Emilio Trinidad Zaldívar
Mal y de malas, la aún secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, no atina una en sus declaraciones y ha dejado mal parada a la dependencia que en otros tiempos llevaba el control de la política interior del país, y de error tras error, tibieza y titubeos en su proceder, hoy sigue siendo la apuesta de muchos dentro y fuera del gabinete, para ser la siguiente en dejar el despacho de Bucareli.
La ministra en retiro y notaria con licencia para poder ejercer tan alto cargo público, se aventuró a subir a su cuenta de Twitter un mensaje en el que reprobaba lo sucedido en un establecimiento comercial en El Paso, Texas, donde varios mexicanos murieron y muchos más resultaron heridos por la barbarie de un loco que como Donal Trump, hace del racismo conducta cotidiana.
Doña Olga escribió: “Nos indigna lo sucedido en El Paso. No hay justificación para la violencia ni para el odio. México y Estados Unidos debemos fortalecer el respeto entre nuestras naciones”.
Pero a los pocos minutos, seguramente cuando sus “asesores” le dijeron que ella no es la responsable de la política exterior, desapareció ese mensaje de su cuenta de Twitter. Incluso la propia Secretaría de Gobernación, había dado retuit al de la ex ministra, que también tuvo que ser bajado de ese espacio oficial digital.
Del tema, Marcelo Ebrard Casaubón, titular de Relaciones Exteriores y hoy una especie de vice presidente, fijó el posicionamiento del gobierno mexicano a través de un mensaje que también subió a su cuenta de Twitter. Pero a diferencia del de la doctora en derecho Olga Sánchez Cordero, éste permaneció y permanece aún activo.
A la inexperta en política pero convertida en secretaria del espacio más deseado por los aspirantes a la Presidencia de la República, ya le cuentan sino las horas, sí los días al frente de Gobernación.
Hay demasiadas voces que afirman su salida es inminente. Esas voces, garantizan que antes que ella, en próximos días, saldrá de esa dependencia el Jefe de Asesores, Jorge Alcocer, hombre de su entera confianza y esposo de la mejor amiga de Sánchez Cordero, la política priista Silvia Hernández.
Jorge Alcocer -dicen los que intrigan en los comederos políticos- no se ha terminado de ubicar y dan por hecho esas malas lenguas que su confrontación con Julio Scherer Ibarra, Coordinador Jurídico de la Presidencia, le ha provocado un terrible desgaste al interior de Gobernación.
De ser cierto, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, y el mismo Scherer Ibarra, se frotan las manos porque en una de esas, el que radica en el Palacio Nacional, podría llamar a alguno de ellos para el relevo en tan delicada responsabilidad.
Sea cual sea la verdad, lo cierto es que doña Olga Sánchez Cordero ya está harta y muy cansada del innecesario golpeteo del que ha sido objeto dentro y fuera del gabinete lopezobradorista.
Estando dentro, pierde más de lo que gana en prestigio, en dinero, en tranquilidad y en la convivencia que añora con sus hijos, nietos y esposo.
Lo de Gobernación es tema sumamente delicado.
Demasiados fierros tiene sobre la lumbre el Presidente, que desprecia a las instituciones o considera él encarnarlas. Con un Congreso a modo que le aprueba presupuesto según sus intereses personales y no los de la nación, y con un gabinete muy pequeño para el reto que enfrentan, el futuro del gobierno y del país mismo se ven más que comprometidos, sumamente peligrosos.
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