HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
Las mayorías legislativas en nuestro país, son las mismas de siempre, ancladas en el pasado, sumisas ante el presidente en turno, siempre obedientes, no hacen política, mucho menos buscan el consenso para aprobar las iniciativas presidenciales, como en este caso, la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este domingo la mayoría legislativa integrada por Morena y sus aliados, no logró satisfacer los deseos de su jefe, de echar adelante una reforma a la Constitución, una reforma estatista como en los mejores tiempos del priismo echeverrista. Morena fracasó porque no negoció, siguió ciegamente a su único amo, Andrés Manuel quien ordenó no quitarle ni una coma a su iniciativa, así entienden la democracia.
Sabrán los legisladores morenistas que a mediados del siglo XV, John Fortescue presidente del Tribunal Supremo, afirmó “que Inglaterra era al mismo tiempo dominium politicum et regale, quería decir que el rey sólo podía dictar leyes tras consultar al parlamento y obtener su consentimiento aunque tuviera poder absoluto para aplicar la ley y defender el reino”, (citado por Bernard Crick en su obra: En Defensa de la Política).
Crick señala también que “renunciar a la política o destruirla es destruir justo lo que pone orden en el pluralismo y la variedad de las sociedades civilizadas, lo que permite disfrutar de la variedad sin padecer la anarquía ni la tiranía de las verdades absolutas…”
En el legislativo mexicano se renuncia a la política y se destruye en aras de la sumisión al mandatario en turno, lo cual no sólo se presenta en esta administración, lo mismo ha sido a través de los años en los regímenes priistas, panistas y ahora el actual de Morena.
En base a estos atinados conceptos de Crick puedo afirmar que el domingo, el grupo parlamentario de Morena y sus aliados, hicieron todo lo contrario por eso fracasaron en su intento de sacar adelante una ley, que buena o mala, fue rechazada por la oposición que se fortaleció rumbo al 2024.
La oposición salió fortalecida porque Morena se negó a negociar, a transitar por la política para encontrar el consenso, pero no se crean que esa actitud es una garantía de llegar unidos en las próximas elecciones presidenciales.
Una cosa les debe haber quedado clara a los morenistas, no basta con llamar traidores a la patria a los de la oposición.
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Morena y sus aliados sacaron adelante, en Fast Track la reforma presidencial a la Ley Minera, para la que no se necesitaba el voto de las dos terceras partes de los legisladores que integran la Cámara de Diputados. Sólo éllos la votaron, porque la oposición se salió en bloque del salón de sesiones de San Lázaro, para no avalar otro capricho presidencial…Ignacio Mier debe platicar más seguido con Ricardo Monreal que como líder de la mayoría en el Senado siempre ha insistido en que “se debe respetar, escuchar y no cansarse de construir acuerdos con las minorías”. Monreal con un colmillo muy retorcido vaticinó desde el viernes que “sería difícil” que aprobaran la reforma eléctrica en San Lázaro y el resultado de la votación del domingo le dio la razón. Durante su gestión como presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores, el zacatecano ha demostrado que sabe construir acuerdos. En Cambio su contraparte en la Cámara de Diputados en vez de dialogar, “se confrontó” con el bloque opositor a quienes les ecchó a la juaria morenista.
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@HctorMoctezuma13