DESDE NUEVA YORK
Ruben Cazalet
En la columna pasada comenté sobre Trump y José José, sin embargo no debo soslayar esta nota sobre el ejecutivo de estados unidos.
Trump. Asumí en la entrega del lunes pasado, las condiciones de su probable destitución, ajeno al largo proceso significa, y, el cual podría revertirse como favorable para su reelecion, igual parecer víctima de los medios de comunicación en contra, sumando a los favorables, como la cadena televisa FOX, más la base de potenciales electores quienes abrazan su condición. El rumbo legal es un hecho, lo tendrá que enfrentar.
La Cámara Baja del Congreso, a pesar del receso tradicional, continua a todo vapor armando el caso, la responsabilidad recae en los comités de inteligencia y ética.
Lo sorprendente es, al igual; sugirió, pidió apoyo al presidente, Volodímir Zelenski de Ucrania, desacreditar a su oponente, el demócrata, Joe Biden, ex vicepresidente del presidente Obama, además de su hijo Hunter, por negocios “ilícitos” en esa república y, probable influencia por su posición política a amortizar cualquier instancia legal.
La realidad, no existe ninguna carpeta de investigación en contra de Biden, menos, de cualquier crimen financiero.
La intención del presidente Trump, es minimizar la popularidad de Joe Biden, como contrincante demócrata en los comicios presidenciales del 2020, (y, perder la relección) sin descontar las elecciones intermedias en donde se le saldría de las manos la mayoría republicana en la Cámara de Senadores.
Pareciera no entendió la lección.
Nos enteramos. Aplicó la misma receta de “coacción”, sugerencia, al primer ministro de Australia, Scott Morrison, para desacreditar el reporte Mueller. (Investigación sobre la interferencia rusa en los comicios presidenciales del 2016).
Mismo modo, llamada telefónica, sabe, conoce las graban todas, así es el protocolo de seguridad. Imposible defender lo indefendible, el, solo él está cavando su tumba. Desoye, menos escucha, en su propia caja de resonancia, solo existe la impunidad. El glorioso ejecutivo, afirma que su palabra es la ley. Vaya sarcasmo.
Tal vez, mera especulación de este escribano principia a padecer de Alzheimer, circunstancia hereditaria. Su padre lo padeció por cinco años hasta su muerte. Mas otras monerías las cuales me dan repelús comentar (si creo en la intimidad de las personas, pero… a una figura pública, hay que contener) paranoia, egolatría, disfunción cerebral entre lo correcto e incorrecto, fantasioso-mentiroso. Desconocimiento, en serio, entre la verdad y la realidad. No me da augurar nada positivo, a este singular ser humano. Me preocupa la disfunción como presidente. La repercusión en casa y, en el exterior, es mayor.
Por último los republicanos guardan silencio. En este impase, es mejor callar que defender. Vuelvo a lo mismo, defender lo indefendible significa derrota.
El turno de AMLO
En alguna ocasión Jorge de la Vega Domínguez, ex gobernador de Chiapas, ex secretario de comercio y presidente del PRI, me comentó: “al pueblo no le podemos apretar el cinturón”. Espero, noble lector consideres esta frase caustica, como una práctica para cualquier gobernante sin suerte partidista o colores.
Sobre AMLO no había difundido nada. Es difícil descifrar, cubrir tanta insensatez en tan breve tiempo, imbecilidad, obtusas circunstancias. No logro comprender la 4T, y busco en los colegas lo cubren para bien o mal, los críticos con razón, la respuesta.
¿Qué significa ese tutti fruti en la mampara de los absurdos encuentros mañaneros: Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, Cardenas?… Cada cual vivió su tiempo y circunstancia. ¿A qué le tiras mexicano…?
Difícil, durante su término desacertado se acerque a cualquiera de ellos. Qué vergüenza tener que soportar su lerdo lenguaje, cuando lo escucho, lo primero que me viene es darle un zape en la cabeza para articule con velocidad su ‘raro’ discurso, sin ton ni son.
Desconocer la popularidad de Trump y AMLO, me convertiría igual de ciego que ellos. Alejados de la realidad. Creer en su discurso, demagógico, promesas y más promesas, índices estadísticos y financieros a modo. No analizar con la seriedad los actuales sucesos me convertiría en un mequetrefe alabando al mesías sin una base sólida de argumentos en contra, y, probablemente, algunos acertados.
El paso de usted, AMLO, por Palacio Nacional, es una controversia entre la población a favor, hasta el dia le llegue el desencanto, la división, la exaltación entre lo blanco y negro, popularidad a base de dividir.
Craso error, recordemos la guerra civil española, en donde rojos, anarquistas, republicanos, falangistas, y… sospecha de la Alemania de Hitler a sopesar el armamento aéreo, en Guernica, ¿son hechos comprobados? De mi parte, informado, tengo dudas. Fue más el enfrentamiento persona a persona. Si usted considerado lector me puede informar, se lo agradezco de antemano. Franco y Hitler no consideraban empatía.
Igual, como políticos ambiciosos en lo oscurito acuerdan, todo en busca del poder, encumbrarse y ser dueños de la verdad.
La democracia,-what ever it means-. La voz de los votantes, augura cual caja de resonancia, a través de líder elegido la circunstancia de su presente y la estúpida ilusión conforme sus necesidades cumplan las peticiones. La instrucción del camino a seguir queda guardada en las urnas electorales para conducir al país.
El encumbrado, escucha, mide, le da tiempo al tiempo, conoce la velocidad del olvido, la fragilidad de la paciencia, resistir a algunos inocuos embates los cuales acepta, es parte del juego.
Silencio. Desoye el motivo de los reclamos y, en solitario arma su sendero. Así opera AMLO, ante aplausos de seguidores.
Los resultados: no ha disminuido la criminalidad, al contrario, el crecimiento es rampante, la economía día a día va en picada, menos puestos de trabajo formal, excelente crecimiento del informal, inversiones del sector privado a la baja, sin mencionar las extranjeras, desconozco la manera de medir la corrupción, pero si conozco de buena fuente, continúa, desde las instituciones hasta el Policleto de tráfico.
Desmantelar la situación, no es una cuestión de despedir a diestra y siniestra a las personas conocen el quehacer cotidiano. Para sumarlos al mercado informal, al crimen organizado, a quehaceres de gestoría, todo suma a inconformidad.
Sin estrategia para atraer a las inversiones de China que se están moviendo a otros países por la guerra comercial de Trump.
El mesías tropical, como le bautizó, acertadamente, el historiador Enrique Krause. Para mí, y si se dé beis; ni picha, ni cacha, ni deja batear. Y… se jacta pobre hombrecillo, conocer el béisbol.
Entonces señor, o lo engañan, o usted, no tiene la mínima idea de los sucesos del país que conduce perfectamente mal. No se equivoque, la popularidad ganada con regalitos en especie, se le van a revertir más pronto lo imagina, si acaso tiene sentido común: dimita por salud.
Ya sé que el sentido común para usted es el menos común de los sentidos. Capaz un milagro de su iglesia Evangélica le envíe un rayo de luz, para recular y aceptar su ineptitud.
Mejor dejarlo en el hospital, aunque a hurtadillas lo llevemos a su rancho, La Chingada, a disolver el descontento general, no se vaya con la finta, las encuestas están hechas a modo, yo no me las creo, ni las que yo hago.
Ahí contemplara a los pajarillos, aves exóticas difíciles enjaular, no como a los trepadores de Morena. Serpientes, bichos voladores, husmear el inviable, absurdo Tren Maya, si desea le construyo una estación para satisfacción de su sueño guajiro, de verdad el sol tropical marea.
Tal fumada, la 4T, ni a Disney se le hubiese ocurrido, y mire, era persona volada, creó a un ratón parlanchín, nótese no grillo, Mickey Mouse, más otros de envergadura y popularidad.
La diferencia entre usted y Disney, es, talento, nunca absurdo. Sin equivocarme padece usted de talento. Es bueno pa’ jalar a la raza, a hacer parones, marchas, pero conducir a un país, lo siento, no conoce ni la O por lo redondo. Me ofrezco a ir a México para conducirlo a su paraje tropical.
Desde el observatorio de Cazalet, en la calle 42 enfrente al río Hudson, el autor de la novela; Campana de Barro, el Asalto que cimbró el Bicentenario, continúa desmadejando tantos desaciertos al mismo tiempo.
Retomo la guerra civil española, ¿desea usted tal desenlace?…
Un ambicioso acompañado de una camarilla de trepadores sin escrúpulos hicieron mierda a un país rico en personas en tradiciones, sojuzgado por los árabes por centenas de años, recuperar la dignidad, el dolor, el origen, no es tema menor. Y, entre hermanos consumirse es fatal.
Los españoles, ¿a qué le apostaban, a una convicción ideológica? Aceptable, ¿y? cómo reconstruir a un país dividido. Seria duda. La obvia y honorable búsqueda del bienestar. La infame contienda, los llevó hasta inclinarse al dictador, con todas las consecuencias, la Ley su palabra, reverenciar al victorioso Franco. Sin pudor a la sangre que corrió entre hermanos la lavó con su rezo, el acoso.
Miro con harta sospecha la similitud con el personaje en Palacio Nacional.