Yo Campesino / Legitimidad
- Sin sorpresas, 4T dio otro paso al autoritarismo con su bodrio de elección judicial
Miguel A. Rocha Valencia
Más allá del cinismo con que la 4T celebró sus elecciones para integrar su poder judicial, está el hecho de que más del 87 por ciento de los mexicanos decidieron no legitimar el proceso con su voto y otro dos por ciento fue a las urnas a decirle no a la farsa de Morena y aliados invalidando el sufragio.
Lo más penoso del asunto para quien dice gobernar el país, pero sólo lo hace para una facción que como vimos no es mayoritaria, es que para alcanzar los miserables resultados debieron gastarse más de ocho mil millones de pesos y exhibirse cínicamente como lo que son: delincuentes electorales, autoritarios y tramposos.
Tuvieron que recurrir a los acordeones, a sus agradecidos clientes que fueron amenazados para sacar 13 millones de votos en las urnas, de los cuales, nos adelantan que casi 2.5 millones serán anulados porque así lo decidió el elector o por los errores que naturalmente se cometieron a pesar de los acordeones.
Pero, además, se cumplió la previsión de que habría un acarreo a las urnas y una convocatoria abierta del oficialismo no sólo a votar, sino a hacerlo por determinados candidatos demostrando que esta elección derivó de una decisión política, no de un clamor popular.
Ni siquiera tuvieron en palacio Nacional la atingencia o la inteligencia para enmascarar el fraude a la democracia mediante una consulta o algunos foros donde se discutiera o analizara la renovación por la vía electoral de uno de los poderes de la unión. Simplemente se tomó la decisión política y contra toda norma vigente en su momento, se procedió a montar la mascarada.
Por eso cuando en palacio Nacional dicen que el pueblo tomó la mejor decisión, se miente con todo descaro. NO fue el pueblo, ni siquiera el agradecido sino un sujeto envenenado de soberbia y odio quien decidió acabar con la autonomía profesional del poder Judicial y transformarlo en un apéndice político al servicio del régimen.
Los hechos son claros, cuatro de las cinco nuevas ministras son de Morena, las del acordeón, y así será con magistrados y jueces quienes llegarán a las posiciones no por sus capacidades y méritos de carrera donde se servía a la impartición de justicia sin distingos y se ponía freno a los excesos del poderoso, incluyendo al político como en su momento lo hizo la Suprema Corte de Justicia con el profeta de la 4T, sino por su cercanía al poder, a su militancia, su fidelidad al oficialismo.
La decisión política estaba tomada, fue una orden que dejó el profeta, el ganso de Macuspana a su “corcholata” preferida a la extraordinaria mujer que dice Trump, a la mejor president(a) del mundo, sólo faltaba acudir a las urnas para legitimar a los candidatos del Morena y aliados que desde antes de la jornada sabíamos que saldrían “ganadores”.
Pero no lo lograron a pesar del derroche de recursos, del sometimiento del INE y el TEPJF a las exigencias del poder para moverse sin restricción alguna para decirle al pueblo agradecido por quién votar.
No lograron movilizar con todo el aparato del gobierno federal y los estatales a más de 10 millones de sometidos, ni siquiera el número de abonados a los programas sociales.
De tal suerte que los ganadores ya lo sabían, porque al final del proceso, los votos no serían contados por ciudadanos sino por funcionarios de un INE colonizado y presidido por la morenista Guadalupe Taddei Zavala y sancionado por un Tribunal encabezado por la incondicional de la 4T, Mónica Aralí Soto Fregoso quien es el mejor ejemplo de lo que viene, pues fue Morena quien le entregó la presidencia de esa institución, como hoy lo hará con jueces, magistrados y ministros.
Así las cosas, y con el 22.5 de los votos emitidos anulados, la elección de Morena, aliados y todo el aparato oficial, es un auténtico fracaso, no sólo por el número de votantes sino porque no logró legitimar con sufragios un proceso fraudulento y menos aún a los integrantes de su nuevo poder Judicial.
Eso, como efectivamente salen a decir los morenos, hicieron de este proceso algo histórico porque con él, se dio un balazo a la democracia, se acribillaron las instituciones, porque se marca un hito de lo que son capaces de hacer los cuatroteros empoderados de autoritarismo, soberbia, corrupción y mentira.
Quedó claro que esta mascarada, no fue una demanda popular sino una decisión política de YSQ