Horizonte de los eventos.
NOTA: Los dos últimos párrafos de la primera parte:
Ello no satisfizo a los triunfadores de la guerra revolucionaria. No bastó la Constitución de Querétaro, de 1917. Tampoco fueron suficientes las Instituciones.
Fueron los triunfadores de la Revolución, que integraron los principios de los revolucionarios derrotados, como Zapata y Carranza y se hicieron reinantes de la Revolución… ¡Fueron capaces de integrar a hombres valiosos y leales de aquellos titanes caídos!
Desde allí cuidaron con un compromiso personal, por cada funcionario público, antes combatiente de la Revolución, (lo que es hoy, un servidor público), que los postulados revolucionarios y constitucionales, transformaran al régimen anterior.
Para ello fue necesario, desde cada puesto de la Administración, en sus tres niveles de gobierno, integrar hombres capacitados en los valores revolucionarios y desde su nivel administrativo, supervisar directamente el desmantelamiento de las estructuras porfiristas y de los obstructores, mafias, organizaciones, que impedían el desarrollo y las cualidades de la inmensa mayoría de nosotros. Lo que se ha reproducido hoy, como la peor consecuencia del neoliberalismo salinista: hay nuevas mafias, Clubes de Toby, que ignoraron las reglas de integración y asociación del sistema surgido de la Revolución, que supieron concentrar el Poder. Extender el Poder.
Se debe a Salinas de Gortari, el desmantelamiento masivo del régimen de la RM. Hasta un candidato le mataron ¡Al Sistema! Ya no servían pa’nada: Pues se robusteció esa oscuridad parricida y en la vida real, sigue gobernando, con más poder. Hacia ellos mismos.
No vieron cómo estaba creciendo un universo social (y científico y tecnológico, y de muchas otras expresiones). Quizá porque no existía en sus tiempos, quizá el confort. Quizá el despegarse, hace que ellos mismos se la crean. Y resulta que afuera se está
creando muchos más, hay mucho más y es beligerante. Y sus brazos que antes contenían todo, ahora no alcanzan ni a parecer que abrazan ¡No tiene ni el 7 %! Ni los que no votan, son de ellos.
(Lo matan, duermen y sueñan de opio 30 años… Cuando abren los ojos… Sigamos, por favor.)
Esos mismos hombres que vieron morir a sus compañeros y familia a manos de los otros, los conservadores porfiristas, “que pretendían conservar sus privilegios” (no olvidemos a los “científicos”, justificándolo todo), en todos los niveles de gobierno, desde los puestos mas modestos, hasta la primera Magistratura.
Al paso de las décadas, el éxito del proyecto revolucionario, exigió la transferencia del poder a nuevos liderazgos, que no entendieron -acaso se burlaban- la necesidad o conveniencia de la rigidez del compromiso con los valores revolucionarios y lo que había qué hacer, para lograrlos: dejó de hacerse, ni lo que así protegían sus antecesores, los fundadores…
Y esta sustitución fue inspirada y posible por la formación política del Partido único, que formó sus cuadros con el conocimiento de la realidad construida por el nuevo régimen revolucionario.
Pero con el conocimiento basto, amplio y bien aprendido y meditado de lo que fue el Porfiriato y, consecuentemente, esa realidad indeseada. Que es la que nos espera, la que quisimos y construimos al desmembrar y corroer a la “Revolución Institucionalizada”, erguida por la revolución, como fue pretendido.
Esa nueva realidad gozante de nuevos derechos, posibilidades y caminos, generó ya una nueva riqueza, con un sector productivo, hecho por la Revolución para las nuevas y ágiles formas y garantías legales, una nueva clase empresarial surgida en gracia de la Revolución Mexicana. Tal encargo se confió al hijo de un modesto oficial revolucionario: a Miguel Alemán Valdés.
Naturalmente, dentro de los más conscientes del pensamiento revolucionario, con posterioridad, fueron los hijos de los grandes generales, para las gubernaturas: Así, Álvaro Obregón, su hijo, Alvarito Obregón, en Sonora y Cuauhtémoc Cárdenas, en Michoacán.
Así transminó el saber y el acuerdo revolucionario de gobierno. Pero no fue suficiente, ante la apertura al talento, a la oportunidad de otros proyectos. Semillas que germinaron, multiplicaron en 50 años, formaron grupos, se concentró un nuevo poder, financiero y político. Y poco a poco regresaron con nuevos esquemas y nuevos socios, los mismos capitales del Porfiriato, hasta hoy que ya están todos y son notoriamente superiores aún pequeño Estado famélico.
Al inicio, un ideólogo, Manuel Gómez Morín. Pero entre esos dos pensamientos, el revolucionario “puro” y el de Chihuahua, “derecha hija de la Revolución”, Fundador del Banco de México y fundador del PAN y el revolucionario, hay tantos como mexicanos hay. Pero ellos formaron un grupo, por el único Partido posible, así de pragmáticos, por varios sexenios, todos los subsecuentes, de ellos aprenden. Los creadores de esto.
(OJO: sigo con la clase empresarial surgida por la Revolución, quienes también gobernaron y ahora sus hijos)