* El titular de la Contraloría del Estado, realiza una auténtica batida contra los corruptos que ya tiene a varios de ellos tras las rejas y a otros en proceso de investigación; su labor está demostrando a la sociedad hidalguense, que la la lucha contra la corrupción del gobernador, Julio Menchaca no son demagogias ni promesas de campaña, sino un verdadero compromiso por cuidar el manejo transparente de los recursos públicos
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Bajo la titularidad de Álvaro Bardales en la Contraloría del Estado, la función pública hidalguense ha vivido una auténtica batida contra la corrupción. Su labor ha desenmascarado la prevaricación endémica que asolaba a las diversas áreas del gobierno local, demostrando que la transparencia y la justicia se están complementando en la actual administración.
Como dijo el filósofo romano Cicerón: “La corrupción es el cáncer de las repúblicas, y el que la tolera es cómplice de su ruina”. Bardales ha demostrado que no es cómplice de la ruina, sino un funcionario que ha decidido enfrentar la corrupción de frente.
Bardales es la muestra palpable de cómo recuperar la confianza de los ciudadanos de Hidalgo en sus instituciones, que por fin están viendo a sus funcionarios tantos a nivel estatal como municipal, rendir cuentas por sus acciones. Su labor ha llevado a la cárcel a alcaldes, ex alcaldes y funcionarios corruptos, poniendo fin a la impunidad que reinaba en el pasado.
La llamada “Estafa Maestra” fue solo el comienzo de una batalla sin cuartel contra la corrupción. Bardales ha sido el verdadero artífice, realizando investigaciones minuciosas y entregando pruebas contundentes que han llevado a la justicia a los responsables.
Su compromiso es claro: “Transformar la forma de administrar y vigilar el patrimonio y el recurso público de Hidalgo, con honestidad y combatiendo la corrupción es una realidad”. Y ha demostrado que no es solo una promesa, sino una realidad tangible.
Con solo unas semanas para que terminen los periodos de los alcaldes hidalguenses, Bardales ya ha demostrado que la corrupción ya no es el “cáncer” que una vez parecía invencible. Su legado es claro: la corrupción no tendrá cabida en Hidalgo.
El funcionario, ha sentado un precedente importante, demostrando que la justicia y la transparencia pueden prevalecer en un sistema que parecía dominado por la corrupción. Su trabajo ha sido un rayo de esperanza para los ciudadanos de Hidalgo.
Y para aquellos que aún dudan de lo que lo suyo no son las simulaciones, la muestra es contundente: 8 alcaldes en prisión, varios ex funcionarios detenidos y en proceso judicial. Bardales no se ha dejado intimidar por las amenazas, no se ha doblegado ante la presión de los ahora debilitados grupos de poder, ni se ha vendido a los intereses oscuros.
En otro de sus mensajes, es claro su compromiso: nadie está por encima de la ley, nadie es intocable. La justicia es igual para todos, y Bardales es el garante de esa igualdad. No tiene miedo de enfrentar a los corruptos, no tiene miedo de desafiar al sistema, no tiene miedo de hacer lo que es justo.
Es hora de que otros funcionarios responsables de velar por el buen manejo de los recursos públicos, sigan el ejemplo de Bardales y se unan a la lucha contra la corrupción. La lucha contra este cáncer es todavía un camino largo y difícil, pero con Bardales, podemos tener esperanza en un verdadero manejo honesto y transparente de los impuestos que todos pagamos.
Un zar anticorrupción que está siendo parte fundamental para que los corruptos la piensen dos veces antes de cometer alguna fechoría, siendo parte fundamental de batida anticorrupción a que se comprometió el ahora gobernador, Julio Menchaca, mandatario al que no le tiembla la mano para pagar castigar a pillos y corruptos, como ya lo está confirmado la sociedad hidalguense que le otorgó su voto y confianza en las urnas.