Miguel A. Rocha Valencia
Reconocemos que el profeta de la 4T se apunte entre los culpables o responsables de la mala gestión de la pandemia y por lo cual, hay muertos y contagios en exceso, cuestión que será juzgada no hoy, sino cuando el poder Judicial recupere la vergüenza.
También sería bueno reconociera la gran corrupción existente en su gobierno como lo dicen las encuestas donde siete de cada diez mexicanos consideran que hay podredumbre en la administración del Ganso.
Pruebas de ello hay muchas, casi todos los días se conocen las denuncias con argumentos y tal vez a ello se deba que en México Elige, se reporte una de las mayores caídas del machuchón de Palacio Nacional en lo que va de su pésima administración, lo cual revela que el discurso de descalificaciones y acusaciones mentirosas lanzadas desde su púlpito mañanero, ya no tienen impacto positivo ni entre sus seguidores.
De acuerdo a las encuestas presentadas el martes, la popularidad del mesías tropical (como lo bautizó Enrique Krauze) cayó ocho puntos. En el rango de aprobación bajó 58.3 por ciento y en calificación disminuyó a 55.2 por ciento.
Pero, además, el 77 por ciento de los mexicanos se opone a la reforma eléctrica, 55 por ciento pide diálogo y no confrontación con quienes piensan distinto, de lo cual no se hace caso y por el contrario se mantiene el clima de pleito y linchamiento con medios, periodistas e intelectuales, así como instituciones del sector privado en especial aquéllas que denuncian actos de corrupción del gobierno actual como Mexicanos contra la Corrupción.
Esta última, por la denuncia contra el hijo mayor del Ganso quien se da vida de magnate en Estados Unidos sin explicarse el origen legal de los recursos con los cuales se sostiene, aunque su papá diga que es la nuera quien lo mantiene.
La denuncia como se sabe, mostró al Profeta de la 4T irritado y se lanzó contra las aportaciones que recibe la ONG por parte del gobierno de Estados Unidos y hasta dio a entender que fue el gobierno de “allá” quien dio los datos de las mansiones de Houston con albercota y cinito para publicarse en Latinus.
Se alcanzó la puntada de afirmar que desde Estados Unidos se financia a grupos opositores al gobierno y calificó el hecho de constituir una violación al derecho internacional, lo cual resulta una exageración, si se toma en cuenta como lo apunta Raymundo Riva Palacio, que el gobierno mexicano recibe mil 751 millones de dólares de ayuda para 59 programas federales, estatales y municipales, de los cuales 165 millones de dólares son para el Ejército y la Marina.
Pero más allá de los números están los hechos: la administración del caudillo de Tepetitán no tiene ni una a favor, salvo el regalar dinero presupuestal hasta por 750 mil millones de pesos a través de diversos programas clientelares donde, además, hay denuncias de corrupción por desvío y sustracción de recursos e inducción forzada de compras, así como coacción para ser
beneficiario.
Por lo demás, el discurso presidencial no tiene asideras ya que la economía se cae a pedazos, los asesinatos proliferan a pesar de las fallidas estrategias, los contagios por Covid-19, como dice López-Gatell bajan, pero las defunciones crecen, lo cual es un contra sentido ya para colmo, se encarecen las “grandes obras” sexenales.
Tal es el caso del aeropuerto de Santa Lucía cuyas interconexiones avanzan muy lentamente y suben su precio como ocurre con la ampliación del tren que va de Lechería-Huehuetoca-AIFA que de poco menos de 13 mil millones pasó a 17 mil 300 millones, o Dos Bocas cuyo presupuesto subió 40 por ciento o el Tren Maya donde se tiran ciento de millones y aun no se sabe con certeza el sobreprecio que alcanzará. Y todo por la improvisación y corrupción.
Y de culpas o responsabilidades, es obvio que la actual administración no aceptará nada, tendrá que ser una distinta la que condene o exonere.