DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
El Partido Acción Nacional vive uno de sus peores momentos, producto de sus diferencias internas, del vapuleo sufrido en la contienda presidencial y la tozudez de algunos de sus militantes.
Los integrantes del equipo cercano de Xóchitl Gálvez vivían una constante rispidez, con chismes, intrigas, guerra soterrada, disputas por la cercanía con la candidata y la obtención de canonjías.
Mientras eso pasaba Xóchitl manifestaba su queja por la falta de dinero, de espacios publicitarios y de operación y veía transcurrir los días, sin que se reflejara un crecimiento real de su figura.
Eso sí, abundaban las entrevistas de radio, de tv y en los medios tradicionales y hasta redes sociales, ya que ella resultaba atractiva para animar una campaña demasiado aburrida.
La campaña presidencial distaba de ser lo tersa que se creía, la presencia de Santiago Creel, su apatía, indolencia y abusos le ocasionaron enfrentamientos con el equipo cercano de Xóchitl Gálvez y la constante petición a la candidata presidencial de que lo quitara de la coordinación de su campaña.
Xóchitl mantuvo siempre su palabra comprometida de mantenerlo como coordinador de la campaña, en pago a que Creel le dejó libre el espacio para su candidatura, bajándose de la competencia.
Creel siempre ha sido un buen abogado, con un despacho exitoso, pero personaje gris, alejado de la realidad y opaco en su paso político.
El inicio de la campaña mostró su falta de directriz y de idea de lo que debiera ser una campaña política, por lo que Xóchitl fue convencida de anexar a otro elemento con mayor capacidad, por lo que fue seleccionado Max Cortázar como vicecoordinador, pero el que manejaría la realidad del trabajo político, sin gran conocimiento, pero mayor al de Santiago.
El primer agarrón entre ambos ocurrió por doscientos millones de pesos que Santiago invirtió (supuestamente) en espectaculares, sin que expusieran la figura de la candidata presidencial.
El reclamo vino de Max hacia Santiago y el gritoneo entre ambos fue superior al que protagonizó Marko Cortés con Xóchitl, cuando le alzó la voz.
Uno de los momentos de tensión de Marko y Xóchitl (fueron dos) supuestamente zanjados hace unos días, ocurrió después del primer debate en que la candidata presidencial no se vio todo lo fina que se requería y le faltó soltura en su desenvolvimiento, mientras las diferencias entre Creel y Cortázar aumentaron, ya que Santiago y su amigo Antonio Lozano se encargaban de recolectar fondos entre el empresariado para la campaña de Xóchitl y, se dice, no había transparencia en los mismos.
Marko Cortés nunca hizo clic con el equipo cercano de Xóchitl y el rumbo de la campaña zozobra.
Pero mientras crecían las diferencias entre ambos, otro personaje que se manejaba con prepotencia y asumió funciones que no le correspondía era Moisés Gómez Reyna, excoordinador de asesores de la fracción parlamentaria del PAN en el Senado y encargado de la logística de la campaña.
Conforme pasan los días y se van revelando las fallas internas dentro de la campaña de Xóchitl, los enfrentamientos entre sus componentes, las acusaciones de unos hacia los otros y deja ver el cisma que se asoma al interior del partido, donde la presencia de Jorge Romero como aspirante a la dirigencia nacional del partido y su grupo del llamado Cártel Inmobiliario amenaza con resquebrajar la estructura de un partido que fue relegado por los votantes y del que se quiere apoderar un grupo sumamente cuestionado.
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Siguiendo la ruta trazada por Andrés Manuel López Obrador en la integración de su gabinete, Claudia Sheinbaum recurrió a la experiencia de los de 70 y más años, Juan Ramón de la Fuente tiene 73 años, Alicia Bárcena 72, Rosaura Ruiz también rebasa los 70 y Ernestina Godoy justo los 70. Marcelo Ebrard es un joven con 65 años, Julio Berdegué está a punto de cumplir los 67 años. En la segunda remesa de los miembros del gabinete vendrán los jóvenes.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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