DE LINDES
Como si fuera algo rutinario en el día a día estadounidense, nuevamente se dio a conocer un tiroteo dentro de una escuela primaria de aquel país, por lo que uno podría poner copiar y pegar alguna de las notas pasadas de este tipo de sucesos y sólo limitarse a cambiar el nombre de la escuela, del criminal y la cifra de personas que desafortunadamente perdieron la vida, y es probable que nadie note nada, nadie se de cuenta que es una nota pasada, simplemente porque nada habría cambiado.
El gobierno sigue sin hacer los cambios necesarios para prevenir este tipo de hechos, la sociedad sigue volteando a buscar culpables sin reflexionar qué los ha llevado a que constantemente ocurran eventos así.
El hecho de que no existan cambios ocasiona que no haya nada nuevo que contar, nada que nos haga pensar que esta nueva sacudida les hará darse cuenta que se necesita un cambio real de manera URGENTE, y que de no hacerlo éste nuevo tiroteo se añadirá a la lista y los nombres de los maestros y los niños se perderán en la memoria, junto con los de los más de 304 víctimas a las que se les ha arrancado injustamente la vida en los más de 377 tiroteos dentro de las escuelas que han sucedido en Estados Unidos desde que ocurrió la masacre de Columbine en 1999, y que fue la primera gran sacudida y que marcó un precedente en éste tipo de hechos.
En aquel tiempo se prometieron un sin fin de cambios que finalmente nunca se llevaron a cabo, por lo cual más de 348,000 estudiantes se han visto afectados y los números seguramente se seguirán sumando, porque ya nadie cree en promesas.
Ayer fue una escuela primaria cristiana en Nashville, en la que perdieron la vida 6 personas, entre ellos tres adultos y tres niños, y nuevamente llegó el luto, al tiempo de Biden salió a hablar de nuevas regulaciones y cambios, pero desafortunadamente, los ciudadanos escucharon el discurso y volvieron a buscar culpables, a exigir cambios, pero nuevamente regresaron a sus rutinas y nada se paralizó como ocurrió con la Masacre de Columbine, o la de Sandy Hook, porque tristemente están acostumbrados a su nueva realidad y desafortunadamente como dijo Sergio Carrión; “acostumbrarse es otra forma de morir”.
JESSICA WOOLRICH