Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
El partido Morena —fundado apenas en el 2014, hace sólo nueve años— ha logrado ganar la presidencia de la República en dos ocasiones, impulsado por el fuerte liderazgo del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
Actualmente, controla las Cámaras de Senadores y Diputados, así como los gobiernos de 24 estados de la República, incluidos los gobernados por sus aliados políticos, lo que le da una preeminencia sin paralelo desde el dominio priista.
Hoy, la presidencia está en manos de Claudia Sheinbaum Pardo, luchadora política desde su época estudiantil, siempre ligada a movimientos de izquierda y fundadora de Morena, junto a López Obrador, con quien logró ser alcaldesa de Tlalpan, jefa de Gobierno de la Ciudad de México y presidenta de la República desde el primero de octubre pasado.
No obstante toda esta fuerza política de Morena y de la presidenta Sheinbaum, el partido atraviesa hoy por fuertes turbulencias derivadas de escándalos políticos y de corrupción de algunos de sus miembros, gobiernos estatales y dependencias federales, amén de la descomposición provocada por el renacimiento de tribus, como las existentes en el PRD o heredadas del mismo.
Otro elemento que ha dañado la imagen de Morena han sido los lujosos viajes de varios de sus integrantes, como el diputado Ricardo Monreal, líder en la Cámara de Baja, y hasta del secretario de Organización de Morena, Andrés López Beltrán.
Todo lo anterior hace necesario e importante un proceso de depuración en el partido oficial que muestre a la ciudadanía la vigencia de las banderas enarboladas para alcanzar el poder, principalmente su lucha anticorrupción.
La reforma electoral promovida por la presidenta Sheinbaum puede ser el marco perfecto no solo para alcanzar un mejor modelo político electoral para el país, sino también para poder sacudirse de los malos elementos que perjudican al partido y que hoy, con mil triquiñuelas, buscan apoderarse de posiciones en el Congreso y en gobiernos estatales para las elecciones intermedias del 2027.
Si no se depura, los riesgos de descomposición interna pueden afectar gravemente la actual administración federal. ¡Cuidado!
SUSURROS
Prueba de que el modelo económico, político y social ha sido adecuado es la reducción de la pobreza en el país con una mejor distribución de la riqueza.
De acuerdo con los datos del INEGI, entre 2018 y 2024 se logró sacar de la pobreza extrema a 10 millones de mexicanos gracias a una política salarial de mejoría en el poder adquisitivo, en el ingreso de los trabajadores y a los programas sociales impulsados en los últimos siete años.
Sin embargo, aún hay mucho por hacer; lo cierto es que hay que mantener el rumbo.
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