Por: Juan Carlos Estrada
En la actualidad, México enfrenta una crisis humanitaria con miles de personas desaparecidas que siguen sin ser encontradas. Sin embargo, la búsqueda del General Catarino, un personaje histórico desaparecido hace más de un siglo, ha recibido una atención y recursos desproporcionados, lo que pone de manifiesto una preocupante indiferencia hacia las víctimas actuales. En este artículo, compararemos la atención dedicada a este caso histórico con la situación actual de los desaparecidos en México, resaltando la importancia y las implicaciones de este enfoque desigual.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha mostrado un interés particular en la búsqueda del General Catarino Garza Rodríguez, un revolucionario mexicano desaparecido en Panamá en 1895. Para encontrar sus restos, se han destinado más de 9.5 millones de pesos, además del uso de drones y georradares. Este esfuerzo sin precedentes refleja la importancia que AMLO le ha dado a este personaje histórico, que jugó un papel significativo en la historia revolucionaria de México.
Por otro lado, México enfrenta una crisis de desapariciones que afecta a miles de familias. Según datos recientes, más de 100,000 personas están desaparecidas en el país, una cifra alarmante que continúa en aumento. Estas desapariciones están vinculadas a la violencia del narcotráfico, la trata de personas y otros delitos graves. A pesar de la magnitud del problema, la respuesta del gobierno ha sido insuficiente, con recursos limitados y una falta de voluntad política para abordar el problema de manera efectiva.
La comparación entre el caso del General Catarino y los miles de desaparecidos actuales en México pone en evidencia un enfoque desigual y preocupante. Mientras que se destinan recursos considerables y tecnología avanzada para localizar los restos de un personaje histórico, las familias de los desaparecidos actuales luchan por obtener una mínima atención por parte de las autoridades. Esta disparidad refleja una priorización inadecuada de los problemas, donde la memoria histórica recibe más atención que las tragedias contemporáneas.
Es importante que el gobierno mexicano reevalúe sus prioridades y destine recursos adecuados a la búsqueda de los desaparecidos actuales. La falta de atención y recursos no solo prolonga el sufrimiento de las familias, sino que también envía un mensaje de indiferencia y deshumanización hacia las víctimas. Cada persona desaparecida representa una vida truncada y una familia destrozada, y es responsabilidad del Estado garantizar que todos los casos sean tratados con la seriedad y urgencia que merecen.
La atención desproporcionada al caso del General Catarino frente a la crisis actual de desapariciones en México es un reflejo de prioridades mal dirigidas. Es imperativo que el gobierno reoriente sus esfuerzos y recursos para abordar la crisis de desapariciones contemporáneas con la misma determinación y tecnología empleada en la búsqueda de personajes históricos. Solo así se podrá hacer justicia a las víctimas y sus familias, y construir un futuro donde todos los desaparecidos reciban la atención y el respeto que merecen.
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