Desde Filomeno Mata 8
Mouris Salloum George*
Si todas las horas hieren y la última es la que mata, para Donald Trump la Cámara de Representantes puso ayer el reloj en cuenta regresiva. Las manecillas giran hacia el 2020.
Por 230 votos que hicieron mayoría, el desquiciado de la Casa Blanca es imputado de abuso de poder. Por 229 votos, también mayoritarios, se le enjuiciará por obstrucción al Congreso.
El justiciable Presidente reaccionó: Yo no hice nada mal. ¿Qué tal si lo hubiera hecho? Mentalidad infantiloide. En esa mollera está la suerte de la sociedad norteamericana.
Como sea, en ambas votaciones, el anaranjado tuvo en su favor 197 y 198 votos, respectivamente, obviamente de los legisladores compañeros de sector y de partido. Con ese hándicap, la minuta de la Cámara baja va al Senado, donde la mayoría es republicana.
El inquilino de la Casa Blanca será el tercero en la Historia de los Estados Unidos expuesto a juicio político. Con la lumbre en los aparejos, Richard M. Nixon prefirió la graciosa huida presentando su renuncia.
Los republicanos gringos ni piensan en un caballo negro
Para suerte de Trump, en el Partido Republicano la caballada está flaca. En el trance presidencial, no asoma, con miras a 2020, un potencial caballo negro que le dispute la candidatura. Desde esa perspectiva, dejamos entre corchetes la operación en El Capitolio a cargo de los senadores republicanos. Por lo pronto, en el salón Oval apesta a pólvora mojada.
¿Qué implica para los mexicanos el juicio político contra Trump?
Suponemos que la prioridad de demócratas y republicanos es el ataque de los primeros, y el contrataque de los segundos. A ver de qué cuero salen más correas.
El T-MEC quedó prendido de alfileres hasta 2020
Si tal es el asunto prioritario, ¿en qué sitio del cronograma queda el nuevo acuerdo de libre comercio, T-MEC? Mientras que los legisladores demócratas cenan pollo, el resto de la sociedad gringa revisa sus recetas para preparar el pavo navideño.
Los compatriotas que tienen con que, aderezan sus guajolotes. Un segmento empresarial, facciones del sindicalismo mexicano y la gran mayoría de los campesinos productivos gozarán en las próximas semanas un respiro. Los tres sectores tendrán los dedos cruzados, clamando por un milagro del Niño Dios o de los Reyes magos.
En vías de mientras, los nerviosos negociadores de este lado del T-MEC, tienen listos sus baúles para vacacionar hasta el 7 de enero. Ya después, Dios proveerá, como dicen las abuelas.
Por nuestra parte, hacemos votos porque el ruido y la furia, signos de la intransigencia política, entren en una tregua: Ya no queremos promesas, queremos realidades. Ojo, 2020, es año bisiesto. Año de cábalas.
(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.