desleales con el fundamento de la justicia social. Son prófugos de la justicia seca.
Después de AMLO ¿el diluvio?
Hoy pagamos el pecado original de no apostar por la reelección de Trump, pensando en su reflejo positivo en la política huehuenche, en vez de ingresar a las grandes ligas al lado de las naciones emergentes, las más poderosas de la actualidad. Por eso nos quedamos como perro sin dueño, como perro en el Periférico, anonadados y sin destino.
Iniciaremos el 2025 con un presupuesto desfondado, sin programas de inversión, sin gabinete válido, sin expectativas económicas, con todos los indicadores como para salir corriendo.
Los anuncios y las promesas se están apagando, fueron fuegos fatuos, desde el Tren Maya hasta la refinería en Dos Bocas que sólo van a funcionar como precursores del encarecimiento, la inflación, el endeudamiento y la devaluación. El montaje fallido perfecto.
Pero los golpes recibidos y asestados en la línea de flotación de este barco llamado México, no tienen reversa.
¿A eso se refería el Caudillo cuando amenazó con que después de él, el diluvio; que nadie podría componer el panorama después de que él se fuera a “La Chingada”?
¿Esa fue la real amenaza de la Cuarta Transformación?
¿El año que viene será pródigo en esta clase de montajes?
¿O usted qué cree?
Indicios
Una carta leída en público antes de ser enviada y una llamada telefónica informal hacen pensar a la ingenua señora Sheinbaum que su relación con el empoderado míster Trump es buena y que beneficia a México. Insiste en que el próximo Presidente de EU no impondrá aranceles a los productos nacionales, que está preparada para recibir a los migrantes que sean expulsados y que el T-MEC no corre riesgos. Una caperucita guinda muy tiernita para deleite del lobo feroz, ¿no cree usted? * * * Por hoy es todo. Mi invariable reconocimiento a usted que leyó hasta aquí este Índice Político. Le deseo, como siempre, que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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