Claudia Rodríguez
Todos los desastres que provienen de la evolución extrema de fenómenos naturales en nuestro país, se han convertido en un punto importantísimo de inflexión de atención a la sociedad mexicana, que se han desestimado en su prevención; se colocan en distintos medios de comunicación como la principal nota sólo para atraer más audiencia, en una especie de circo mediático entre recuento de muertos y desaparecidos, aderezados con distintas imágenes capturadas por los afectados en el mismo momento en que se producen las calamidades.
De los desastres y fenómenos naturales que se presentan en nuestro país de manera constante, son los fenómenos hidrológicos los que llevan a severas inundaciones, ciclones, lluvias extremas, tormentas y heladas; como lo determina el estudio “Principales retos y pendientes ante las inundaciones en México”, que fue elaborado por la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez en la LXIII Legislatura.
Es claro que los torrentes en mayor intensidad y tiempos prolongados, tienen causas específicas, al igual que las pérdidas en el terreno.
El calentamiento global y los torrentes de basura que corren por todo el país, serían en primer lugar responsabilidad de los Gobiernos en turno, pero igual de todos quienes tienen una unidad productora y contaminante para obtener ganancias, como quienes contribuimos a esa polución con nuestra actividad diaria.
Por las diversas tragedias anteriores y recientes producto del cambio climático en México, queda claro que todo lo suscrito por esta Administración federal, ha sido fallido.
El gran ejemplo de cómo en nuestro país los desechos están fuera de control y cobrándonos su deficiente manejo; son los sargazos presentes en el Caribe mexicano, de los que mucho se han dicho provienen de otras latitudes y viajan vía marítima; pero al estudiarlos a fondo, se ha encontrado que tienen una gran concentración de materia fecal, de ahí su color característico y su olor fétido.
Los hoteles y los gobiernos de todos los niveles, han permitido que los drenajes públicos y sobre todo de los inmuebles hoteleros, descarguen directamente al mar. Qué ineficiencia, impunidad y corrupción.
Igual las televisoras de todos colores y sabores, han contratado a las “chicas del clima” para informar parcialmente el comportamiento del estado del tiempo –que no del clima–, y llegamos a creer que es información de peso para enfrentar lo que caiga y lo venga en materia hidrometeorológica.
Diversos desastres se pueden prever no sólo con el alto nivel de monitoreo de la atmosfera con el que se cuenta; también con la atención a la población, antes de la llegada de un meteoro.
Es tanta la ignorancia ante los desastres pluviales y fluviales en México, que los mismos Gobiernos creen que la única variable a considerar, es la cantidad de agua en las nubes, y los factores son diversos.
Pero así se atreven a afirmar que gobiernan.
Acta Divina… “Necesario adoptar un enfoque más proactivo que reactivo ante los desastres naturales sin importar su naturaleza, a fin de minimizar los elevados costos derivados de los mismos”: Instituto Belisario Domínguez.
Para advertir… En México valen más las ocurrencias de los amigos del hombre en el poder, que años e inversiones en investigación.
actapublica@gmail.com