DE LINDES
El sábado 18 el expresidente estadounidense Donald Trump a través de su cuenta en la red social Truth Social dio a conocer que tenía indicios que lo hacían pensar que el martes 21 de marzo iba a ser detenido por las autoridades, por lo cual le solicitaba a sus seguidores que se manifestaran en contra de esto, lo cual preocupa a un importante sector de la población que sabiendo que el clima político y social se ha polarizado de forma extraordinaria en los Estados Unidos en los últimos años, cree que éste hecho podría desencadenar un movimiento social capaz de general momentos caóticos en una nación que se encuentra completamente dividida entre izquierda y derecha, y el gobierno en vez de buscar la manera de acortar la brecha y sanar la división, sigue manteniendo una postura de enfrentamiento que no debería de corresponder a un gobierno en funciones.
Pero esto no se limita al gobierno actual, sino es un problema que se viene arrastrando desde mucho tiempo atrás pero que se agravó en los tiempos que Trump, debido a su forma de hacer política para un solo sector de la población, generando con esto tener un importante sector listo para apoyarlo y defenderlo en cualquier momento, lo cual es preocupa bastante en estos momentos.
Pero ¿qué es lo que puede llevar al expresidente tras las rejas? No es ningún tema de política, ni tiene que ver con los levantamientos del 6 de enero, ni las relaciones con Rusia ni nada de eso, lo que está siendo investigado por la fiscalía son los supuestos pagos hechos en el 2016, cuando se encontraba en campaña presidencial, a Stormy Daniel, con quien según las acusaciones tuvo una relación extramatrimonial la cual buscaba mantener en el anonimato, el problema es que dichos pagos no fueron declarados de manera correcta en los registro comerciales de la Organización Trump, lo cual constituye un delito.
Pero ¿por qué ahora se ha puesto especial interés en esta investigación? A decir de importantes analistas políticos, el gobierno está buscando la manera de mantener a raya al expresidente, sobre todo ahora que ha declarado que buscará reelegirse nuevamente en las próximas elecciones y sin duda esto podría poner en riesgo la reelección de Biden.
El problema es que históricamente en diversas naciones se ha visto que este tipo de jugadas políticas suelen ser contraproducentes y muchas veces potencian más las carreras de los adversarios quienes salen de prisión con más fuerza de la que entraron, tal como sucedió con Lula Da Silva en Brasil o con Juan Domingo Perón en Argentina.
Lo que es un hecho es que mientras los demócratas y republicanos continúen sus enfrentamientos, el único afectado es el pueblo, porque como dijo Esopo; “unidos permanecemos de pie, divididos caeremos”..
JESSICA WOOLRICH