HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
A partir de ahora todo lo que se mueve es sucesión presidencial. Los aspirantes se mueven abiertamente, ya no opera aquella máxima del viejo dirigente cetemista Fidel Velázquez quien decía que “el que se mueve no sale en la foto”. Tranquilos era la consigna de Los Pinos.
Se mueve Claudia Sheinbaum, -primero las damas- se mueve Marcelo Ebrard, se mueve Ricardo Monreal, los tres en busca de la candidatura de Morena que como en los mejores tiempos del PRI se decidirá por dedazo que saldrá desde Palacio Nacional, en eso los morenos no son diferentes vienen del tricolor y llevan tatuadas las mañas que aprendieron a su paso por ese partido.
Quien ayer fue más allá en ese activismo rumbo al 2024 es nada más ni nada menos que Ricardo Monreal, quien enfrenta el hielo que emana de la oficina de Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, en forma retadora le dijo a Joaquín López Doriga que: “si no es con Morena”, de igual manera, estará en la boleta en 2024.
El senador zacatecano ha sentido el vacío que desde hace algunos meses, desde las elecciones de junio para ser más exactos, le brindan desde Palacio Nacional, pero como político experimentado está un paso adelante ante la eventual posibilidad de que desde la oficina presidencial o de la Secretaría de Gobernación se opere una maniobra para quitarlo de la coordinación de los senadores de Morena.
Si como me cuentan, Monreal fue el impulsor de ese grupo que pretende convertirse en una fracción parlamentaria, el mensaje que está mandando es que si se la arman, Morena no tendrá mayoría en el Senado, ni simple, ni absoluta, además podría unirse a los cinco para irse con todo en contra de quien impongan.
Hace unos días se reunieron Claudia Sheinbaum y Monreal teniendo como anfitrión al Secretario de Gobernación Adán Augusto López, la jugada fue de López Obrador para arropar a su preferida la jefa del Gobierno de la Ciudad de México, colmilludo como es el zacatecano no cayó en la trampa y les respondió con la formación del nuevo grupo y la entrevista de este miércoles con López Dóriga.
El caso de Marcelo Ebrard es diferente, pero también se mueve. Él tiene otra estrategia, él también sabe que quien decidirá la candidatura de Morena para el 2024 no mira a la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, pero eso no impide manifestar su deseo de ser el candidato de Morena.
Ebrard también sabe que no está en la agenda de López Obrador para las elecciones presidenciales dentro de tres años porque, ni le guiñen el ojo, ni le tocan el tema en Palacio. Al igual que Monreal, Ebrard tiene más experiencia que la doctora Sheinbaum, el único pero, es que ninguno de los dos se dejaría manipular desde el rancho de “La Chingada” en donde dice que se irá el “Peje”.
Y aunque no lo crean en los otros partidos también hay movimientos aunque carecen de una figura que pueda garantizar el triunfo electoral en 2024. En el caso del PRI podrían ir a la caza de uno de los que se revelen sí el AMLO decide finalmente que sea Sheinbaum y por ahí andan los dinosaurios maniobrando para que les deben el favor y, por qué no, subirse nuevamente al carrito.
Aunque no se puede descartar el escenario, que de última hora, el mandatario maniobra para cambiar la Constitución e ir por la reelección.
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@HctorMoctezuma1