Pablo Gato
Declara ayer el secretario de Salud de EEUU, Robert Kennedy Jr. en una audiencia en el Senado.
A pesar de eso, es el país que más gasta en el mundo en salud, ya sea en números totales o comparativamente hablando.
EEUU gasta en salud el 18% de su Producto Interno Bruto. Es decir, de toda su economía. En total 4,9 billones de dólares o Trillion en inglés.
Es, para que nos hagamos una idea, casi la misma cantidad que todo el presupuesto federal de EEUU, que es 5,9 billones.
También es el doble proporcionalmente que el promedio del resto de países industrializados.
A pesar de eso, el secretario dice que es el país más enfermo del mundo.
Se repite mucho que EEUU tiene el mejor sistema de salud del mundo. Si, para los que lo pueden pagar.
Hay 30 millones de personas sin seguro médico en el país y 80 millones con seguros que prácticamente no cubren nada. Cada año mueren miles de personas en EEUU por condiciones médicas no letales, pero no van al médico porque no tienen seguro y cuando van ya es demasiado tarde.
¿Es hora ya de tener acceso universal a la salud como el resto de países industrializados?
Es más inteligente, justo, humano, efectivo y tal y como escuchamos mucho más barato.
En todos los países industrializados hay salud universal, que convive con la sanidad privada para quien la quiera y se la pueda permitir, pero toda la población tiene acceso a la salud.
¿Cómo puede usted ser tan ignorante?
Dijo un enfurecido senador demócrata Warner de Virginia al secretario de Salud, Robert Kennedy, Jr.
Le recriminó no saber cuántas personas murieron de Covid en EEUU durante la pandemia o cuántas vidas salvaron las vacunas.
Lleva once meses en el cargo.
“¡Es usted un charlatán!”, también le recriminó la senadora demócrata por Washington María Cantwell. Ella misma dijo que el propio cirujano general de la primera Administración Trump declaró que las vacunas salvaron las vidas de dos millones de estadounidenses.
Los senadores republicanos evitaron la confrontación.
El secretario es un conocido antivacunas y ahora sus críticos afirman que está dificultando el acceso a vacunas por motivos ideológicos y no científicos y agregan que eso costará la vida de personas en EEUU.
Más de mil empleados y ex empleados de su departamento exigieron su renuncia. La senadora demócrata Elizabeth Warren de Massachusetts lo acusó de mentir en su audiencia de confirmación cuando dijo que la vacuna del Covid estaría disponible para todos. Ahora ya no es cierto. Para poder vacunarse hay que tener una “condición médica” o ser mayor de 65 años.
Bernie Sanders le recriminó efusivamente poner en duda la efectividad de las vacunas cuando la aplastante mayoría de la comunidad científica lo confirma. También afirma que eso pone en riesgo la vida de muchos.
La senadora por Minnesota Tina Smith lo calificó de mentiroso. El senador por Nuevo México, Ben Lujan, lo acusó de asesorarse por personas en su departamento que han sido acusadas de hacerse pasar por médicos sin haber estudiado medicina. El senador por Georgia Raphael Warnock dijo que Kennedy es una amenaza para la salud y la vida de los americanos. El senador demócrata por Vermont Peter Welch enfoco sus críticas a los senadores republicanos: “Han confirmado a un antivacunas como secretario de Salud”, les recrimino.
El secretario, por su parte, declaró que los senadores demócratas “no saben cómo funciona el mundo” y pidió el Nobel para Trump.