Es una consideración debida de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, el fusionarse a la bienvenida a nuestra Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, la cuál desde el momento mismo de protestar el cargo, deberá encaminar los destinos de México con el objeto de recuperar el lustre que en anteriores sexenios se menguó.
Como abogados independientes somos sabedores de que en ésta sagrada tierra de libertades, donde habitamos millones de mexicanos, muchos de los cuales han resultado agraviados por las injusticias, deshonestidades, indolencias, ocurrencias, negligencias y omisiones de múltiples gobernantes y donde todos deseamos que durante su mandato, ahora sí, se nos salvaguarden los derechos y garantías estipuladas en la Carta de Carranza; por lo que su sola presencia como Primera Magistrada de la Nación, nos debe de garantizar un coto a todas aquellas insolencias de los referidos mandatarios y que se nos garantice, además que se provea justicia con amplitud.
Al ocupar el elevado sitial al que ha llegado, pletórico de responsabilidades, se le ha distinguido con un gran honor y se le ha otorgado, una demostración de confianza para que usted realice una buena gobernanza, le ha sido concedido el inigualable encargo de velar por los destinos de nuestro México, lo que a partir de su protesta de cargo la convierte en una celosa guardián de respeto que se le debe a la ley y a nuestro Pacto Federal.
Con su investidura de primera mujer Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, deberá de pasar a formar parte del acervo intelectual y cultural de las exigencias en tener buenos gobernantes.
Su responsabilidad es magna, pero la honra de servir a México con probidad y dignidad, haciendo que en justicia se respeten los derechos y libertades es más grande todavía, ya que esos derechos constituyen la base y esencia de nuestra Suprema Ley, que es el fruto más fecundo de la sangre derramada en aquella confronta fatídica, que es la consecuencia más prolífera contenida en el espíritu de la Asamblea Constituyente de 1917.
La hermandad de letrados de nuestra Patria, sabe que no debe de escapar a su penetración y experiencia, la cual ha adquirido como política; que como Presidenta de la República deberá mantener una total independencia de criterio sin concesiones ni agradecimientos con el pasado, las cuales dada su alta jerarquía resultarían impropios, que debe evitar aquellas condescendencias amistosas con la narco-política, que debe de contar, además, con el mérito de saber oír para percibir el argumento de sus opositores y desechar el perjuicio o el error que ha cegado a otros pésimos gobernantes.
A partir de su toma de protesta se convierte usted en una integérrima representante de los mexicanos y por ello debe de penetrar en el espíritu protector del Derecho dentro de la Doctrina Constitucional, ya que su calidad como gobernante le impide desbordar sus límites, no debiendo caer, como otros, en la arbitrariedad, ni en contradecir la ley; a partir de esa toma de protesta, debe usted seguir el ejemplo de esos pocos presidentes respetuosos del Derecho Nacional.
Sea usted bienvenida Doña Claudia Sheinbaum Pardo, el reconocimiento a sus méritos vendrá muy avanzado el tiempo, a usted le compete acreditar o demeritar su prestigio con base en su integridad y en la reciedumbre moral e intelectual con la que se decida a combatir el fenómeno de la narco-política, reprobando, además, el insalubre Decreto de Reforma Judicial y manteniendo siempre un respeto escrupuloso a las garantías constitucionales base de la libertad y fuerza que forma parte la grandeza de nuestro México.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C.