Magno Garcimarrero
El día 24 de agosto se recuerda con horror “La Noche de San Bartolomé”. Este nombre se aplica por antonomasia a la matanza de protestantes calvinistas, perpetrada por católicos, en París en el año de 1572, presuntamente ordenada por el rey católico Carlos IX y su madre Catalina de Médici.
Las campanas de la iglesia de San German en Auxerrois, cerca del Louvre, tocaron arrebato para que diera inicio la premeditada matanza. Los historiadores han estimado que esa noche hubo en París 3,000 muertos y los días subsecuentes en otras ciudades próximas otros 10,000.
Se atribuye al rey la fantástica respuesta a la pregunta de su jefe de guardias: -“¿Cómo distinguiremos a los hugonotes de los católicos?” – “Matad a todos, Dios distinguirá a los suyos”.
Si dijo eso el rey Carlos IX sólo lo repitió del autor original que fue el monje inquisidor Arnaldo Alamarico, (Arnaud Amaury) quien obedeciendo las órdenes del Papa Inocencio III, también pasó a cuchillo a un grupo de 7,000 cátaros declarados herejes, en Béziers, Francia, el 22 de julio de 1209.