Por Arturo Sandoval
“En el refrán “ más pierde el pobre cuando enriquece, que el rico cuando empobrece” hace recordar al Dr. Zhivago, pero nada que ver con nuestros ilustres integrantes de nuevo ingreso a los reclusorios.”
Así el estilo de vida cambia en esta historia de ficción, se convierte en un estilo de vida sin Champaña, sin salmón, sin bolsas de 80 mil pesos, sin paseo de mascotas a Europa en jet privado, sin yates. Ya no habrá fiestas con 2000 invitados sonrientes, serviles, prestos a recibir humillaciones sin perder la sonrisa; aguantar esos malos tratos les hacen creer no ser invisibles para los poderosos. La colección de Ferraris, de Lamborghines, de Rolex ya no los manejarán ni lucirán por las zonas de muy ricos en Miami, Palm Sprint o Polanco. Sus malos chistes no serán celebrados con carcajadas, nadie verá sus granos en la cara como algo original, ni fingirán sonrisas cuando el ex Mi Rey se tire un pedo.
Como fichas de dominó, sus tarjetas de débito, crédito Oro o Platino, serán rechazadas en restaurantes, almacenes, agencias de viajes, joyerías por estar bloquedas y congeladas las cuentas de bancos. Enojo, furia, insultos a los dueños de los negocios, a sus empleados. “Lo sentimos, no nos puede pagar después, son las políticas de la empresa” – “pero pinche idiota, yo consumo cientos de miles de pesos en tu negocio cada mes” – “las cosas cambian mi señor, las noticias indican tener sus cuentas congeladas. O paga en efectivo o llamamos a la autoridad” – “ pues hazle como quieras, no te voy a pagar”. El Junior llama a su escolta, esta no le responde por estar ya con policías junto con ellos. “Okey, te pago, dame chance de hablarle a mi hermana y me traiga el dinero”.
“ Pao, porfa, necesito 15 mil pesos para pagar la cuenta en el restaurante de Lomas, no aceptan mis tarjetas” – “Pues estaba a punto de hablarte y tú me trajeras efectivo al PH, donde ni la tarjeta del almacén me admiten, ya me voy sin comprarle ni un pinche trapo” “le hablé a papá y me dijo la chacha que está a punto del infarto, muy ocupado con las maletas” –
“Oiga Capitán, no consigo la lana” – “pues deje su reloj en depósito” – “no mame, vale más de 800 mil pesos” – “pues entonces iremos al MP” – “No, ya se lo dejo, pero me lo regresa cuando le pague los piches 15 mil pesos” – “claro señor Deschamps, lo tendré en la caja de seguridad y le presto los 100 pesos del valet parking” – “Oiga Capi, llamen a mi novia pofa, se quedó en la mesa” – “No se preocupe, la señorita pidió un Uber y hace un rato se fue”- “piiinche vieja”
TRES MESES DESPUÉS
Reclusorio de alta seguridad anti Chapo
“Neta papá, se llevaron hasta mi cama confiscada, volaron la puerta de la caja fuerte debajo de la alberca de Acapulco” “antes de las auditorías, la servidumbre se empezó a llevar lo que podía, aventaban como mochilas sobre la barda de atrás a la calle y otros las recogían” “¿levanto un acta papá?” – “no seas pendejo, todo eso es robado, la mayoría no tiene factura, de todos modos lo iban a confiscar” –“¿y ahora qué vamos hacer papá?, no tenemos dinero” – “pues trabajar” – “¿en qué? No sé hacer nada, nadie me contesta el teléfono” “ pues busca en lo de tu carrera Pepe” – “papá, papá, ese título tú me lo compraste junto con el de la prepa”
Joven, joven, se acabó el tiempo de la visita, por favor salga.
“Adiós papá, será difícil venir cada semana a verte” –“bueno, dale besos a tu hermana – “si la veo, no sé nada de ella desde hace dos meses”
Vamos a su celda don Carlos, tiene muchos retretes que limpiar. “¡Fuchi, guácala!”
NOTA: lo bueno es que va a seguir la platica de sobremesa, bruscamente interrumpida con su ex abogado Juanito.