Hoy que el terrorismo armamentista, químico y financiero ha convertido al mundo en monocorde, en unipolar, el único discurso que se difunde es el de la derecha reaccionaria. Todos los miedos se han instalado, en nombre de la defensa de las repúblicas, de las naciones, de “nuestro modo de vida” y de las libertades, las mismas que a diario ellos mismos destrozan, reprimen y asesinan.
Una encuesta internacional sobre las prerrogativas de defensa islámicas, levantada hace unos días en el mundo no musulmán, arrojó un resultado sorprendente: hasta los nigerianos, italianos y tanzanos apoyan en una franja del 40% de opinión la preservación que intenta la tribu sunita de su territorio, mancillado durante siglos por todas las grandes potencias.
Incluso, debemos recordar que en septiembre del año antepasado, ante las alharacas de Obama para invadir Siria en busca de armas químicas y de destrucción masiva (¿dónde habremos oído esto?), se realizaron de inmediato dos encuestas para sondear el estado anímico de la población gabacha.
En la que levantó el afamado Pew Center, los estadounidenses se manifestaron, en un 48%, cansados de las bribonadas de George Bush acerca del “artillado nuclear” Saddam Husein y la pantomima de la invasión a Irak y Afganistán, que acabó en un ridículo fracaso.
En la del Washington Post, periódico proverbialmente aliado de los republicanos, se reveló que el 59% de los estadounidenses de carne y hueso rechazaban cualquier tipo de intervención prolongada, ¡por los nefastos resultados obtenidos en las anteriores y por el velo de ignorancia informativa que los cubrió!
Pasó a mejor vida la época del ” gran garrote”
Las potencias occidentales, que defienden lo que creen que es su “modo de vida” ya no pueden engañar a la opinión pública internacional con la facilidad que antes lo hacían, con fondos de cantos marciales de cajón y escoleta y realidades de bombarderos aéreos estadounidenses, que cubren las deficiencias de sus blandengues y mil veces vencidas infanterías.
Ya pasó a mejor vida la época del ” gran garrote” y la del “policía del planeta”. Casi nadie cree en los mensajes publicitarios transcontinentales que hablan de lucha contra los infieles, alianzas artilladas para el progreso, cruzadas contra el hambre en el corazón de África y ejércitos mercenarios, formados por las peores raleas de combatientes patibularios.
Se fueron para siempre las consignas de pan y palo, de zanahoria con garrote, de “pida prestado y compre lo que queramos venderle, a los costos que queramos, para cobrarle como se nos hinche que pague”, santo y seña de las desgracias de un planeta empobrecido por la desatada ambición financiera, que tantas veces se cobró mínimas deudas de burocracias traidoras, con territorios y patrimonios soberanos completitos.
Empeñados en tripular la conciencia humana
Ahora que asoma la cara un terrorismo desfasado, transparente en sus bajas intenciones de fabricar bobos para el consumo de los gavilanes, suena más falso que un billete de dos pesos rescatar el honor del pueblo galo, en nombre de las empresas financieras, armamentistas y petroleras que quieren controlar las provisiones energéticas europeas.
¿De verdad creen que somos un mundo de enajenados, autómatas y desvalidos mentales, condenados para siempre a reproducir los esquizofrénicos mensajes de cualquier grupo de terroristas de tercer talón que pretenden manipular nuestras neuronas?
¿Creen que pueden reeditar los escritos de ciencia ficción del terrorismo novelero de Asimov, Huxley, Bradbury, Orwell y Wells, que dibujaron un futuro en el que nuestro planeta estaba formado por comunidades desconectadas y divididas, obedientes sin reparo a cualquier capricho de un manipulador ensotanado?
¿Los asesinos y genocidas, los jefes de trasegadores, narcotraficantes y tenedores accionarios, los piratas y terroristas financieros, los fabricantes de armas y químicos letales, que ofician en los centros de mando de Washington, Londres, Paris, Moscú y Bruselas, están empeñados en la insensatez de tripular la conciencia humana?
Nuestra vergüenza por la sumisión de los elegidos
¿Creen todavía que pueden pensar en que somos sus cobayos y que, como ratoncitos asustados les rogamos que nos invadan y cancelen nuestras libertades los insaciables de la OTAN para salvar nuestra dignidad, honor, integridad y desfondado patrimonio?
¿Que les pedimos a gritos que nos salven de la furia de los infieles? ¿Habrá alguien con dos dedos de frente que se haya tragado el cuento de supuestos ataques terroristas a los aviones imperialistas moscovitas, con técnicas superiores a las que Ian Fleming le atribuyó a James Bond?
Esas películas ya las vimos. Lo mismo que el episodio sucesivo: aquél en donde los mexicanos tenemos que soportar la vergüenza de la sumisión de nuestros elegidos para acatar las órdenes del Big Brother en nuestros aeropuertos, muelles , empresas y oficinas gubernamentales, causando molestias sin el mínimo recato a terceros que ni la deben ni la temen.
¿Por qué no se han dado cuenta que unos son los gobernantes y otros somos la población, y que nosotros ya nos dimos cuenta que la batalla contra los “islamistas- fascistas”, como los llaman con desparpajo, demócratas y republicanos, sólo es la pantalla que cubre la salvaje agresión al pueblo árabe (no mahometano, que conste) para vaciar sus cuencas de agua y petróleo, así como están vaciando las nuestras por el entreguismo adelantado de la tolucopachucracia?
Pavimentan el camino para aplaudir que nos invadan
Los locutores de los noticieros televisivos del “establecimiento” –con voz engolada, dueños de la verdad, pobres diablos cuyo oficio es cobrar por mentir, sobornar para obnubilar, confundir, embobar– repiten a todo pulmón y a toda hora, triquitraques obscenos e indignantes:
“…hoy, las fuerzas armadas del mundo libre, avanzaron sesenta kilómetros hacia el corazón de la violenta guerrilla terrorista islámica…” y así por el estilo, sin contrastar las diferencias de equipamiento, entre exclamaciones festivas y adulatorias para ejércitos de ocupación armados hasta los dientes por los empresarios y señores del terror y de la guerra.
¿Creen que no sabemos que pavimentan el camino para aplaudir la invasión a los “guerreros nucleares de Irán”, a Corea del Norte, y a todo el eje del terror, ubicado en el eje del mal, alrededor del Paralelo 38, incluyéndonos a nosotros?
Nos educaron para defender acríticamente a las instituciones
Desgraciadamente, lo que no tenemos, es el valor para decirlo. Mientras esto sea así, nos seguirán manejando a base de “información proveniente de fuentes no confirmadas” y de “datos aún no autorizados”, porque educaron al pueblo a defender acríticamente a las instituciones, aunque éstas sean las primeras en violar la ley.
Como hasta entre los miedos y el terror hay clases, borraron de nuestra memoria toda referencia a la democracia participativa, a la discrepancia y a la movilización ciudadana. Nos han inyectado racismo anglosajón ; intolerancia hacia los diferentes; odio hacia los pobres iguales que nosotros; miedo a la verdad; temor a los Estados Unidos.
Y aunque duela, esto nos idiotiza, nos paraliza, seca las neuronas, ofusca el entendimiento. ¡Los defensores del anexionismo sin cortapisa, creen que se llevarán la parte del león!
Lenguaje provocador y pendenciero que no merecemos
En México, la televisión oficial sigue marcando la pauta. Televisa no se ha dado cuenta que está en la lista de una nueva generación de adquisiciones por parte de los verdaderos consorcios transnacionales, que si ya lograron infiltrar las filas y la mente de los esperpentos a cargo de la seguridad nacional, ellos son pan comido.
El gobierno de y para los negocios de los consentidos de la tolucopachucracia, en contra del pueblo, acabó siendo una parodia ramplona que tiende a convertirse por derecho propio en una gigantesca tragedia dramática, donde los perdedores ya están en picota.
Aquí también tenemos terroristas, de otra clase, de otro jaez más rupestre. Narradores menudos, cariacontecidos y prematuramente envejecidos que defienden las tesis más rancias de la derecha salvaje y violenta, esperando bajo la mesa que caigan mendrugos y desperdicios.
Gentuza con discursos legaloides, de farfelu diazordacista, que llama “error aritmético” a la trampa y cuyo lenguaje provocador y pendenciero no merecemos en esta época. Aunque es más que una cuestión de léxico lo que está en juego en estos momentos. Es la suma de todos los miedos.
Nos predisponen para aceptar el triunfo de las petroleras
Ya demasiado tenemos los mexicanos en la lucha que a diario libramos contra los saqueadores del peñanietismo local, para todavía tener que soportar los miedos ramplones que provocan los medios, con el único objetivo de distraernos de las villanías que se cometen a diario desde todos los niveles de gobierno.
¡Ah, no! Tienen que ponernos a aplaudir, repantigados y ensillados como monos papiones sagrados, con la cola rosada frente a la televisión, las grandes hazañas de los mártires mercenarios de los financieros y armamentistas internacionales.
Nos están predisponiendo, no sólo a nuestros gobernantes que ni de eso se enteran, sino a la opinión pública internacional para aceptar, desde ahora, el triunfo de los petroleros republicanos de la dinastía Bush o a sus corifeos armamentistas, químicos y financieros, en noviembre del 2016. Todo lo demás, es lo de menos.
Mientras, estamos condenados a seguir escuchando los sonsonetes macabros de nuestros “líderes de opinión”, más desinformados que la doliente humanidad que los ”escucha sin juzgar y observa sin despreciar”, como acaba de ordenar el Papa Francisco a su grey.
¡Para eso me gustaban todos! ¡Qué pancho! ¿O no?
Índice Flamígero: “Blanca Navidad” se intitula la colaboración de don Alfredo Álvarez Barrón en la que señala: “Analistas y dirigentes de organizaciones no gubernamentales criticaron el abuso de legisladores y altos funcionarios que se llevarán, en algunos casos, hasta medio millón de pesos de aguinaldo. Por lo pronto, nuestros honorables servidores públicos ya pintaron su raya: ‘Son disposiciones legales y constitucionales’, afirma Jesús Zambrano (PRD). ‘Nosotros no tenemos ninguna iniciativa para bajarlo’, acota Jorge Carlos Ramírez Marín (PRI). ‘La verdad es que nosotros somos muy respetuosos de lo que la ley manda’, remata Jesús Sesma (PVEM). Dicho lo anterior , y sin rencores de ningún tipo, no queda más que desearles a nuestros sufridos legisladores una blanca Navidad. Por sus servicios a la Patria, se merecen eso y más.” Y enseguida, El Poeta del Nopal apunta certero: “Sin descuidar su labor / tiran barra todo el día, / si ejercen su mayoría / no existe margen de error, / su look es de lo mejor, / irreprochable y sin tacha, / si agregan una pizcacha / a su generosa dieta / y juran que está incompleta / ¡yo le entro a la cooperacha!”
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