Los segundos corren –se espera no al infinito–, y en la Presidencia de la República urge se planteen las estrategias que permitan paliar la crisis nacional, compuesta de dificultades puntuales, locales y temáticas. Pero aún es más urgente que las tácticas se pongan en práctica y empiecen a dar resultados con carácter de urgencia.
El momento que cursa el país no puede enfrentarse con discursos, avisos, advertencias, amenazas y hasta enfrentamientos por el propio poder.
La podredumbre criminal que volteó al país desde Ayotzinapa, allá en Iguala, Guerrero; fue casi un terrible hecho aleatorio. Esta pudo haber presentado la misma efervescencia en cualquier localidad de la geografía nacional.
La violencia en el país producto del enfrenamiento de grupos criminales, sigue tan activa como hace más de una década. Pero si antes se obviaba hoy es imposible no reconocerla y tratar de seguir como si nada pasara. Más cuando las prácticas criminales son de verdadero horror.
Es cierto que no se puede exigir justicia con violencia, pero tampoco se puede hacer un llamado al diálogo, a la concordia y a la unidad cuando la credibilidad del líder está resquebrajada y se desdibuja su autoridad conforme corren los minutos de su mandato.
Es casi increíble que en un asunto toral en donde urgen las explicaciones desde la esfera presidencial sobre la casa particular de la familia Peña Rivera –de quién es, cómo se pago, porqué no está en la declaración patrimonial del presidente de la República y más–, ahora resulte que el jefe de la casa, o sea, Peña Nieto; le haya dejado el paquete de la explicación a toda la nación a su esposa, la señora Angélica Rivera.
En una sociedad machista como la nuestra, en donde poco se ha avanzado en materia de equidad de género y en donde como se sabe las leyes están hechas por hombres para ellos mismos, será mal visto que Peña Nieto le haya endilgado el problema a Rivera.
Si esto es táctica de poder para quitar toda duda de honradez y credibilidad a la acción de gobierno del presidente por el asunto de la ahora llamada “casa blanca”, pues que…. mal.
Tic, tac, tic, tac… Todo se pudre, todo apesta.
Acta Divina…El presidente Enrique Peña Nieto señaló desde el Estado de México apenas el día de ayer: “Hoy quiero decirles que le he pedido a mi esposa que sea personalmente si es propiedad de ella, que sea ella quien aclare ante la sociedad y a la opinión pública y que diga cómo se hizo de la propiedad y cómo fue que la consiguió”, respecto a la propiedad ubicada en Sierra Gorda en Las Lomas de Chapultepec en la Ciudad de México.
Para advertir… ¿Y luego? ¿Nueva forma de evadir responsabilidades?
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Claudia ahora me doy cuenta porque pena nieto no a creado el departamento anticorrupcion, lo primero que se encontraria seria lo de la casa blanca y lo del tren rapido ganado por allegados al presidente.Bonito enjuague no cree?