Redacción MX Político.- Javier Acosta Gil, de 57 años, es el séptimo paciente que muere tras recibir Heparina Sódica contaminada en el Hospital Regional de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Villahermosa, Tabasco.
Igual que las familias de las otras víctimas, María Araceli García, esposa de Acosta Gil, advirtió que demandará a la empresa por negligencia médica y exigirá la pensión correspondiente para la manutención de sus hijos de cuatro y 12 años.
El obrero, con 21 años de antigüedad, ingresó a terapia intensiva el 28 de febrero pasado, luego de que durante su tratamiento habitual de hemodiálisis se infectó con la bacteria Klebsiella spp.
El pasado jueves 12, María Araceli explicó que los médicos le aseguraron que su esposo tenía un cuadro de pulmonía, pero guardaron silencio ante la posibilidad de la contaminación por Heparina Sódica.
En su reporte de ayer, la empresa productiva del Estado reportó que de los 52 afectados, 36 son atendidos de manera ambulatoria, 15 permanecen estables en Medicina Interna y dos más –Ricardo Ortiz y Nahum Domínguez– se encuentran en terapia intensiva.
Acosta Gil, se suma a las muertes de Sánchez Feria, de 76 años; María Soledad, de 55; Patricia Jiménez, de 54; Feliciano Sánchez de 65; Marina Sánchez, de 49 años, y Baldemar García, de 77 años.
Por estos hechos, la Fiscalía General de la República abrió la carpeta de investigación FED/TAB/VHS/0000272/2020 en contra de quien resulte responsable.
La octava muerte en el Hospital de Villahermosa, de Salvador Córdoba, de 75 años, Pemex no la incluye en el conteo oficial, al aducir que las causas del deceso fueron ajenas al fármaco contaminado, es decir –explicó– a la contaminación del catéter del paciente con una bacteria.
JAM