Es bien sabido que la violencia –verbal, física y psicológica— en contra de las mujeres, es asunto de todos los días en nuestro país en cualquier parte del territorio nacional.
Una cosa es que hay quienes se atreven a denunciarla o bien, lo pueden hacer y otra, que existen las mujeres que no saben cómo, o no quieren denunciarla.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia en contra de la Mujer, el presidente Enrique Peña Nieto adquirió un compromiso que no es cosa menor. Todo lo contrario. Cualquier promesa para las mujeres mexicanas, venga de quien venga, debe ser cumplido a cabalidad cuando se trata de edificar una sociedad productiva y feliz.
Peña Nieto enunció un ¡Ya basta! para impedir el flagelo de las mujeres a manos de familiares, amigos, parejas, jefes y hasta desconocidos. Esto lo compromete a pasar del papel al terreno de la realidad las acciones que prometió al presentar el Proyecto Ciudad Mujer en Tlapa de Comonfort, Guerrero, en donde por cierto, las condiciones de las mujeres están insertas en la pobreza y la marginalidad.
Más se insiste. No es el caso de victimizarnos, sino de reconocer lo que en la vida diaria se vive en todos los ámbitos sociales, culturales, económicos y familiares para encajonar a las mujeres en un papel mal entendido de equidad y de oportunidades.
La equidad no significa que hombres y mujeres seamos iguales, sino que tengamos iguales oportunidades, obligaciones y derechos. Y en este punto, lo expresado por el presidente de México, tiene un gran sentido: El patrón cultural que deviene del sistema educativo, no permite terminar con el círculo vicioso y ruin que encajona a la mujer en un rol social agotador y de muy altas expectativas.
Es vergonzoso como después de sufrir violencia al seno de la familia o del espacio laboral o en las mismas calles, la mujer mexicana sea re victimizada por leyes inequitativas y jueces apurados en terminar su trabajo y no cumplir con este.
El Estado y las leyes civiles y penales, tienen una deuda para con mis hijos. Se espera que no sólo en Guerrero, sino en otros muchos puntos del país, la mujer en principio sea escuchada, de que sólo nos oigan: ¡Ya Basta!
Acta Divina… El presidente Enrique Peña Nieto anunció que en el municipio guerrerense Tlapa de Comonfort, se construirá la “Ciudad Mujer”, misma que “está pensada para apoyar a las mujeres que son sujetas de violencia, que son abandonadas por sus maridos, sus padres”; y abundó: “Aquí, hemos escuchado testimonios de mujeres, que no solo han sufrido maltrato, sino que fueron vendidas, así como lo estoy expresando, fueron pagadas para que alguien se las llevara y tuvieron una condición de mayor maltrato y mayor violencia”.
Para advertir… La filosofía se respalda con el ejemplo.
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