Por Gerardo Rivadeneyra
Un total de 48 millones 840 mil dólares será la nada despreciable cantidad de dinero que se embolsaría el pseudo boxeador y ex político mexicano Jorge Kahwagi Macari, si consigue ganar el amañado “concurso” de licitación para imprimir las credenciales de votación del Instituto Nacional Electoral (INE) del periodo 2019-2024.
Kahwagi, desde la cama de un hospital, se relame los bigotes para cerrar el contrato con el INE por medio de su empresa Cosmocolor, que se encarga de emitir las credenciales de varios colegios particulares, así como las licencias de conducir en la Ciudad de México, San Luis Potosí y varios estados del país, además de producir los tarjetones del transporte público y los permisos para la portación de armas en el país.
En 2011, Cosmocolor fue imputada por delitos de tráfico y falsificación de licencias entre empleados de la empresa y del departamento de Tránsito Municipal de la ciudad de Veracruz. La consignación corrió a cargo de la Fiscalía Séptima Investigadora de Veracruz, que abrió el expediente 88/2011.
En 2012, en San Luis Potosí, se le otorgó a dicha empresa, en adjudicación directa (sin concurso de licitación), el contrato GDA-CAASPEco203-AD-52-12, para que produjeran hasta 500 mil tarjetas de circulación por un monto de 34 millones 109 mil 800 pesos.
Esta vez, la compañía de Kahwagi se unió a Talleres Gráficos de México (TGM), un organismo público descentralizado de la Secretaría de Gobernación, dirigido por Ariel García Contreras, que se dedica a imprimir toda la papelería durante las elecciones. En esta alianza también están las empresas Solutions y Servicios de Ingeniería y Tecnología. La finalidad es ganar la licitación que les permitiría el acceso a la base de datos de todos los mexicanos si les autorizan ser los maquiladores de las credenciales para votar.
El consorcio encabezado por el ex dirigente del Partido Nueva Alianza y la paraestatal TGM son los que cobran precios más altos (66 centavos de dólar) al gobierno de la 4T por la impresión de cada una de las 74 millones de credenciales, es decir, tendrían un ingreso de 48 millones 840 mil dólares.
Esto ocurre bajo las narices de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien hasta el momento no se ha pronunciado al respecto y ha permitido que continúe el proceso de licitación a pesar de las irregularidades.
A todo esto, la Directora de Prestaciones Sociales y Salud del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), le permitió a Kahwagi la credencialización de los militares. Si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le autoriza el acceso a la base de datos del INE, Cosmocolor tendría la puerta abierta para la suplantación de identidades y manipulación de la información de personal del Ejército Nacional, algo “demasiado oportuno” en los tiempos de las nuevas leyes de Seguridad Interior y de la Guardia Nacional.
Cabe hacer la reflexión de que el INE es un instituto ciudadano y, si bien la Secretaría de Gobernación es responsable de TGM, quien licita es el INE y es de llamar la atención que los consejeros no descalificaron a Cosmocolor por no tener las suficientes cartas de fabricante que respalden la producción de las credenciales.
Los otros consorcios que compiten por la licitación son Veridos México junto a Gieseck-Devrient, que realizaron una oferta económica de 45 millones de dólares para cubrir la demanda de credenciales del INE hasta el 2024; el grupo formado por Idemia Identy & Security France, Litho Formas e Idemia Identity & Security también cobrarían 45 millones de dólares; y la fusión de las empresas Inteligentes e Impresora Silvaform no entregó presupuesto.