Horizonte de los eventos.
NOTA. Párrafos finales corregidos, de la parte II:
Naturalmente, dentro de los más conscientes del pensamiento revolucionario, décadas más tarde, fueron los hijos de los grandes generales, para las gubernaturas: Así, Álvaro Obregón, su hijo, Alvarito Obregón, en Sonora y Cuauhtémoc Cárdenas, en Michoacán, dieron continuidad evidente, cada uno su estirpe y en distintas décadas, cada uno, al servicio del Estado.
Así transminó el saber y el acuerdo revolucionario de gobierno de Administración en Administración. Pero no fue suficiente, ante la apertura al talento, a la oportunidad de otros proyectos. Semillas que de a poco fueron aceptadas, germinaron y multiplicaron en 50 años y formaron grupos, se concentró un nuevo poder, financiero y político,
Entre paréntesis, poco a poco regresaron con nuevos esquemas y nuevos socios, los mismos capitales del Porfiriato, hasta hoy que ya están todos y son notoriamente superiores al pequeño Estado famélico QUE NOS DEJARON, NO LOS NEOLIBERALES, SINO AQUELLOS QUE NO RESPETARON LAS “REGLAS Y MORAL REVOLUCIONARIAS”, comenzando con Luis Echeverría.
Hablamos del florecimiento del régimen de la Revolución, con reconocimiento internacional, surgen destacados nombres de exponentes hábiles en distintas áreas del conocimiento y otros ámbitos. De enormes magnitudes, figuras y movimientos artísticos y políticos, como Diego Rivera y el Muralismo.
Es el inicio del florecimiento de la Revolución, cuando surge de allí dentro, de la política, el ideólogo de la derecha, del equilibrio, Manuel Gómez Morín, del Estado Revolucionario.
Pero entre esos dos pensamientos, el revolucionario “puro” y el de Chihuahua, “derecha hija de la Revolución”: conoció las escuelas públicas, estudió en la Universidad Nacional, trabajó con Calles y él le encargó la Fundación del Banco de México y 10 años después, fundó el Partido Acción Nacional.
Y entre el concepto ideológico del PAN y el revolucionario, hay tantos matices como mexicanos. También políticos y pensamientos congruentes con Gómez Morín en lo ideológico, pero no en la lucha por la obtención del Poder.
Ellos, a los que me refiero y que usted, amable lector, pronto reconocerá, formaron un grupo para llegar al Poder, por el único Partido posible, así de pragmáticos estos gomezmorinistas, por varios sexenios penetraron poco a poco a grupos, más tarde, de manera oficial: desde el Banco Central y desde la Secretaría de Hacienda, con el apoyo heredado y bien fincado, de Luis Cabrera, al Poder, luego al Partido, hasta ulteriormente lanzar su candidato a la presidencia, agarrarla y hasta la fecha.
Esa hibridación ideológica y pragmático administrativo, de la que los subsecuentes cuadros de esa corriente, todos, de ellos aprenden. Se suplen y se heredan en dos etapas: la de don Antonio Ortiz Mena y la de Programación y Presupuesto de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Son los creadores de esto que padecemos.
En consecuencia, hay creadores responsables de esto, como lo he venido señalando a lo largo de mis columnas siempre: causas, fundador y corruptor.
Mención especial merece la aportación a la consolidación del Régimen de la Revolución, la clase empresarial surgida gracias a ésta, quienes además de riqueza y empleos, también gobernaron con su visión empresarial, amalgamada con los Principios de la Revolución, influyeron y hoy sus hijos aspiran y gobiernan: ¡ESTE ES EL MOMENTO DEL QUE HABLO! ¡ESTE ES EL MOMENTO QUE VIVIMOS! ¡EL DÍA DE HOY!
EL DEL ÚLTIMO CACHORRO DE LA REVOLUCIÓN DE NUESTRA SONORA QUERIDA.
Debemos entender que tan pronto la rebelión triunfa, si la clase surgida de las cabezas dirigentes y conductoras del movimiento desestabilizador, alcanzan el poder y convocan al Congreso Constituyente, hablamos entonces de una revolución.
Pues la diferencia sustancial de un movimiento armado civil, radica si pretende sustituir a la clase gobernante, es un golpe de Estado. Si en cambio, el movimiento insurgente aspira a sustituir el orden establecido, deberá redactar y proclamar una nueva Constitución.
Así, sólo en la segunda etapa del grupo de Ortiz Mena, con los hijos de don Raúl Salinas Lozano, ahijados en primer término de Salomón Gonzáles Blanco y de don Antonio mismo. Luego, primos y amigos de Patrocinio y con el enlace generacional del Profr. Carlos Hank González, y en gracia de él, la vinculación con el Grupo Atlacomulco.
La transición generacional de ideólogos y operadores del “Desarrollo Estabilizador”, fue profundamente dificultosa: Una parte del sistema sabía que no eran revolucionarios, que no tenían ninguna noción de lo que es “Hacer Estado”, de las fuerzas y acuerdos que le dan Unidad y en resumidas cuentas, no eran ni revolucionarios, ni priistas, ni patriotas -desde D. Antonio, todo lo ven en función de los EEUU, si es que no piensan en inglés.
Los sexenios de Luis Echeverría y López Portillo, a la vez que no tenían entrada abierta (aunque el Banco de México nunca los abandonó: becas para estudiar en los EEUU, Harvard, preferentemente, en lo que había chamba). Nada de su pensamiento lógico se identificaba con la falta de control interno de las Administraciones de LEA y Jolopo -1976-1982 no hubo ningún tipo de planeación.
Pero es el caso, que esa “docena trágica”, como se le ha llamado a los sexenios LEA-Jolopo, en los que no tuvieron cabida los abanderados del Banco de México, paradójicamente, luego de que estos terminaran desprestigiados por su desorden, llegaron como salvadores, y hasta la fecha.
No omitiré mencionar, que el desorden administrativo de ambos, uno en sus fideicomisos a diestra y siniestra y el otro, con sus extravagancias, fueron ungidos, LEA, por el agandalle criminal, D. Pepe, por la decisión de LEA.
La historia de cómo toma los hilos definitivos Echeverría, arrebatándoselos a Díaz Ordaz, al General acuarelista, a Alfonso Corona del Rosal y lo que hubiera que desmarcarse de Uruchurto.
Cierto, arrebató los hilos y se hizo de la Gobernabilidad plena de la República, y con ello, de la SUCESIÓN, pero no tenía ninguna formación ideológica, era un burócrata. No tuvo trato con el pueblo, no vivió ni participó de las privaciones del pueblo -que forman en la sensibilidad política social y en el compromiso.
Ajeno al Partido, tampoco entendía bien a bien, las Cámaras. Tampoco sabía del Federalismo y por ello hizo muchas barbaridades… desapareciendo poderes de los estados y persiguiendo sin tregua y por el mundo a quienes le desafiaban, como lo fue el gobernador Carlos Armando Biebrich.
Jolopo fue más sencillo, me platicó Biebrich: “Mira Ramiro, don Pepe fue presidente porque Luis, su amigo, le cumplió una juvenil promesa. Así es que Echeverría hizo un Biebrich en cada estado, para desplazar a la vieja clase política de Díaz Ordaz. Una vez que la desplazamos, nos dio en la madre uno a uno: Zapata Loredo en San Luis Potosí, Pedro Zorrilla, en Nuevo León, a Biebrich, en Sonora, a todos nos hizo y a todos nos chingó… Y ya nada más dejó a su amigo López Portillo en la Presidencia.
Y allí llegó la penetración de los gomezmorinistas disfrazados de priistas piel de oveja: Así, agentes del Partido Acción Nacional, o de la CIA, en cincuenta años de esfuerzo sagaz, llegaron a la presidencia, con un abogado constitucionalista, que llegó al Ejecutivo para deformar la Constitución, entre diciembre de 1982 y febrero de 1983: más reformas que artículos.
Pero ahí no terminó: los siguientes 11 años fueron la demolición del sistema político mexicano, a partir de dos presidentes que ni eran priistas, ni revolucionarios. No hubo ya, la transmisión del saber y la razón del por qué aplicar aquellos valores.
Esta es la historia de la construcción del Estado Mexicano, desde ejemplo de la verdadera mejoría de la población mexicana y la verticalidad en la Liga de las Naciones, antecedente de las Naciones Unidas (ONU), hasta el fatal 5 de octubre de 1981, en que el Partido Revolucionario Institucional, destapó como su candidato a la Presidencia a Miguel de la Madrid, para que junto con él, llegaran los “neocientíficos” de vuelta, en una verdadera venganza histórica, los surgidos y emanados de 1929 y la fundación del Banco de México, Miguel Mancera Aguayo incluido, disfrazados de priistas (eso incluye, del priismo tradicional, de Atlacomulcos, de Conasupos , Petróleos, sindicatos) y con el apoyo de don Pepe, quien creía que le salvarían del repudio histórico como Presidente, le arrebataron la planeación y con la mera planeación financiera, hicieron que todos, quedaran sujetos a ellos y a sus programas: Plan Global de Desarrollo 1980, para empezar a mandar, y el Plan Nacional de Desarrollo (1982) de MMH.
Así fue y así nos fue.