La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
A pesar de no tener madre, no conocen la orfandad
Nacidas en el poder, las nuevas generaciones priistas no tienen vocación para ser oposición, por lo tanto, después de continuar con la tendencia descendente en la votación local, que inició en 2016, las cosas para el tricolor jarocho no pintan nada bien.
Del pasado proceso, los revolucionarios y cada vez menos institucionales, salen apenas con dos diputados plurinominales (ninguno de mayoría) y un puñado de alcaldías, de las cuales, la única que destaca por el tamaño de su padrón, es Orizaba.
Ahora bien, con esa cosecha tan pinche, la pregunta obligada es: ¿cómo van a financiar sus quehaceres partidistas?
Es notorio que, durante casi 90 años, el PRI contó con las arcas gubernamentales para hacer sus maniobras, así pues, insistimos, no saben operar con las bolsas vacías y las prerrogativas oficiales, no son suficientes para mantener a su exangüe burocracia.
En este marco, lo que puede ocurrir es que todos los cuadros que se resistían, por algún resabio de lealtad, van a brincar a MORENA, por lo que la maquinaria territorial de la 4T, en la entidad, recibirá los suficientes refuerzos para afianzarse, aún más, en el 2024.
Lo dijimos hace unos días, la alianza PAN-PRI-PRD fue un fracaso, por lo que al grito de ¡sálvese quien pueda!, los nietos y bisnietos de don Plutarco buscarán refugio, como parientes pobres, en los brazos de los morenos y otros pocos, en la ‘nueva fidelidad’ del Verde Ecologista. Saquen conclusiones.