Por Norma Meraz
El proceso electoral que vive México, ha sido breve para unos y eterno para otros.
A tres dias de la jornada del voto, hay indicadores de éxito para el candidato de MORENA a la presidencia de la República.
Las otras dos coaliciones contendientes -al parecer- no tendrán claro cuál quedará en el segundo lugar.
Dicen que de repetir muchas veces una mentira, acabará por considerarse como verdad.
Así ha sido el empeño de los candidatos que sueñan con el éxito aunque este sea lejano.
El hubiera no existe, pero los partidos políticos, de haber palpado la verdadera realidad del país, la contienda habría sido de mejor nivel y más competitiva..
Nos dejaron solo frases sueltas, ninguna propuesta de cómo solucionar los problemas de salud, de educación con calidad, de empleo, de vivienda, de seguridad, de rezago agrario e indígena, de combate a la corrupcion, de cuidado al medio ambiente..
México ha cambiado mas no así, los partidos.
México es un país mayor de edad, con un sistema político enfermo de avaricia por el poder, pero con una población consciente de lo que quiere y de lo que no quiere.
No quiere vivir lidiando con la pobreza, con la falta de oportunidades y con la incertidumbre de si podrá volver a casa sin ser atracado, baleado o asesinado.
Lo que si quiere es vivir en paz, tener un trabajo digno que permita a su familia contar con los satisfactores básicos que le aporten bienestar y desarrollo.
La película que escenificaron los distintos partidos políticos durante las campañas fue por decir lo menos, deprimente.
Optar por un futuro incierto es lo qué tal vez revelarán los votos depositados en las urnas este uno de julio.
Cansados de las mentiras, los timos los abusos, los atracos y la impunidad, los electores castigarán con su voto al desgobierno.
El padrón electoral de 89 millones de mexicanos que cuentan con el poder para elegir a quienes quieren que los gobierne, harán valer su derecho.
Este ejercicio cívico dejará grandes enseñanzas.
Este proceso electoral- el más competido hasta hoy – no estará exento de eventualidades.
Si los meses recientes estuvieron plagados de irregularidades como : la admisión de Jaime Rodríguez Calderón-a ultima hora-en la boleta; el enfrentamiento del Instituto Nacional Electoral con el Tribunal Federal para procesos electorales ; el cambio de reglas que hizo el INE para marcar las preferencias en la boleta ; el robo de miles de boletas y lo más grave :el asesinato de casi 50 aspirantes a algún puesto de elección; el día de las votaciones, no esperemos que sea miel sobre hojuelas.
Esperemos que el clima de violencia e inseguridad no impida acudir a las casillas.
El derecho a votar y ser votado es también una obligación civil que debemos de cumplir.
No permitamos que se inhiba el voto pues luego no nos quejemos del gobierno que los demás elijan.
Experiencia vivida es la que hoy se padece.
La herencia que deja un mal gobierno no la merece este desdichado país.
El abuso del poder, propició un nivel de corrupcion e impunidad que rayó en la desmesura causando enormes daños al país.
Un endeudamiento externo que deja hipotecadas a varias generaciones e mexicanos; una política social irresponsable que deja a poco más de 50 millones de hombres y mujeres en la pobreza extrema; innumerables obras de infraestructura pagadas de antemano que quedan inconclusas y sobreprecios por pagar; hospitales como el de “ Altas especialidades” en Durango, Dgo., construido hace seis años y por falta de presupuesto no está en operación; la carencia de medicamentos en los centros de salud del Seguro Social y del ISSSTE, el ya presumido tren México-Toluca ; el Socavón de Cuernavaca mal hecho y mal arreglado que sigue considerándose de alto riesgo y el secretario de Comunicaciones y Transportes haciendo caso omiso de las barbaridades que ha cometido con cargo a los bolsillos de los mexicanos ; la carencia de aulas para miles de niños y jóvenes en las zonas rurales y suburbanas; miles de damnificados por los huracanes y los sismos de septiembre siguen sin techo, en Chiapas, Oaxaca, Morelia, Puebla y la Ciudad de México y los millones de pesos destinados para atender esas necesidades, o no alcanzaron o se perdieron en el camino; el Decreto firmado por el Presidente Enrique Peña Nieto por el cual se levanta la veda de 300 cuencas acuíferas dejando a 50 mil núcleos agrarios a la buena de los gobernadores o concesionarios que cobrarán por el uso del agua.
En pendientes quedan para “mejor momento“, las investigaciones de: la Estafa Maestra, y el caso de ODEBRECHT.
¿Y de la calidad de vida de los mexicanos quien se ocupó?
Todos somos parte de esta historia, pero aún así,
¡Digamos la Verdad!