Pablo Gato
Trump, en el Despacho Oval, cargó con toda la artillería contra lo que dice es un genocidio contra los blancos sudafricanos, en especial los granjeros.
Y no sólo eso sino que sacó informes con fotos de granjeros supuestamente atacados.
Luego incluso fue más allá y mostro un video en el que algunas personas en Sudáfrica hablaban de matar a blancos, algo que el presidente de Sudáfrica condeno.
Y Trump realizó todos esos ataques frente al mismísimo presidente de Sudáfrica (Cyril Ramaphosa).
Trump ha restringido o eliminado en muchos casos la posibilidad de asilo para muchas personas que huyen de países con sangrientas guerras, pero ha abierto las puertas para que esos granjeros sudafricanos vengan como refugiados estrella a EEUU.
EEUU tiene muchas cosas de las que hablar con un país como Sudáfrica, pero Trump sólo se centró en básicamente atacar al país y humillar públicamente a su presidente.
Sinceramente, jamás he visto nada igual. El famoso incidente con Lewinsky comparado a esto fue un encuentro entre caballeros. El objetivo era claramente humillar al presidente sudafricano. Ridiculizarlo.
Nada fue espontáneo. Todo estaba preparado: los archivos, el video….Elon Musk, que es sudafricano, ha sido el que puso este tema sobre la mesa en la Administración Trump.
Curiosamente, el presidente de Sudáfrica no confrontó a Trump.
Hizo una defensa muy tibia frente a los ataques que recibía.
No dijo…”Oiga parece mentira que un país que tuvo esclavitud como el suyo….que linchaba a los negros….o que aun recientemente vio como George Floyd moría ahogado bajo la rodilla de un policía….parece mentira que usted me intente dar lecciones sobre racismo”. No. No dijo prácticamente nada. O tampoco le dijo: “¿Oiga en un país donde una multitud asalta el Parlamento y usted después básicamente los perdona a todos….en un país donde el presidente puede cancelar todos los procesos federales judiciales pendientes contra él…..en un país donde el presidente es un delincuente convicto….usted nos quiere dar lecciones de justicia?”.
No. No dijo prácticamente nada. Tampoco se levantó y se fue diciendo “Mire, yo no vine aquí a que se burle de mi país. Cuando aprenda algo de educación me avisa y pensare si regreso”.
No, se calló. No sé si es más inédito el ataque de Trump o el casi silencio del presidente de Sudáfrica. Sinceramente, jamás he visto nada igual en mi vida.
Si hay un problema de violencia contra cualquier grupo étnico, sin duda debe enfrentarse, pero llama la atención que Trump haya centrado totalmente el encuentro en este tema y de esa forma tan agresiva, pero no sea tan sensible con los problemas de otros grupos de personas cuyos problemas ocupan a diario los titulares mundiales.
El afirma que los blancos son perseguidos en Sudáfrica y que hay que elevar el perfil del tema. Sus oponentes, que lo que hizo hoy es un claro guiño de ojo a los blancos racistas que puedan apoyarlo.
Quizás los organizadores del bloque que ofrece una alternativa a Occidente, los BRICS, están aplaudiendo.
Siempre han dicho que Trump es el reclutador número uno para que otros países se distancien de EEUU y se unan a ellos.
Lo que hemos visto hoy es realmente inédito.
Israel planea atacar las instalaciones nucleares de Irán
Según fuentes de inteligencia de EEUU. ¿Han filtrado la información para que el ataque no se produzca y no arruine así un potencial acuerdo entre EEUU e Irán sobre su programa nuclear? ¿Un mensaje de Israel para que no se llegue a ningún acuerdo nuclear sin su conocimiento y consentimiento? O está realmente preparando Israel un ataque sin la ayuda de EEUU? Eso sería extraordinariamente difícil. Una guerra con Irán traería enormes consecuencias negativas no solo para la región sino para el mundo.