Norma Meraz
Los mexicanos somos, además de confiados, muy suspicaces. Parece un contrasentido, pero no lo es.
Pronto dejamos atrás los agravios que nos han asestado. Estábamos muy enojados cuando nos dimos cuenta de que los políticos en el gobierno nos habían robado, que abusaron de la confianza depositada a su favor en las urnas.
Sin ir muy lejos, el sexenio de Enrique Peña Nieto, estigmatizado por la descomunal corrupción, hizo que el voto ciudadano se dirigiera hacia un movimiento político cuya edad era de sólo cuatro años.
Ese Movimiento, llamado de Regeneración Nacional, ofrece “agua al sediento” –a los electores—y, en general, a los mexicanos lastimados. Promete un cambio de vida y que, de entrada, recibirán beneficios económicos universales sin tener que trabajar. Los ancianos contarán con una mensualidad en efectivo que les aliviará aunque mínimamente, pero seguro. Los adolescentes que, sin tomar en cuenta su preparación, podrán tener ingreso automático a la Universidad sin examen de admisión previo y también recibirán un dinerito mensual (para cigarros y cervezas, supongo).
Las madres, orden de la familia, también recibirán personalmente unos pesos que si en su familia nadie tiene trabajo, ella gastará ese ingreso a la comida en lugar de pagar la guardería de su hijo.
En fin que este gobierno –generosamente– distribuirá miles de millones de pesos a 28 millones de compatriotas, con el afán de sacarlos de la pobreza.
¡Qué bueno que lo logre! Los discursos del Presidente Andrés Manuel López Obrador son anuncios de sus decisiones y buenas intenciones, al grado que ocho de cada 10 mexicanos cree en él. Su discurso moralizante con el que sataniza al pasado neoliberal como azote de los mexicanos hace mucho sentido a la gente.
Este nivel de aceptación –nunca registrado– lo puede llevar de la humildad a la soberbia.
Un nuevo régimen que intenta borrar toda la vida anterior del país, genera miedos adelantados.
Los estímulos de corto plazo –como es la entrega de dinero en efectivo– no siempre fructifican, precisamente por ser de corto plazo. Sin embargo, su política social unidireccional tiene miras de mediano y largo plazo con fines electorales.
¿Será un pago anticipado del voto? ¡Quien lo sabe!
Este año 2019 los partidos políticos recibirán un financiamiento que ronda los 5 mil millones de pesos y MORENA se llevará la tajada más grande.
El financiamiento a los partidos –México es el país latinoamericano que más subsidio les otorga– aumenta constantemente, pero en sentido inverso. La ciudadanía, lo que es peor, no cree en los partidos
MORENA es un movimiento (que no partido político) con mayoría en el Congreso de la Unión, con amplia simpatía en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y con la mayoría en los Congresos Estatales, podría convertirse en un partido hegemónico como lo fue el PRI –hoy un partido ya irrescatable–.
Entre los innumerables retos de gobierno actual, está el abatimiento de la impunidad y otro es el rediseño de la “estrategia” actual de comunicación social, pues hoy la información que fluye es sólo a través del Presidente de la República. Tal vez vendría bien un nuevo esquema y equipo que con experiencia ayude al Ejecutivo en su tarea de comunicar , entendida esta actividad, como un camino de ida y vuelta .
Una democracia de calidad requiere de la pluralidad política participativa, con organizaciones políticas que vayan a la vanguardia y sin anclajes a los institutos tradicionales y ortodoxos que ya están siendo rebasados.
Interesante es lo que viene después de los 100 días.
Y… ¡Digamos la Verdad!