HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
El gobierno de 4ª Transformación que encabeza Andrés Manuel López Obrador está empeñado en echar todos los huevos a la canasta de Pemex, lo que significa un riesgo enrome para la ya de por sí deteriorada economía nacional que el gobierno de Enrique Peña Nieto y sus expertos Financieros –Videgaray, Meade y González- le dejaron prendida con alfileres y que hasta ahora los nuevos inquilinos de las oficinas que se ubican en Palacio Nacional, detrás de la oficina del presidente, no hayan ni por dónde empezar para enderezar el barco.
Petróleos Mexicano que en el sueño del general Lázaro Cárdenas quiso que fuera la empresa de todos los mexicanos, es ahora una vergüenza nacional. Una empresa saqueada por pandillas de pillos que llegaron a enriquecerse con la complicidad de un sindicato corrupto, como lo es el Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que actualmente dirige uno de los principales huachicoleros del país, Carlos Romero Deschampso quien sin embargo se pasea como si nada en eventos políticos o sociales.
Pemex es una empresa quebrada, atrás quedó la empresa petrolera nacional que durante mucho tiempo fue el sustento de la economía nacional, cuando aportaba el 40 por ciento a las finanzas públicas. De las oficinas de Marina Nacional y antes de las calles de Humboldt salían carretadas de dinero rumbo a la Secretaría de Hacienda. Pemex fue la “Caja Grande” de muchos gobiernos que se decían revolucionarios pero que traían una carga de corrupción del tamaño del mundo.
De la caja de la entonces empresa paraestatal, ahora empresa productiva del Estadio salía para todo, lo mismo para comprar conciencias, que para financiar campañas políticas y hasta para restirar algunos pellejitos a esposas de algunos funcionarios.
“Ahora nos toca administrar la abundancia”, dijo en aquella ocasión el entonces presidente “Pepe” López Portillo, pero lo único que se administró el el descomunal despilfarro de los recursos de una industria noble como es la petrolera, no sólo en México, sino en cualquier parte del mundo. Ese despilfarro del que nos habla en su libro: “Pemex RIP vida y asesinato de la principal empresa mexicana”, esa gran periodista de investigación que es Ana Lilia Pérez, quien documenta muy bien los sobrecostos en las compras de barcos y otros insumos. Sobrecostos por compras trianguladas manejadas por funcionarios corruptos que salieron millonarios en dólares de las oficinas en la colonia Verónica Anzures.
En el Pemex de los excesos se llegó a financiar, además de los lujosos comedores con los mejores vinos y comida gourmet como lo describe en su obra, Ana Lilia, también las grandes fiestas de fin de año para cientos de empleados con amenizadas por del desaparecido Divo de Ciudad Juárez, Juan Gabriel renombradas orquestas o conjuntos musicales. Me consta porque fui reportero de la “fuente” energética durante más de 20 años.
Pemex es una especie en extinción, con una deuda de más de un billón de pesos y sin los ingresos que tuvo hasta hace algunos años, por eso es un riesgo que el gobierno de la 4ª Transformación eche todos los huevos en su canasta, es como echar dinero bueno al malo, porque con una deuda como la que dejaron las administraciones anteriores, salir de ese hoyo está realmente en chino.
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¿Qué le pasa a Marcelo Ebrard? El canciller anda mal encarado como que la diplomacia no se le da y los amarres sobre todo con los Estados Unidos están cada día más distantes…Le recomiendo ver el documental “Golf el Juego de Titanes” este sábado 25 de mayo a las 7.30 de la noche. Es una producción de Azteca Documentales que no tiene desperdicio.
circuitocerrado@hotmail.com