Cónsules nombrados sin perfil ni preparación académica, que practican ya activismo con correligionarios en las propias sedes diplomáticas.
Redacción MX Político.- Otro valiente y revelador reportaje de la prestigiada periodista Dolia Estévez, publicado este martes en el portal Sin Embargo, ha mostrado un nuevo caso de nombramiento de cónsules, hecho por el Canciller Marcelo Ebrard Casaubón, aparentemente sin el cuidado ni la objetividad mínimamente requeridos para un cargo tan importante.
Hace casi un mes, la misma Dolia Estevez nos relató a detalle, el perfil de un recién nombrado Cónsul en Las Vegas, que contaba con antecedentes penales por el delito de estupro, perpetrado a una de sus alumnas años antes, cuando se desempeñó como docente en su natal Sonora. Víctor Alberto Barreras Castro, un joven con estudios de docencia en el Instituto del Desierto de Santa Ana, Sonora, se habría hecho cargo de uno de los consulados más importantes de México en el mundo, donde se representa a un número de connacionales que son objeto de delitos en su calidad de migrantes ilegales, durante el trayecto para ingresar al territorio estadounidense, como ya en calidad de trabajadores ilegales en esa zona del sur de los Estados Unidos; así mismo, por ser un destino preferido por muchos mexicanos en todas las épocas del año.
Renunció el pasado 21 de noviembre, luego de varios días de incertidumbre tras el anuncio del Canciller Ebrard de haberle suspendido (pero no cancelado) el nombramiento, a raíz de la publicación hecha por el portal Sin Embargo, sobre sus antecedentes. Negó los cargos y dijo que la supuesta víctima se había desistido de sus dichos.
Una nueva historia es difundida por Estevez y el mismo medio digital, que revela la verdadera vocación que tiene ahora la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER), en esta nueva etapa del acontecer político de México, en su “Cuarta Transformación”: Ser la plataforma de acomodo laboral de activistas de campaña de Morena, el partido del Presidente de la República, para cumplir con el pago de cuotas políticas.
Y es que de esta forma, se empieza a entender el fondo y la intencionalidad de arribar al poder de muchos fervientes activistas del hoy partido en el poder: Para asumir las mismas actitudes clientelares de los anteriores gobiernos, que tanto prometieron combatir.
Y se fueron a los puestos más encumbrados, los mejor pagados; exigieron a cuenta de “todas las ofensas y reveses acumulados” a lo largo de la injusta historia política mexicana.
No pidieron una pala y un zapapicos para irse a sembrar arbolitos al programa “Sembrando Vida”, como lo hizo en su juventud el acttual Presidente de la República. Exigieron irse a hacer el lobby político al extranjero, al buen clima y al primer mundo.
Llegaron con apetito de encumbrarse y de aposentarse en el poder “por siempre jamás”… y ya trabajan para ello.
Han despedido sin mediar ninguna valoración de experiencia, perfiles, compromiso con las instituciones, a muchos empleados y trabajadores valiosos, funcionales y honrados, para dar el lugar a individuos que no cuentan necesariamente con el perfil ni el nivel profesional requerido para los puestos, que cuentan con sólo un atributo: filiación morenista o méritos en campaña.
La nueva historia es la siguiente:
El pasado 20 de septiembre, Marcelo Ebrard formalizó nombramientos de 7 cónsules en importantes ciudades estadounidenses.
De esos 7 nombramientos, sólo uno tiene la preparación y la pertenencia al Servicio Exterior Mexicano (SEM); es el nombramiento más modesto en atención a la importancia económica, política y poblacional de las ciudades a donde nos representarán los nuevos diplomáticos: Ricardo Pineda Albarrán, Cónsul titular en Douglas, Arizona, que hace frontera con Agua Prieta, Sonora.
Los otros 6 son:
Tarcisio Navarrete Montes de Oca, en Calexico, California, (frontera con Mexicali, Baja California); Efrén Nicolás Leyva Acevedo, en San Bernardino, California; Adriana González Carrillo, en Fresno, California; Víctor Alberto Barreras Castro, en Las Vegas, Nevada; cargo al que renunció hace una semana por lo que llamó el “linchamiento digital y mediático” desencadenado por el trabajo de Dolia Estévez y difundido por el portal Sin Embargo, reseñado líneas atrás.
Y el nombramiento que nos ocupa en esta entrega, de Guillermo Rivera Santos, como Cónsul titular en Tucson, Arizona.
De mucha relevancia política pero ante todo económica, la sede diplomática de nuestro país en Tucson, Arizona. Es después de Phoenix, la ciudad más importante del estado. Frontera más cercana a Hermosillo, la capital de Sonora, pero también al productivo sur agrícola sonorense, (Ciudad Obregón, Navojoa); así también considerada la frontera de Sinaloa con los Estados Unidos, pues por esa puerta ingresa mayormente la producción de hortalizas, productos mineros y del mar.
También mucha droga entra por ahí …y muchos inmigrantes que cruzan por el Desierto del Sásabe, circunscrito a la jurisdicción de ese Consulado y al de de Douglas.
De Guillermo Rivera Santos, el nuevo Cónsul en Tucson, se ha difundido que es Licenciado en Comercio Internacional por la Universidad del Desarrollo Profesional (UNIDEP) y que cuenta con experiencia dentro del sector privado y público, más no se detalla en la información brindada por la Cancillería el día de su nombramiento, que cuente con experiencia en el ámbito diplomático.
Ha trascendido que su experiencia y mérito se reduce a haber coordinado la campaña de López Obrador en el norte de Sonora. Que no cuenta con experiencia en el servicio diplomático ni en labores de protección consular, pues su carrera se ha centrado en la política electoral al servico de Morena en el estado de Sonora. Que no habla inglés, sino “lo más básico”; un 30 porciento señala la investigación de Dolia Estévez.
Los inmuebles diplomáticos en el extranjero, confinados ahora al proselitismo electoral.
Pese a que la Ley del Servicio Exterior Mexicano prohíbe y sanciona el uso partidista de las sedes diplomáticas, el nuevo Cónsul de Tucson, dirigente de Morena en Nogales, presidió una reunión en la sala de juntas del Consulado, convocada por Morena y asistida por militantes de ese partido. “Las redes se mueven por sí solas… cualquier persona que quiera hacer un anuncio de esa índole pues nosotros no somos ninguna autoridad para poder impedirles. No tenemos el control de las redes sociales externas”.
Desde hace varias décadas se practica en los inmuebles diplomáticos de México en el extranjero, el cabildeo político, la gestión y hasta el diálogo para encontrar soluciones a conflictos del orden político de la vida interna de nuestro país.
Una práctica sana, si se parte del criterio de que los “buenos oficios” de muchos diplomáticos de carrera y hasta de muchos políticos a quienes se les da acomodo en posiciones diplomáticas, son puestos al servicio de la resolución de conflictos y la distensión política de algunos temas pendientes de la agenda nacional, que por su gravedad, pueden o deben “arreglarse” mediante el diálogo político, en un inmueble del exterior, fuera del alcance de la opinión pública nacional.
El uso de las instalaciones en esos casos surgió a raíz de las encomiendas que algunos presidentes mexicanos daban a los políticos “caídos en desgracia” o connsolados con un puesto diplomático, para que se encargaran de solventar tal o cual controversia con otros protagonistas de la vida política nacional. Para mantenerlos ocupados, quizá, “desquitando” la remuneración.
Octavio Paz en la década los sesenta en la sede de Nueva Delhi, Rosario Castellanos en la de Tel Aviv, a prinicipios de los setenta, son algunos de las numerosos casos en que fue notoria la intervención de los embajadores y cónsules mexicanos, citando a otros ciudadanos mexicanos involucrados en otras problemáticas, ajenas incluso a las del país en que se encontraban asentados con la misión representativa.
Pero en todos esos casos, se trataba de asuntos oficiales del Gobierno de México, nunca de asuntos ajenos a su función. Los embajadores y cónsules suplían al Secretario o al Subsecretario de Gobernación, o los recibían con discresión incluso, para que sostuvieron el diálogo tendiente al arreglo entre las partes.
Nunca se trató, hasta donde se sabe, de un asunto vinculado a los partidos políticos, que aunque son entidades públicas, porque viven de los impuestos, la ley vigente no lo contempló ni lo contempla.
Si acaso hubo tratamiento de asuntos del PRI o del PAN, como candidaturas o asuntos internos, no trascendió y es el caso, que ya no son gobierno y no es posible juzgarlos en este momento por un acto de esa naturaleza.
Pero sí se puede juzgar a quienes actualmente están en el poder, cuando se detecte que incurran en esas conductas.
Sobre todo porque fue precisamente lo que prometieron combatir, en el caso del actual partido en el poder, Morena: El tráfico de influencias, el uso de los recursos públicos para fines partidistas, el ejercicio indebido del poder público.
El partidismo en las representaciones diplomáticas está estrictamente prohibido.
El Artículo 41 de la Ley del Servicio Exterior Mexicano a la letra dice: “En términos de la legislación aplicable, los miembros del Servicio Exterior deberán abstenerse de incurrir en conductas de naturaleza partidista o electoral incompatibles con el desempeño de su función pública…”.
El Artículo 60 del reglamento establece que el incumplimiento a disposiciones de dicha ley, “dará lugar a procedimiento disciplinario y a sanciones”.
El nuevo Cónsul en Tucson, Guillermo Rivera Santos, presidió una reunióon el 19 de septiembre, a partir de las 18:40 horas, tiempo de Arizona, en las instalaciones del Consulado General de México en Tucson, ubicado en 3915 E. Broadway y Boulevard, con integrantes del “Comité de Morena en Tucson”.
Una invitación que circuló prifusamente een las redes sociales, entre los connacionales residentes del área de Tucson, y las ciudades fronterizas de Nogales, Sonora y Nogales, Arizona.
En esta se leía claramente que convocaba una organización llamada “Morena Exterior Arizona”, la cual portaba claramente el logotipo de la agrupación. La invitación fue esta:
La reunión, fue presidida por el nuevo Cónsul en Tucson, Guillermo Rivera Santos, en la sala de juntas en el cuarto piso de la sede consular.
Rivera Santos, fue el dirigente de Morena en Nogales, y habría tomado posesión apenas el 15 de noviembre.
El trabajo de Estévez reseña que Rivera se comunicó vía telefonica con la periodista a los primeros minutos de estar publicado el reportaje, para justificarse, diciendo que una persona cuyo nombre no recordó, le solicitó personalmente a nombre de la comunidad mexicana, “no de Morena”, una reunión para conocer su plan de trabajo.
Le dijo el nuevo Cónsul que “en ningún momento nos informaron que era propio de un partido político. Y en dado caso, en su defecto, que nos hubieran dicho que era de un partido, créame que no se hubiera dado esa reunión por lo menos en las instalaciones de este Consulado”.
Aunque relata el reportaje, que luego se contradijo cuando explicó que al comprender a plenitud el sentido de la invitación y el motivo, pidió retirarla.
“Obviamente después de que nos enteramos acudimos con las personas que hicieron la solicitud y les pedimos que, si fuera en ese sentido, que nos disculparan pero que no se puede hacer una reunión porque está prohibido por la ley”.
Que no atendieron la petición de solicitar la invitación para convocar a la reunión que les hiciera Rivera, por lo que siguió publicada en redes.
Avelino Maldonado, dirigente de Morena en Arizona y participante del evento en el Consulado, no quitó la invitación de su Facebook, pese al presunto exhorto.
Luego de un puntual cuestionario que le aplicó Dolia Estevez al nuevo diplomático, se desprende que:
Guillermo Rivera se escudó en la incapacidad legal de mpedirle a las personas que publiquen anuncios o ideas en las redes sociales, por eso no pudo impedir que la invitación a esa reunión “a la que él no sabía que tenía el carácter de partidista”, siguiera publicada.
Que “ese Consulado tiene las puertas abiertas para la comunidad mexicana y para todo el mundo. Que oficialmente el Consulado no convocó”.
“Que él sólo conoce a algunos de los militamtes que residen en Arizona, …que conoce a algunos , pero no a todos”, dijo .
En ese momento Dolia Estévez le suelta la pregunta:
¿ Sabía Usted que Lorena Schmit, es líder de “Morena Exterior Arizona”, y Avelino Maldonado, otro líder local, sentados a su lado en la reunión, son de Morena?
“Conozco a Lorena Schmitt como líder de Morena, pero yo desconocía que venían en un sentido de partidismo. A Avelino no lo conocía, pero me dio mucha gratitud que el señor Avelino había hecho un programa en Las Vegas de Uniendo Familias. Desconocía que el señor pertenecía a Morena”, dijo apurado.
Luego la entrevistadora le cuestionó: ¿Por qué se distribuyó material de Morena en el evento?
“No sabía (que lo harían)”, contestó lacónico Rivera.
¿Se habló de Morena?
“Se habló de cuál era el plan de trabajo del nuevo titular para la comunidad mexicana, pero en ningún momento fue una reunión partidista como se hace saber en redes sociales”.
hch